"Cómo tentar la suerte", según Marian Rojas
En nuestra vida, es común encontrar personas que parecen tener una conexión con las oportunidades, pero ¿por qué?
Marian Rojas Estapé | @marianrojasestape
La suerte es un concepto que ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, generando debates sobre su naturaleza y cómo influye en nuestras vidas.
A menudo, observamos a personas que parecen atraer la buena fortuna con facilidad, mientras que otras enfrentan constantes desafíos. En este contexto, la psiquiatra y autora Marian Rojas ofrece una perspectiva interesante sobre cómo podemos «tentar la suerte».
Su enfoque va más allá de la mera casualidad, sugiriendo que hay factores clave que pueden influir en nuestra capacidad para atraer oportunidades y mejorar nuestra experiencia vital.
La suerte: ¿destino o preparación?
En nuestra vida diaria, es común encontrar personas que parecen tener una conexión especial con la buena suerte. Mientras algunos logran sus objetivos con facilidad, otros se ven atrapados en un ciclo constante de desafíos y adversidades.
Esta diferencia en la experiencia de la vida lleva a la inevitable pregunta: ¿por qué algunas personas parecen atraer la buena fortuna mientras que otras enfrentan constantes obstáculos?
La reconocida psiquiatra y autora Marian Rojas ha dedicado parte de su carrera a explorar este fenómeno. Según Rojas, aunque existen factores de azar que escapan a nuestro control, gran parte de la suerte se basa en cómo nos preparamos para aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Citando al filósofo romano Séneca, Rojas afirma que “la suerte es donde confluyen la preparación y la oportunidad”. Esto significa que no basta con esperar a que la suerte llegue; es fundamental estar listos y abiertos a las posibilidades que surgen a lo largo del camino.
¿Cuál es la clave del éxito?
La preparación se manifiesta de diversas formas: educación, habilidades, y una mentalidad abierta hacia el aprendizaje y el crecimiento personal.
Las personas que se dedican a estudiar, a desarrollar nuevas competencias o a practicar la visualización de sus objetivos están más equipadas para reconocer las oportunidades cuando estas aparecen.
No todas las personas tienen la capacidad de identificar estas oportunidades, y es aquí donde la preparación juega un papel crucial.
Además de la preparación, la actitud que adoptamos ante la vida es fundamental. Rojas destaca la importancia del optimismo y la ilusión.
La ciencia respalda esta afirmación, indicando que una actitud positiva activa áreas del cerebro que nos permiten estar más atentos a las oportunidades y aspectos favorables a nuestro alrededor.
Por el contrario, cuando predominan pensamientos negativos o pesimistas, es probable que pasemos por alto oportunidades que podrían ser valiosas.
Hábitos para desarrollar una buena actitud ante la vida
Desarrollar una buena actitud ante la vida es clave para mantener una mentalidad positiva y afrontar los desafíos con resiliencia.
- Practica la gratitud: dedica unos minutos cada día para reflexionar sobre lo que tienes y agradecer por ello. Este hábito te ayudará a enfocarte en lo positivo y a valorar lo bueno que te rodea, en lugar de centrarte solo en lo que falta o los problemas.
- Establece metas claras: tener objetivos específicos y alcanzables te mantiene motivado y enfocado. Al lograr pequeñas metas, refuerzas tu sentido de logro y aumentas tu autoconfianza, lo que contribuye a una actitud más positiva.
- Rodéate de personas positivas: el entorno influye en nuestra actitud. Busca compañía de personas optimistas y alentadoras que te inspiren a crecer. Al mismo tiempo, reduce el tiempo que pasas con quienes tienen una actitud negativa que pueda desmotivarte.
- Cultiva el autocuidado: una buena actitud ante la vida también depende de cómo te cuidas física y emocionalmente. Practicar ejercicio regular, mantener una dieta equilibrada y descansar lo suficiente son fundamentales para un bienestar integral.
- Acepta y aprende de los errores: los fracasos y errores son inevitables, pero la forma en que los manejas es clave. En lugar de sentirte derrotado, trata de verlos como oportunidades para aprender y crecer. Este cambio de perspectiva fortalece una actitud resiliente.
- Enfrenta los desafíos con una mentalidad de crecimiento: en lugar de ver los desafíos como obstáculos insuperables, míralos como oportunidades para mejorar. Una mentalidad de crecimiento implica creer que puedes desarrollarte a través del esfuerzo y la práctica, lo que genera una actitud más abierta y proactiva.
- Haz ejercicio de manera regular: el ejercicio no solo mejora la salud física, sino también el estado de ánimo. La liberación de endorfinas durante el ejercicio contribuye a una mayor sensación de bienestar y te ayuda a enfrentar los días con mayor energía y optimismo.
- Mantén una mentalidad flexible: la rigidez mental puede llevar a la frustración cuando las cosas no salen como esperas. Aprende a adaptarte a los cambios y a aceptar que no todo está bajo tu control. La flexibilidad mental te permitirá enfrentar situaciones difíciles sin perder la calma.
