Las seis señales para saber si tengo el colesterol alto sin hacerme una analítica
Esta sustancia es un componente esencial del cuerpo, pero su desequilibrio puede convertirse en un enemigo silencioso
El colesterol es una sustancia clave para el funcionamiento del cuerpo, pero cuando sus niveles se desequilibran, puede convertirse en un riesgo silencioso para la salud.
Aunque la única manera certera de diagnosticarlo es mediante un análisis de sangre, existen ciertas señales en el organismo que pueden indicar la presencia de un problema. Identificar estos indicios puede ser crucial para tomar acción antes de que surjan complicaciones más graves.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una grasa natural producida mayoritariamente por nuestro organismo, aunque también se obtiene a través de alimentos de origen animal.
Este compuesto ceroso juega un rol esencial en la salud humana, ya que participa en la formación de hormonas, vitamina D y sustancias que ayudan en la digestión. Sin embargo, su acumulación en niveles elevados puede desencadenar problemas de salud graves, especialmente enfermedades cardiovasculares.
¿Cuántos tipos de colesterol existen en nuestro cuerpo?
El colesterol viaja por el cuerpo unido a proteínas, formando las lipoproteínas. Existen dos tipos principales:
- HDL (lipoproteína de alta densidad): conocido como colesterol bueno, transporta el colesterol desde las arterias al hígado, donde se elimina.
- LDL (lipoproteína de baja densidad): llamado colesterol malo, puede acumularse en las paredes de las arterias, formando placas que restringen el flujo sanguíneo.
La hipercolesterolemia: un problema de salud pública
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), muchas personas con niveles altos de colesterol LDL no reciben tratamiento adecuado, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares (ACV).
El Dr. Antonio Gotto, especialista en cardiología, señala que «el colesterol alto no tratado a tiempo actúa como un enemigo silencioso, fomentando la progresión de enfermedades cardiovasculares que muchas veces son prevenibles». Esto subraya la importancia del diagnóstico temprano.
¿Qué seis señales están relacionados con el colesterol alto?
Aunque el colesterol alto no presenta síntomas específicos, puede desencadenar problemas cuando se forman placas arteriales que afectan el flujo sanguíneo. Entre los posibles signos clínicos están:
- Fatiga inexplicable: relacionada con la insuficiencia de oxígeno en el cuerpo.
- Problemas de memoria y concentración: debido a una mala oxigenación cerebral.
- Dolor en el pecho (angina): indica un flujo sanguíneo reducido al corazón.
- Dolores digestivos: vinculados a la acumulación de grasa en el hígado.
- Mareos y desmayos: causados por un flujo sanguíneo restringido hacia el cerebro.
- Xantomas: depósitos grasos visibles bajo la piel, especialmente en los párpados y articulaciones.
Complicaciones asociadas al colesterol alto
El exceso de colesterol LDL puede provocar la formación de placas en los vasos sanguíneos, llevando a condiciones graves como:
- Angina de pecho: por el estrechamiento de las arterias que irrigan el corazón.
- Infartos de miocardio: debido al bloqueo completo del flujo sanguíneo hacia el corazón.
- Accidentes cerebrovasculares: causados por coágulos que obstruyen el flujo sanguíneo al cerebro.
¿Cómo controlar los niveles de colesterol?
La mejor forma de detectar niveles elevados de colesterol es a través de un análisis de sangre. La OMS recomienda realizar pruebas regulares, especialmente en personas con factores de riesgo como obesidad, diabetes o antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
Para mantener niveles saludables de colesterol:
- Adopta una dieta equilibrada: prioriza alimentos ricos en fibra y antioxidantes como frutas, verduras y cereales integrales. Incorpora grasas saludables presentes en el aceite de oliva, aguacate, frutos secos y pescado azul para aumentar el colesterol bueno (HDL).
- Evita grasas trans y saturadas: limita el consumo de alimentos ultraprocesados y ricos en grasas trans como galletas y frituras. Opta por métodos de cocción saludables y reduce productos con alto contenido de grasas saturadas, como carnes procesadas y lácteos enteros.
- Realiza actividad física: dedica al menos 150 minutos semanales a ejercicios moderados (caminar, correr o nadar) para mejorar los niveles de HDL y reducir LDL. Complementa con actividades como yoga o entrenamiento de fuerza para favorecer la circulación.
- Evita el tabaco y modera el alcohol: dejar de fumar mejora los niveles de HDL y protege las arterias. En cuanto al alcohol, mantén un consumo moderado: una bebida diaria para mujeres y dos para hombres como máximo.
- Incorpora alimentos funcionales:consuma productos enriquecidos con estanoles y esteroles vegetales, que bloquean la absorción de colesterol, junto con legumbres y semillas como la chía y el lino para mejorar el perfil lipídico.