«No paro de revisar si la puerta de casa está cerrada» ¿Qué significado tiene?

¿Alguna vez te has preguntado si cerraste la puerta de casa después de salir? Esta duda es común y puede surgir en momentos de estrés o prisa, como antes de ir a dormir o al salir de vacaciones.

Para la mayoría de las personas, esta preocupación se resuelve rápidamente y no afecta significativamente su vida diaria. Sin embargo, para otras, este tipo de pensamientos pueden volverse intrusivos y repetitivos, indicando la presencia de un trastorno de ansiedad, como el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

¿Cómo saber que tengo TOC?

El Trastorno Obsesivo Compulsivo es un trastorno de ansiedad caracterizado por pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos.

Las obsesiones suelen ser pensamientos intrusivos y persistentes que generan ansiedad, mientras que las compulsiones son actos repetitivos que una persona siente la necesidad de realizar para aliviar esa ansiedad.

En el contexto del ejemplo de ¿cerré la puerta?, una persona con TOC podría revisar la puerta una docena de veces, incluso dando vueltas alrededor de su hogar para asegurarse de que todo esté en orden.

¿Por qué surge el TOC?

Un reciente estudio de la Universidad de Concordia en Montreal, publicado en la Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorders, ofrece una explicación para este comportamiento compulsivo: el miedo a perder el control.

Este miedo lleva a las personas a involucrarse en comportamientos de control de manera frecuente y meticulosa. En el estudio, 133 participantes fueron sometidos a falsos electroencefalogramas (EEG) y se les dio información falsa sobre su riesgo de perder el control sobre sus pensamientos y acciones. A algunos se les dijo que tenían un alto riesgo, mientras que a otros se les informó que su riesgo era bajo.

¿Qué averiguó el estudio?

Después de creer que tenían un alto o bajo control sobre sí mismos, los participantes realizaron una tarea en un ordenador en la que supuestamente podían controlar el ritmo de las imágenes.

Lo que no sabían es que no tenían ningún control real sobre las imágenes, que estaban programadas para aparecer y desaparecer en momentos específicos.

Los resultados mostraron que aquellos que creían estar en mayor riesgo de perder el control sobre sus acciones se involucraron en un comportamiento más meticuloso y detallado.

Por lo que esta investigación respalda la hipótesis de que los miedos y creencias sobre la pérdida de control pueden aumentar el riesgo de desarrollar una amplia variedad de problemas de salud mental, como el TOC, el trastorno de pánico, la fobia social, el trastorno de estrés postraumático y la ansiedad generalizada.

Las personas que temen perder el control tienden a involucrarse en comportamientos de control con mayor frecuencia, lo que puede llevar a un ciclo de ansiedad y compulsión.

¿Cuáles son los TOC más frecuentes?

Los tipos de TOC más frecuentes se pueden agrupar en varias categorías, dependiendo de las obsesiones (pensamientos, impulsos o imágenes no deseados) y las compulsiones (acciones repetitivas o rituales) que los caracterizan. Estos son algunos de los TOC más comunes:

1. TOC de contaminación y limpieza

• Obsesiones: miedo intenso a los gérmenes, la suciedad, la contaminación o las sustancias tóxicas.
• Compulsiones: lavado excesivo de las manos, ducharse repetidamente, limpiar objetos o superficies de manera excesiva, evitar el contacto con cosas que puedan estar sucias.

2. TOC de verificación

• Obsesiones: temor a que ocurra algo terrible si no se verifica correctamente algo, como incendios, robos o accidentes.
• Compulsiones: revisar repetidamente cosas como cerraduras, electrodomésticos, puertas, o confirmar que no se ha cometido un error (como enviar un mensaje o correo electrónico).

3. TOC de orden y simetría

• Obsesiones: necesidad de que las cosas estén organizadas de una manera específica o de que sean simétricas y equilibradas.
• Compulsiones: organizar, arreglar o alinear objetos de manera precisa. Sentir malestar intenso si algo no está perfecto.

4. TOC de pensamientos prohibidos o tabú

• Obsesiones: pensamientos intrusivos y no deseados de naturaleza agresiva, violenta, sexual o moralmente incorrecta. Por ejemplo, pensamientos de hacer daño a otros o pensamientos sexuales inapropiados.
• Compulsiones: pueden incluir acciones mentales como rezar, contar, o realizar rituales mentales para «neutralizar» o evitar estos pensamientos.

5. TOC de acumulación (hoarding):

• Obsesiones: miedo a deshacerse de objetos por la preocupación de que se necesiten en el futuro o se tenga un apego emocional a ellos.
• Compulsiones: acumular objetos innecesarios, incapacidad de deshacerse de cosas, y dificultad para organizar las pertenencias, lo que a menudo lleva a un espacio de vida abarrotado.

6. TOC de duda patológica o escrupulosidad

• Obsesiones: duda constante sobre las propias acciones o pensamientos. Temor a no haber actuado de manera moralmente correcta.
• Compulsiones: buscar repetidamente la tranquilidad, confesar, o verificar mentalmente las acciones pasadas.

7. TOC de acumulación de responsabilidad

• Obsesiones: temor a ser responsable de causar daño o que ocurra algo malo por descuido o por no haber tomado precauciones.
• Compulsiones: tomar medidas excesivas para evitar la responsabilidad, como conducir por la misma calle varias veces para asegurarse de no haber atropellado a alguien.

¿Cómo tratar el TOC?

La identificación de las creencias subyacentes sobre el control es clave en el tratamiento del TOC. Según Adam Radomsky, coautor del estudio, reducir las creencias de los pacientes sobre la pérdida de control debería disminuir sus síntomas.

Los tratamientos para el TOC, como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), se centran en desafiar y cambiar estos patrones de pensamiento obsesivo y reducir los comportamientos compulsivos asociados.