¿Por qué andar nos aleja de los catarros?
Caminar al aire libre, rodeado de naturaleza, ayuda a reducir el estrés y mejora nuestra autoestima
Mujer andando en invierno. | Freepik
El invierno nos invita al sedentarismo, pero nuestro cuerpo necesita movimiento. Caminar, especialmente al aire libre, es una excelente opción para combatir el frío y mejorar nuestra salud. El winter walking es una tendencia que va más allá de una simple caminata.
Al realizarla a un ritmo constante y con la ropa adecuada, podemos fortalecer nuestro sistema inmunológico, mejorar nuestra circulación y hasta quemar más calorías que con una caminata tradicional. Así que, abrígate bien y sal a disfrutar del invierno al aire libre.
¿Qué es el ‘winter walking’?
Al caminar en invierno, nuestro cuerpo se ve obligado a trabajar más para mantener su temperatura, lo que se traduce en un mayor gasto calórico y una mejora en nuestro sistema cardiovascular.
Además de los beneficios físicos, el winter walking también tiene un impacto positivo en nuestro bienestar emocional. La exposición a la luz natural, aunque sea menor en invierno, ayuda a regular nuestros niveles de serotonina, el neurotransmisor de la felicidad.
Caminar al aire libre, rodeado de naturaleza, reduce el estrés y mejora nuestra autoestima. Es una excelente manera de combatir la sensación de tristeza y apatía que a menudo se asocia con los meses más fríos del año.
Para disfrutar al máximo de esta actividad, es importante vestirse adecuadamente. Utiliza ropa de abrigo en capas, calzado impermeable y con buen agarre, y no olvides proteger tu cabeza, manos y cuello. También es recomendable elegir rutas seguras y agradables, y caminar a un ritmo constante. La clave es empezar al menos por 10 minutos e ir incrementando el tiempo día a día.
¿Qué postura mantener?
La postura es fundamental para disfrutar al máximo de tus caminatas invernales y prevenir lesiones. Al mantener una postura correcta, distribuimos el peso de manera uniforme sobre nuestras articulaciones, lo que reduce la tensión en músculos y huesos. Imagina tu cuerpo como una torre: una base sólida (los pies), un tronco fuerte (la columna) y una cabeza erguida.
Para lograr una buena postura al caminar, es importante prestar atención a los siguientes puntos:
- La cabeza: debe estar alineada con el cuello y la columna vertebral, sin inclinaciones hacia adelante ni hacia atrás.
- Los hombros: relájalos y mantenlos hacia atrás. Evita encorvarte o llevar los hombros hacia arriba.
- La espalda: mantén la espalda recta, pero no rígida. Imagina que tienes un hilo que te tira hacia arriba desde la coronilla.
- El abdomen: contrae ligeramente los músculos abdominales para sostener la espalda baja.
- La mirada: dirige tu mirada hacia el frente, a unos pocos metros de distancia. Esto te ayudará a mantener una postura erguida y evitar tropezar.
- Los brazos: balancea los brazos de forma natural, hacia adelante y hacia atrás. Esto te ayudará a mantener el equilibrio y a aumentar el ritmo de tu caminata.
- Los pies: apoya primero el talón y luego desplázate hacia los dedos de los pies. Evita arrastrar los pies.
¿Nos evita coger catarros?
El frío no causa catarros. Los resfriados son causados por virus, no por bajas temperaturas. La idea de que el frío nos enferma es un mito que persiste desde hace mucho tiempo.
¿Por qué parece que nos resfriamos más en invierno?
- Contagio en interiores: en invierno, tendemos a pasar más tiempo en espacios cerrados, como casas, oficinas o transporte público. Esto facilita la transmisión de virus de una persona a otra.
- Bajas defensas: el estrés, la falta de sueño y una dieta menos saludable, que son más comunes en invierno, pueden debilitar nuestro sistema inmunológico y hacernos más susceptibles a las infecciones.
