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Esto es lo que le sucede a tu hígado si consumes miel

Investigaciones recientes han comenzado a destacar su capacidad para proteger y mejorar la función de este órgano

Esto es lo que le sucede a tu hígado si consumes miel

Miel | Canva

La miel, un producto biológico altamente nutritivo, ha sido valorada durante siglos por sus propiedades medicinales y su versatilidad en la cocina.

Sin embargo, sus beneficios para la salud van más allá de lo conocido tradicionalmente, especialmente en lo que respecta a su impacto en la salud hepática.

Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), la miel varía en su composición según la zona de origen, el clima y la flora, lo que le confiere una riqueza única en nutrientes.

Investigaciones recientes han comenzado a destacar su capacidad para proteger y mejorar la función del hígado, un órgano vital para la desintoxicación y el bienestar general del cuerpo.

¿Qué efecto tiene la miel en el hígado?

El hígado desempeña múltiples funciones esenciales, como la producción de bilis para la digestión, el almacenamiento de vitaminas y minerales, y, sobre todo, la desintoxicación del cuerpo.

caducidad miel
Miel

Cuidar la salud hepática es clave para el buen funcionamiento del organismo, y la miel puede ser una aliada en este proceso.

En particular, se ha demostrado que la miel tiene efectos beneficiosos para prevenir y tratar enfermedades hepáticas como el hígado graso no alcohólico (EHGNA), una afección caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado, que afecta a una gran parte de la población, sobre todo en países desarrollados.

Beneficios de la miel

Uno de los principales beneficios de la miel es su capacidad para reducir un marcador clave del hígado graso no alcohólico.

Esta enfermedad, que puede progresar hacia problemas más graves como la cirrosis o el cáncer de hígado si no se trata adecuadamente, se ha vuelto cada vez más común debido a estilos de vida poco saludables, caracterizados por una dieta rica en grasas y azúcares, el sedentarismo y la falta de ejercicio físico.

El consumo de miel puede ayudar a reducir los niveles de grasa en las células hepáticas, ralentizando la progresión de la EHGNA o incluso disminuyendo el riesgo de desarrollarla. Esta propiedad convierte a la miel en un aliado natural para el cuidado del hígado.

Poder antioxidante

La miel es rica en antioxidantes, compuestos que juegan un papel crucial en la protección del hígado frente al daño de los radicales libres.

Estos radicales, generados como subproductos del metabolismo, pueden dañar las células, incluyendo las hepáticas.

El hígado, por ser el principal órgano encargado de descomponer toxinas, está expuesto a un mayor riesgo de daño por estrés oxidativo.

Los antioxidantes presentes en la miel, como los flavonoides y los ácidos fenólicos, ayudan a neutralizar estos radicales libres, reduciendo así el riesgo de enfermedades hepáticas crónicas.

El vínculo de este alimento con el hígado

Entre los compuestos más estudiados de la miel destaca el metilglioxal (MGO), especialmente presente en la miel de Manuka, originaria de Nueva Zelanda.

Este compuesto ha mostrado efectos hepatoprotectores significativos, ayudando a reducir la inflamación, el estrés oxidativo y mejorando la función hepática en general.

El MGO actúa directamente sobre las células hepáticas, promoviendo su regeneración y previniendo daños a largo plazo, lo que lo convierte en un componente clave para mantener el hígado saludable.

Otro aspecto importante de la miel es su capacidad para promover una microflora intestinal saludable, gracias a su contenido en prebióticos.

Estas fibras no digeribles estimulan el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino, lo cual es fundamental no solo para la digestión, sino también para la salud hepática.

El hígado y el intestino están interconectados a través del eje intestino-hígado, y una flora intestinal equilibrada ayuda a prevenir problemas como la translocación bacteriana y la endotoxemia, que pueden desencadenar inflamación hepática.

Al mantener una flora intestinal saludable, la miel no solo beneficia el intestino, sino que también protege indirectamente al hígado, ayudando a prevenir enfermedades hepáticas relacionadas con la inflamación y la acumulación de toxinas.

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