Estas son las cuatro hormonas responsables de acumular grasa en la tripa
Es común pensar que solo la dieta y el ejercicio determinan dónde se acumulan esos kilos de más, pero hay otras razones
Si por más esfuerzo que pongas en tu alimentación y ejercicio físico no consigues reducir la grasa abdominal, probablemente te hayas preguntado qué es lo que está sucediendo.
La respuesta puede estar relacionada con las hormonas, ya que juegan un papel clave en la acumulación de grasa en distintas áreas del cuerpo, según un artículo de Telva.
Aunque es común pensar que solo la dieta y el ejercicio determinan dónde se acumula la grasa, las hormonas también influyen significativamente en este proceso.
¿Qué hormonas son las responsables de esto?
A lo largo de la vida, las mujeres y los hombres experimentan fluctuaciones hormonales que afectan no solo la cantidad, sino también la distribución de la grasa corporal.
En las mujeres, por ejemplo, durante la menopausia es común que la grasa se acumule en el abdomen, cuando antes se concentraba en áreas como las caderas y los glúteos.
1. Insulina
La insulina es una hormona crucial para el control de los niveles de azúcar en la sangre, pero cuando su producción es excesiva, como ocurre en la resistencia a la insulina, puede desencadenar una serie de problemas.
El exceso de insulina promueve la inflamación crónica, lo que, según la doctora Isabel Viña, puede redirigir la grasa hacia el abdomen.
Esta inflamación sostenida dificulta la entrada de glucosa en las células, lo que provoca que se almacene más fácilmente en forma de grasa visceral.
Este fenómeno crea un círculo vicioso: la inflamación aumenta, lo que favorece la resistencia a la insulina y, a su vez, la acumulación de grasa abdominal.
Reducir el consumo de azúcares refinados, aumentar el consumo de alimentos con bajo índice glucémico (como verduras, legumbres y frutos secos) y realizar ejercicio físico regular son estrategias clave para mantener los niveles de insulina en equilibrio.
2. Cortisol
El cortisol, conocido como la hormona del estrés, tiene un papel fundamental en la respuesta del cuerpo ante situaciones de estrés.
Sin embargo, cuando los niveles de cortisol permanecen elevados durante períodos prolongados, puede llevar a una redistribución de la grasa en el cuerpo, especialmente hacia la zona abdominal.
Además, el cortisol elevado también favorece la pérdida de masa muscular, lo que puede dificultar la pérdida de peso y aumentar la acumulación de grasa en la tripa.
Técnicas de manejo del estrés como la meditación, el yoga, el descanso adecuado y el ejercicio físico moderado son esenciales para regular los niveles de cortisol. Además, evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol también puede ayudar a reducir sus efectos.
3. Estrógeno
El estrógeno es una hormona clave en las mujeres, especialmente en lo que respecta a la distribución de la grasa corporal.
Durante la fase fértil de la vida, el estrógeno favorece la acumulación de grasa en las caderas y los glúteos, lo que es característico de la figura femenina.
Sin embargo, durante la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen y pueden causar un cambio en la distribución de la grasa, favoreciendo su acumulación en el abdomen, lo que contribuye a la aparición de la famosa barriga de la menopausia.
Mantener un peso saludable, consumir alimentos ricos en fitoestrógenos (como soja, lino, y legumbres) y llevar una vida activa son formas de ayudar a equilibrar los niveles de estrógeno. En algunos casos, la terapia hormonal puede ser recomendada por un médico.
4. Testosterona
La testosterona, conocida por ser la hormona sexual masculina, también está presente en las mujeres en menores cantidades. En los hombres, la testosterona ayuda a evitar la acumulación de grasa abdominal, ya que favorece la distribución de la grasa en otras zonas del cuerpo.
Sin embargo, cuando los niveles de testosterona disminuyen, como sucede con la edad o por desequilibrios hormonales, el cuerpo comienza a acumular más grasa en la zona abdominal.
En las mujeres, la caída de estrógenos y el aumento relativo de testosterona también pueden llevar a una redistribución de la grasa hacia el abdomen.
Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada, ejercicio de resistencia (como levantamiento de pesas), y un buen descanso, es fundamental para mantener los niveles de testosterona en equilibrio.
Las claves para combatir la grasa abdominal
La doctora Isabel Viña destaca que el ejercicio físico regular es fundamental para optimizar el equilibrio hormonal y reducir la grasa abdominal.
El ejercicio no solo ayuda a mantener un porcentaje saludable de grasa corporal, sino que también favorece la oxigenación sanguínea y mejora el metabolismo, lo que contribuye a la reducción de la grasa visceral.
Además, fortalecer los músculos mediante el entrenamiento de resistencia es clave para mantener la masa muscular y evitar la redistribución de la grasa hacia el abdomen.
Además del ejercicio, una dieta rica en fibra y antioxidantes, que incluya alimentos como frutas, verduras, legumbres y frutos secos, puede ayudar a regular los niveles hormonales.
El consumo de proteínas de alta calidad también es importante para mantener el equilibrio hormonal y apoyar la salud metabólica.
En algunos casos, la suplementación con nutrientes como el magnesio, el omega-3 o la vitamina D puede ser útil para mantener los niveles hormonales estables.