Una biotecnóloga desvela cuáles son los alimentos que no hay que lavar antes de comer
Para garantizar una dieta segura, es fundamental conocer las recomendaciones de expertos y aplicar buenas prácticas

Lavar alimentos | Canva
La seguridad alimentaria es clave para mantener una buena salud y evitar enfermedades relacionadas con los alimentos. Una de las prácticas más comunes para garantizar la higiene de los productos es lavar los alimentos antes de cocinarlos o consumirlos. Sin embargo, no todos los productos deben ser lavados, ya que hacerlo podría aumentar el riesgo de contaminación.
¿Por qué no hay que lavar ciertos alimentos antes de su consumo?
Alba Ramírez, biotecnóloga, dietista y nutricionista, conocida por su cuenta de Instagram @Gastrolifeig, ha alertado sobre ciertos alimentos que no deben lavarse antes de su consumo, ya que el lavado podría causar la proliferación de microorganismos o destruir propiedades beneficiosas.
1. El pollo
Uno de los alimentos más comunes que se lavan antes de cocinar es el pollo. Sin embargo, la biotecnóloga Alba Ramírez desaconseja totalmente esta práctica.
En su cuenta de Instagram, explica que al lavar el pollo bajo el agua del grifo, los microorganismos presentes en la carne pueden dispersarse por la cocina, contaminando superficies, utensilios y otros alimentos, lo que aumenta el riesgo de intoxicaciones alimentarias.

Ramírez enfatiza que, en lugar de lavar la carne cruda, lo más adecuado es comprarla en establecimientos que garanticen buenas prácticas de manipulación.
Además, resalta que cualquier bacteria o microorganismo que pueda estar presente en la carne será eliminado durante el proceso de cocción, ya que el tratamiento térmico destruye estos agentes patógenos.
2. Los huevos
Otro alimento que comúnmente se lava antes de consumir es el huevo. Sin embargo, Alba Ramírez advierte que lavar los huevos no es recomendable.
La cáscara del huevo, aunque parece dura, es porosa y permite la entrada de microorganismos si se pone en contacto con el agua. La biotecnóloga explica que cuando la cáscara entra en contacto con agua, los poros se dilatan y las bacterias presentes en la superficie pueden penetrar en el interior del huevo, aumentando el riesgo de contaminación.
En caso de que los huevos tengan suciedad visible, la recomendación es simplemente pasarlos por una servilleta seca. De esta manera, se elimina la suciedad sin arriesgar la seguridad alimentaria.
3. Las ensaladas listas para consumir
Las ensaladas preparadas y envasadas también son un producto en el que el lavado previo a su consumo es innecesario y, en algunos casos, contraproducente.
Según Alba Ramírez, las ensaladas listas para consumir ya han pasado por un proceso de limpieza y conservación en atmósfera protectora, lo que significa que no es necesario lavarlas antes de comerlas, a menos que en el etiquetado se indique lo contrario.
Lavarlas puede reducir su vida útil, ya que el proceso de envasado se ha diseñado para mantener la frescura del producto durante un período más largo.
De hecho, al lavar las verduras, se corre el riesgo de alterar su composición y disminuir su durabilidad, algo que las ensaladas preparadas están diseñadas para evitar.
Alternativas para garantizar la seguridad alimentaria
Para mantener la seguridad alimentaria sin poner en riesgo la salud, Alba Ramírez sugiere algunas alternativas al lavado de alimentos:
- Compra alimentos en establecimientos confiables: es fundamental adquirir productos de calidad, que hayan sido manipulados adecuadamente según las normativas de seguridad alimentaria.
- Cocina a las temperaturas adecuadas: el tratamiento térmico es clave para destruir las bacterias y microorganismos patógenos en los alimentos. Asegúrate de cocinar la carne, especialmente el pollo, a la temperatura recomendada.
- Evita la contaminación cruzada: mantén separados los alimentos crudos de aquellos que ya están listos para consumir. Usa utensilios distintos y limpia bien las superficies de la cocina después de preparar carnes crudas.
- Si dudas, consulta el etiquetado: en productos como ensaladas prelavadas o frutas y verduras envasadas, revisa siempre las indicaciones del etiquetado. Si te indican que no es necesario lavar el producto, no lo hagas para no reducir su vida útil.