La primavera como enemiga de tu salud respiratoria: cómo protegerte en esta estación
Aunque el invierno y sus problemas parezcan un fantasma del pasado, sigue habiendo riesgos

Un hombre estornudando. | ©Freepik.
Llega la primavera y, con ella, una explosión de luz, color y temperaturas más amables que parecen anunciar el fin definitivo del invierno. Es esa época en la que los días se alargan, florecen los parques y parece que todo mejora, incluidas nuestras defensas. Empiezas a guardar el abrigo, abres las ventanas con ganas y piensas que lo peor ya ha pasado.
Durante unas semanas, incluso te lo crees. Te sientes con más energía, te apetece salir a la calle, hacer deporte, y sientes que la congestión que te acompañó en enero es ya solo un mal recuerdo. La primavera tiene algo de bálsamo emocional, como si cada rayo de sol borrase una molestia del cuerpo y del ánimo.
Hasta que empiezas a estornudar, te pican los ojos, y esa tos seca que no habías sentido en semanas vuelve sin avisar. Porque sí, la primavera también tiene su cara menos amable. Y, aunque muchos no lo sospechan, esta estación puede ser especialmente traicionera para tu salud respiratoria.
La salud respiratoria en primavera: de alergias a resfriados
Puede que creas que los verdaderos enemigos de tu salud respiratoria están en los meses de frío, cuando el invierno impone sus virus estacionales. Pero la llegada de la primavera no significa que estemos a salvo. De hecho, para muchas personas, el inicio de esta estación marca el comienzo de una auténtica carrera de obstáculos respiratorios.
Uno de los grandes protagonistas —y no precisamente deseados— de la primavera es el polen. Las concentraciones aumentan de forma considerable en esta época, especialmente en regiones como el centro peninsular o el sur, donde las gramíneas y el olivo tienen una presencia destacada. Las personas alérgicas lo notan de inmediato, pero incluso quienes no lo son pueden experimentar molestias por la irritación que el polen provoca en las vías respiratorias.
Además, no debemos olvidar que el entretiempo es una etapa de contrastes. Los cambios bruscos de temperatura entre el día y la noche, o los altibajos del tiempo —sol un día, lluvia y viento al siguiente— pueden desestabilizar al organismo. Esa inestabilidad es un caldo de cultivo perfecto para resfriados y otros cuadros leves, pero molestos, que afectan a la nariz, la garganta o incluso a los bronquios, de los que ya te hemos hablado anteriormente en THE OBJECTIVE.
Cómo protegerte

La primera pista para proteger tu salud respiratoria en primavera es saber cómo se comporta el polen. Las concentraciones suelen ser más altas a primera hora de la mañana y al atardecer, por lo que, si tienes alergia o sensibilidad, es mejor evitar salir a la calle en esos tramos horarios. También conviene buscar zonas verdes menos saturadas para hacer deporte o pasear, especialmente si vives en una ciudad con alto nivel de polinización. Del mismo modo, como explica la American Lung Association (Asociación Americana del Pulmón) hay que tener cuidado con el aumento de la contaminación y las altas temperaturas.
Otro aspecto clave es ventilar bien, pero con inteligencia. Las ventanas deben abrirse en las horas de menor concentración de polen, que suelen coincidir con las franjas centrales del día. Usar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado o incluso en el coche puede marcar la diferencia. En casa, limpiar con frecuencia y evitar que el polen se acumule en cortinas o ropa también ayuda a reducir la exposición. De tal modo, el uso de aspiradores se hace todavía más necesario para evitar que esos pólenes acaben yendo en tapicerías y alfombras.
Y por supuesto, no debemos olvidar que los virus no entienden de estaciones. Aunque los contagios se reducen respecto al invierno, el riesgo de resfriados sigue existiendo. Lavarte las manos con regularidad, evitar cambios bruscos de temperatura y mantenerte bien hidratado son medidas tan simples como eficaces. Porque, aunque la primavera quiera parecerse a un paraíso, tu salud respiratoria necesita algo más que buen tiempo para estar protegida.