El sencillo método para saber si estás envejeciendo bien es este ejercicio
Aunque las evidencias de estas pruebas son limitadas, sí apuntan a que es un factor determinante
Envejecer bien se ha convertido en una preocupación creciente tanto a nivel personal como social. En las sociedades occidentales, donde la esperanza de vida es cada vez más alta, el interés por mantener una buena calidad de vida a medida que pasan los años es más fuerte que nunca. Ya no solo importa vivir más tiempo, sino vivirlo con bienestar, con una salud que permita disfrutar de la vejez de manera plena y autónoma. Algo de lo que hemos hablado en THE OBJECTIVE anteriormente.
Para envejecer bien, los expertos coinciden en que es fundamental cuidar de varios aspectos de nuestra vida que se retroalimentan entre sí. El ejercicio físico regular, una buena salud mental, una alimentación equilibrada, el descanso adecuado y las relaciones sociales gratificantes son pilares que ayudan a formar un círculo virtuoso. Este conjunto de hábitos no solo mejora el bienestar general sino que también ayuda a prevenir enfermedades y patologías frecuentes en la vejez, como la osteoporosis, el alzhéimer o los problemas cardiovasculares, reduciendo los riesgos y mejorando nuestra calidad de vida.
El envejecimiento saludable no es solo un objetivo deseable; es un reto para todos, ya que el paso de los años nos enfrenta a desafíos específicos. Las enfermedades crónicas o la fragilidad física pueden dificultar la autonomía, por lo que, para muchos, saber si están en el camino de envejecer bien se ha convertido en un objetivo concreto y medible. Aunque tenga alguna laguna, pero sí es una buena piedra de toque para saber si estamos en el camino indicado.
Cómo este ejercicio valida si estás envejeciendo bien
Un ejercicio tan simple como mantener el equilibrio sobre una sola pierna puede ofrecer mucha información sobre nuestro estado de salud y nuestro envejecimiento. En un estudio reciente publicado en Public Library of Science, se analizó cómo la capacidad de mantenerse de pie sobre una pierna durante al menos diez segundos se relaciona directamente con la salud general y la longevidad. El equilibrio es una habilidad fundamental que empieza a deteriorarse con la edad y cuya pérdida puede ser una señal temprana de otros problemas de salud.
Para realizar este test, solo necesitas un espacio seguro y libre de obstáculos, y preferiblemente contar con algún apoyo cerca, como una pared o una silla, en caso de que pierdas el equilibrio. El objetivo es sostenerse sobre una pierna, con los brazos en la cintura y sin apoyarse en ningún otro lugar. Si logras mantenerte estable durante al menos diez segundos, podrías estar en un buen camino de envejecimiento saludable. En cambio, si la estabilidad flaquea o necesitas apoyarte antes de tiempo, podría ser un indicativo de que existen áreas que requieren atención, como el fortalecimiento muscular o la mejora de la coordinación.
Este sencillo ejercicio no solo es útil para detectar problemas físicos, sino que también puede reflejar el estado de nuestra salud en general. La pérdida del equilibrio está ligada a una mayor incidencia de caídas en personas mayores, las cuales pueden ser muy peligrosas y afectar gravemente la calidad de vida. Por lo tanto, este tipo de ejercicios no solo ayudan a validar si estamos envejeciendo bien, sino que también pueden servir como una herramienta de prevención.
No es solo una cuestión de equilibrio físico
La capacidad de mantener el equilibrio no solo es un signo de fuerza física, sino también de un envejecimiento saludable. Si bien los estudios recientes han comenzado a relacionar el equilibrio con la longevidad, es importante recordar que muchos de estos estudios, tienen limitaciones en cuanto al tamaño de la muestra. Con solo 40 personas participantes, los resultados deben tomarse con cautela, aunque sí ofrecen una pista valiosa para evaluar la salud en la vejez.
La falta de equilibrio puede tener múltiples causas, y algunas de ellas pueden indicar problemas de salud subyacentes que van más allá del envejecimiento natural. Por ejemplo, el deterioro del equilibrio puede estar relacionado con enfermedades neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, o con problemas en la vista y el oído, dos sentidos que contribuyen a nuestra orientación y estabilidad. Asimismo, condiciones como la neuropatía diabética pueden afectar el equilibrio, al alterar la sensibilidad en los pies, lo cual resulta en una mayor dificultad para mantenerse de pie en una sola pierna.
En las personas mayores, la falta de equilibrio puede aumentar significativamente el riesgo de caídas, que son una de las principales causas de lesiones graves y pérdida de autonomía en esta etapa de la vida. Fracturas de cadera, contusiones severas y otras lesiones derivadas de caídas pueden limitar la movilidad y afectar profundamente el bienestar. Por eso, además de los ejercicios de equilibrio, es fundamental que las personas mayores cuiden sus niveles de actividad física general, además de practicar ejercicios que fortalezcan sus músculos y mejoren su capacidad de respuesta y coordinación.