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Virginia, psicóloga: «No todos merecen un lugar en tu vida: aprende a identificar quién suma y quién resta»

Poner a cada quien en el lugar emocional que le corresponde no es un acto de frialdad, sino de consciencia y paz mental

Virginia, psicóloga: «No todos merecen un lugar en tu vida: aprende a identificar quién suma y quién resta»

Virginia Frutos, psicóloga general sanitaria, especialista en terapia sistémica familiar y psicodrama. | Cedida

No todas las personas con las que compartimos tiempo son necesariamente de confianza. Tampoco todas merecen un lugar privilegiado en nuestro mundo emocional. A menudo confundimos amabilidad con cercanía, frecuencia con intimidad o años de historia compartida con lealtad verdadera. Sin embargo, establecer vínculos sanos implica discernir con honestidad quién nos nutre y quién, en cambio, nos desgasta. Virginia Frutos, psicóloga general sanitaria, especialista en terapia sistémica familiar y psicodrama, es clara: “Una de las claves para construir relaciones saludables es identificar a quienes nos brindan seguridad emocional“. Y no se trata solo de gestos amables, sino de una presencia auténtica, constante y coherente. Aquellas personas con las que podemos ser genuinos —sin máscaras ni temor al juicio— son las que merecen un espacio más íntimo y sólido en nuestra vida.

Identifica vínculos desde la realidad, no desde el deseo

Muchas veces confundimos la frecuencia con la profundidad, o el pasado compartido con la lealtad presente. Pero la calidad de un vínculo no depende del tiempo, sino de factores como la reciprocidad, la coherencia emocional y el respeto a los límites personales. Frutos propone una serie de preguntas clave para evaluar con objetividad nuestras relaciones:

  • ¿Te cuidan como tú cuidas?
  • ¿Te buscan solo cuando necesitan algo, o también por interés genuino en ti?
  • ¿Puedes confiar en lo que dicen, o hay promesas vacías y palabras que no se concretan?
  • ¿Cómo te sientes después de estar con esa persona: fortalecido o drenado?
  • ¿Te respetan tal como eres, o sientes que debes agradar, justificarte o complacer para sostener el vínculo?

Tener respuestas claras no significa volverse selectivo en exceso, sino aprender a reorganizar nuestras prioridades emocionales, dedicando energía a las relaciones que realmente la merecen y evitando dinámicas que nos agotan o frustran.

Al final, no se trata de cuántos, sino de quiénes. Quiénes te cuidan, quiénes te sostienen, quiénes te hacen sentir visto, escuchado y respetado. Esos son los vínculos que vale la pena nutrir.

Señales para saber quién merece estar cerca de ti emocionalmente

Frutos propone prestar atención a una serie de factores que actúan como brújula emocional para situar a cada vínculo donde realmente encaja. No para excluir, sino para cuidar:

1. Reciprocidad

¿Te cuidan con la misma entrega con la que tú cuidas? Observa si están solo cuando te necesitan o también cuando desean saber cómo estás. La relación se mide tanto en la demanda como en la disponibilidad.

2. Coherencia

Las acciones hablan más que las palabras. ¿Esa persona cumple lo que promete o vives esperando cambios que nunca llegan? La confianza se construye con hechos, no con excusas.

3. Disposición emocional

¿Te escucha y válida, o minimiza lo que sientes? La verdadera conexión se percibe cuando el otro se interesa por tu mundo interno, no solo por lo superficial.

4. Impacto emocional

¿Cómo te sientes después de compartir tiempo con esa persona? ¿Ligero o agotado? ¿Fortalecido o confundido? Las emociones que quedan después de un encuentro dicen mucho del lugar que esa relación debería ocupar.

5. Respeto a tus límites

¿Te sientes libre siendo tú mismo, o condicionado a complacer, justificar o aguantar? Si alguien te presiona, juzga o manipula, la relación pierde su esencia.

Tomar conciencia para priorizar tu bienestar

Establecer límites no es rechazar, es priorizar tu bienestar emocional. Es un ejercicio de honestidad interna que nos permite dejar de sostener vínculos por costumbre, miedo o culpa, y comenzar a elegir desde el autocuidado. No se trata de excluir personas, sino de reconocer con lucidez qué tipo de energía aporta cada relación a nuestra vida. En palabras de la psicóloga Virginia Frutos, “cuando entendemos que no todos tienen que ocupar el mismo nivel de cercanía, comenzamos a elegir desde el amor propio, no desde la culpa”. Y es que muchas veces mantenemos relaciones desgastantes solo por compromiso emocional, por temor a herir o porque confundimos lealtad con autoabandono. Pero cuidar de uno mismo también implica saber decir: “hasta aquí”.

Ubicar emocionalmente a las personas es liberar expectativas. Es aceptar que algunas relaciones serán más superficiales, otras más profundas, y muchas simplemente transitorias. Y eso está bien. Porque el verdadero bienestar no se mide por la cantidad de vínculos, sino por la calidad emocional de los que decidimos mantener. Al final, no se trata de cuántos, sino de quiénes. Quiénes te cuidan, quiénes te sostienen, quiénes te hacen sentir visto, escuchado y respetado. Esos son los vínculos que vale la pena nutrir.

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