Qué es el 'bed rotting' o cómo la Gen Z intenta quitarse el estrés sin salir de la cama
Esta tendencia, entre la huida y el desacato, se ha convertido en uno de los fenómenos de moda de 2024
Del dolce far niente italiano al bed rotting, avalado por TikTok, el mundo de no hacer nada parece a veces convertirse en solución para no estresarse. El segundo, una tendencia en redes sociales que, literalmente, significa pudrirse en la cama, gana adeptos. La teoría, multiplicada a través de influencers y creadores de contenido, apunta a quedarse en la cama sin hacer nada.
Los pretendidos beneficios del bed rotting no se dirigen solo a mejorar la higiene del sueño si no, sobre todo, proteger la salud mental. Bajo este pretendido mantra que puede significar pasar horas –incluso días– en la cama, con la idea de liberar al que lo hace del estrés, de la productividad y de las obligaciones.
En cierto modo, una versión del JOMO –del que ya te hablamos en THE OBJECTIVE–, pero trasladada a un nuevo espacio. Convertidos la higiene del sueño y la salud mental en dos de los caballos de batalla del bienestar moderno, el bed rotting apunta en una dirección clara: no hacer nada para recuperarse, pero ¿funciona?
Cómo se lleva a cabo el ‘bed rotting’
Bajo el poco evocador de pudrirse en la cama, el bed rotting se puede poner en marcha de muchas maneras distintas pero, en general, de forma improductiva. Es decir, se puede mantener cierto nivel de ocio, siempre desde una perspectiva pasiva. Dejar el tiempo pasar, mirar el teléfono, escuchar música, ver series o películas, leer… Sin haberse terminado de definir por completo, el bed rotting es lo que muchas abuelas podrían haber definido como zanganear.
Con esta premisa, el bed rotting se presupone una ventaja para liberar de la presión cotidiana y del día a día a aquellos que se sumergen en él. En cierto modo, quizá se parezca al Preferiría no hacerlo que encabeza el personaje de Bartleby, protagonista del cuento corto Bartleby el escribiente, del autor decimonónico estadounidense Herman Melville. Modificación de ese dolce far niente italiano con el que parece confundirse pero que, en esencia, no son lo mismo. Principalmente porque el bed rotting surge casi de una imposición por parte del que decide permanecer en la cama. Al contrario del carácter dilettante del concepto italiano.
¿Funciona el ‘bed rotting’?
Lo cierto, como es evidente, es que el movimiento del bed rotting no tiene beneficios probados. Del mismo modo, aunque no haya estudios que se hayan centrado en investigar esta teoría, sí hay trabajos de psicólogos y sociólogos que apuntan a los éxitos y fracasos de esta pudrición.
Tanto como para que se haya convertido en una de las palabras del año. Al menos, según el portal estadounidense dictionary.com, de cuyas decisiones se ha hecho eco The Washington Post. Tanto como para incluir al término bed rotting como una de las palabrejas de 2024. En este caso, la traducción es, más o menos literalmente, el «pasar muchas horas en la cama durante el día, a menudo con aperitivos o un dispositivo electrónico, como un retiro voluntario de la actividad o el estrés».
El ser humano necesita movimiento y acción. Eso no quiere decir que deba ser un autómata y vivir en perpetuo movimiento, pero sí necesita niveles de actividad. Por contra, también necesita períodos de descanso. Algo que advertía la doctora Eleanor McGlinchey, psicóloga del sueño en Nueva York y profesora de Psicología en la Universidad Fairleigh Dickinson, a The New York Times: «Si quieres quedarte en la cama durante el día porque te sientes agotado, hazlo, y no te sientas mal por ello».
Cómo puede enmascarar situaciones de depresión
Sin embargo, el remedio tiene cortapisas. Tal y como la propia McGlinchey explicaba «si empieza a hacerte sentir deprimido, ansioso o a ser menos funcional, necesitas dar marcha atrás». En este sentido, sustenta la realidad de que en ciertas personas, permanecer sin hacer nada durante horas en la cama puede ser un signo de depresión. A otras personas, además, este remolonear de manera persistente en la cama con la intención de no hacer nada le puede aumentar la ansiedad. Del tal modo, entraría en acción lo que se conoce como rumiación de pensamientos.
Por este motivo, lo que se recomienda es mantener el tiempo necesario en la cama, casi a modo de respiro. Sin embargo, no se trata de convertirlo en una cueva. De la misma manera, se corre un riesgo añadido con el bed rotting: perder el sentido original de la utilidad de la cama. En los parámetros de higiene del sueño, especialmente en personas a las que le cuesta dormir, habituarse a que el dormitorio sea una estancia donde trabajar o como foco del ocio, con la cama como epicentro, puede jugar malas pasadas.
«Entrenarás a tu cerebro para que se mantenga despierto mientras estás en la cama», advierte desde Psychology Today la psicoterapeuta Amy Morin. En este sentido, además incide en que se aumenta la rumiación y, a su vez, los problemas no desaparecen por no afrontarlos. «Evitar los problemas añade estrés», asegura. «El escapismo no resolverá los problemas que actualmente te angustian; solo prolongarán su resolución y agravarán la angustia a largo plazo».