Inflamación, hinchazón y distensión: qué son y por qué debes distinguirlas
Aunque puedan parecer sinónimos, la realidad clínica es muy distinta entre cada uno de ellos

Inflamación, hinchazón y distensión
A menudo utilizamos ciertos términos de forma intercambiable, sin detenernos a pensar en su significado real. Esto ocurre especialmente cuando hablamos de salud y bienestar, donde conceptos con diferencias como inflamación, hinchazón y distensión se confunden con frecuencia. En la conversación cotidiana, tanto en el día a día como en las redes sociales, tendemos a tratarlos como sinónimos, aunque en realidad no lo sean.
El auge del interés por la alimentación saludable y la atención creciente a cómo nos sentimos tras las comidas han puesto en primer plano muchas sensaciones corporales. Decimos «estoy inflamado» tras una comida copiosa, cuando en realidad queremos decir que notamos el abdomen más lleno o más tenso. O atribuimos cualquier molestia digestiva a una distensión, sin tener claro a qué se refiere este término realmente. Esta confusión, aunque parezca inofensiva, puede dificultar que identifiquemos problemas reales y sepamos cómo actuar ante ellos.
Conocer con precisión qué significa cada uno de estos términos es más importante de lo que parece a simple vista. Saber distinguir entre inflamación, hinchazón y distensión no solo permite describir mejor lo que nos ocurre, sino que también nos ayuda a decidir cuándo es momento de ajustar hábitos o consultar con un profesional. No se trata de convertirnos en médicos, sino de ser más conscientes de nuestro cuerpo y de cómo se expresa.
Ser consciente: qué significa inflamación, hinchazón y distensión
La inflamación es una respuesta del sistema inmunitario. Es un proceso interno que se activa cuando el organismo detecta una amenaza, como una infección o una lesión. Aunque puede tener manifestaciones externas visibles —como enrojecimiento o calor en una zona del cuerpo— muchas veces es completamente interna, y solo se detecta mediante análisis. La inflamación crónica, además, puede desarrollarse sin síntomas evidentes, pero tener consecuencias a largo plazo en la salud metabólica y cardiovascular. En este caso, decir «estoy inflamado» para referirnos a una hinchazón es incorrecto. Motivo por el que tener claro que hay que establecer diferencias entre inflamación, hinchazón y distensión.
En cambio, la hinchazón suele referirse a una sensación de pesadez o plenitud, comúnmente en la zona abdominal. A diferencia de la inflamación, la hinchazón tiene un componente más visible y perceptible: el vientre se abulta, se siente presión y, a veces, hay gases. Esta sensación puede aparecer tras una comida muy copiosa, por una digestión lenta o por intolerancias alimentarias leves. En general, es una molestia pasajera que no implica una condición médica grave, aunque puede ser recurrente si no se identifican sus desencadenantes.
Por su parte, la distensión abdominal se refiere a un aumento real del volumen abdominal, que puede ir acompañado o no de dolor o molestias. A diferencia de la hinchazón, que se basa más en la percepción subjetiva, la distensión suele tener una expresión física evidente y medible. Se produce cuando se acumula aire o líquido en el abdomen, o cuando los músculos abdominales se relajan en exceso. Y sí, puede estar aparejada a la hinchazón. Aunque muchas veces se superpone con la hinchazón, la distensión puede deberse también a trastornos digestivos más específicos, como el síndrome del intestino irritable, del que te hemos hablado anteriormente en THE OBJECTIVE.
Qué me debe preocupar

La inflamación, al no tener una expresión externa clara, es más difícil de identificar sin la ayuda de pruebas médicas. A menudo, su presencia se detecta mediante análisis de sangre que revelan niveles elevados de marcadores como la proteína C reactiva. Si bien no siempre produce síntomas, su persistencia está relacionada con enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la artritis o problemas cardiovasculares. Por eso, no basta con sentirse inflamado para hablar de inflamación en términos clínicos: es necesaria una evaluación médica. Algo que explica con claridad la National Library of Medicine. Además, las consecuencias son muy dispares, por lo que comprender las diferencias entre inflamación, hinchazón y distensión. O su uso terminológico es relevante.
La hinchazón abdominal, en cambio, es algo que cualquier persona puede identificar. El vientre se siente más grande, más tenso o con más gases, y suele aparecer después de comer. En la mayoría de los casos, no es motivo de preocupación y puede solucionarse con cambios en la alimentación, como reducir alimentos fermentables o masticar más despacio. No obstante, si se vuelve persistente o interfiere en la calidad de vida, conviene consultar con un especialista en digestivo o nutrición. También es más subjetiva e, incluso sin una manifestación patente, puede ser la percepción que tiene el propio paciente.
La distensión, aunque muchas veces se presenta junto con la hinchazón, puede ser un síntoma más llamativo y molesto. Cuando el aumento del volumen abdominal es evidente, constante o viene acompañado de otros síntomas como dolor, diarrea o estreñimiento, puede estar indicando un trastorno funcional o estructural. El abordaje de la distensión requiere un análisis más completo, y en algunos casos se puede vincular a patologías como la disbiosis intestinal o alteraciones en la motilidad del intestino.