Elon Musk y su consumo de ketamina: «La uso como alternativa a los antidepresivos tradicionales»
El uso de drogas para el tratamiento de ciertas enfermedades se ha convertido en un tema de debate en los últimos días

Elon Musk | Reuters/Kent Nishimura
Elon Musk, el empresario multimillonario detrás de compañías como Tesla, SpaceX, Neuralink y X (anteriormente Twitter), es una de las figuras más influyentes y polémicas del mundo. Sus logros en el ámbito de la tecnología y la exploración espacial lo han convertido en un símbolo de la innovación, pero también en un personaje cuyas declaraciones generan controversia. Recientemente, Musk ha llamado la atención por hablar abiertamente sobre su consumo de ketamina, una droga que, si bien tiene usos médicos, también es conocida por su potencial recreativo y adictivo.
Según el medio de comunicación Ac2ality, en su cuenta de Instagram, Elon Musk ha reconocido públicamente que consume ketamina bajo supervisión médica para tratar episodios de depresión. De acuerdo con sus declaraciones, lo hace de manera controlada, con dosis bajas y en períodos específicos. Musk explicó que esta sustancia le ayuda a mantener la estabilidad emocional sin recurrir a antidepresivos tradicionales, que, según él, pueden afectar la energía y la productividad. Sin embargo, también advirtió sobre los peligros del abuso de esta droga, afirmando: «Si tomas demasiada, no puedes trabajar».
El revuelo de Elon Musk y su consumo con la Ketamina
Estas declaraciones han reavivado el debate sobre el uso de la ketamina en tratamientos psiquiátricos, un tema que en los últimos años ha cobrado relevancia en la comunidad médica. En dosis controladas, la ketamina ha demostrado ser efectiva para tratar la depresión resistente a otros fármacos, pero su potencial de abuso, los efectos secundarios y las alteraciones cognitivas que puede provocar han generado preocupaciones entre expertos y el público en general.
Además, muchas personas especulan sobre si esta sustancia influye en el comportamiento errático de Musk, en sus polémicas declaraciones en redes sociales y en su estilo de liderazgo, que muchos describen como impulsivo y caótico. A lo largo de los años, numerosos críticos han cuestionado sus decisiones abruptas en la gestión de sus empresas, los despidos masivos que ha ordenado y los tuits con los que ha impactado mercados enteros. Esto ha llevado a algunos analistas a preguntarse si el consumo de ketamina juega un papel en estos episodios.

Este tema no solo abre la discusión sobre los tratamientos alternativos para la salud mental en personas de alto perfil, sino que también plantea preguntas sobre la ética, la responsabilidad y el impacto del consumo de drogas en líderes con una gran influencia en la economía y la tecnología mundial. ¿Es la ketamina una solución legítima para la salud mental o un arma de doble filo para quienes la consumen? ¿Cómo afecta este tratamiento a la toma de decisiones en personas con una carga laboral extrema? Estas son algunas de las cuestiones que surgen tras las declaraciones de Musk, quien una vez más se encuentra en el centro de la controversia.
La ketamina: usos médicos y recreativos
La ketamina es un anestésico disociativo desarrollado en la década de 1960, utilizado en medicina para inducir y mantener la anestesia, especialmente en procedimientos quirúrgicos. Además de sus propiedades anestésicas, en las últimas dos décadas se ha explorado su uso en dosis bajas para tratar la depresión resistente a otros tratamientos, mostrando resultados prometedores en ciertos casos. Sin embargo, la ketamina también se ha popularizado como droga recreativa debido a sus efectos alucinógenos y disociativos, lo que ha generado preocupación por su potencial de abuso y los riesgos asociados. El consumo recreativo de ketamina puede provocar efectos adversos como ansiedad, paranoia, agitación psicomotriz, depresión del sistema nervioso central, disminución de la memoria a corto plazo, náuseas y vómitos, y supresión del tono muscular.
Efectos secundarios y riesgos
El uso prolongado o abusivo de ketamina puede acarrear múltiples riesgos para la salud física y mental:
- Dependencia y adicción: el uso regular de ketamina puede llevar a la dependencia y adicción, especialmente en contextos recreativos.
- Problemas cognitivos: el consumo excesivo de ketamina se asocia con deterioro de la memoria, dificultades en la atención y otros problemas cognitivos.
- Afecciones urinarias: el uso prolongado de ketamina puede causar daños en el sistema urinario, como cistitis intersticial, que provoca dolor y molestias en la vejiga.
- Efectos psicológicos: el consumo recreativo frecuente de ketamina puede provocar delirios que pueden durar hasta un mes después de que una persona deja de usarla.