Prevención de trombos en avión: recomendaciones de Aurelio Rojas para un vuelo seguro
Volar es seguro si se toman precauciones: la prevención marca la diferencia, sobre todo en personas con riesgos

Pasajero | Canva
Viajar en avión, sobre todo en trayectos largos, puede suponer más que solo cansancio o jet lag. Según advierte el cardiólogo Aurelio Rojas, los vuelos de varias horas representan un riesgo real de trombosis venosa profunda (TVP), una condición potencialmente grave que puede desembocar en una embolia pulmonar, con consecuencias fatales si no se detecta a tiempo.
La TVP se produce cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profunda, generalmente en las piernas. Durante un vuelo, la combinación de inmovilidad prolongada, presión atmosférica reducida, y deshidratación favorece la aparición de estos coágulos. En personas con factores de riesgo, como antecedentes personales o familiares de trombosis, edad avanzada, cáncer activo, obesidad, embarazo o uso de anticonceptivos hormonales, este riesgo aumenta considerablemente.
¿Por qué es más común en vuelos largos?
Durante un vuelo, pasamos muchas horas sentados, con poco espacio para movernos y con una circulación sanguínea que se ralentiza, especialmente en las piernas. A esto se suma la presión reducida de la cabina, que disminuye la cantidad de oxígeno y provoca una mayor viscosidad sanguínea. Esta situación, según explica Aurelio Rojas, propicia lo que se conoce como estasis venosa, una ralentización del flujo de sangre que es el caldo de cultivo ideal para la formación de trombos. Y no solo los vuelos de larga distancia son motivo de alerta. Aunque el riesgo aumenta significativamente en trayectos superiores a 4 horas, cualquier situación que implique estar mucho tiempo sentado sin moverse puede ser problemática.
¿Quiénes deben tener especial cuidado?
Hay ciertos grupos de personas que deberían prestar atención especial y tomar medidas preventivas antes de volar. Entre ellos se encuentran:

- Mayores de 60 años
- Personas con antecedentes personales o familiares de trombosis
- Quienes padecen cáncer activo o están en tratamiento
- Personas con obesidad
- Mujeres embarazadas
- Mujeres que toman anticonceptivos hormonales
- Personas que recientemente han sido operadas
En estos casos, es recomendable consultar con un médico antes del viaje, ya que puede ser necesario adoptar medidas adicionales.
Medidas preventivas basadas en evidencia
Para quienes tienen un riesgo aumentado o simplemente desean volar de manera más segura, Aurelio Rojas recomienda seguir cuatro acciones clave con respaldo científico para reducir el riesgo de trombosis durante el viaje.

- Moviliza tus piernas con frecuencia: cada hora, intenta levantarte y caminar por el pasillo del avión. Si no es posible, realiza movimientos circulares con los tobillos, eleva y baja los talones y estira las piernas en el sitio. Esto favorece el retorno venoso y evita que la sangre se estanque.
- Mantente bien hidratado: beber agua antes, durante y después del vuelo es fundamental. La deshidratación espesa la sangre y favorece la formación de coágulos. Evita las bebidas alcohólicas y aquellas con cafeína, ya que tienen efecto diurético y pueden agravar la pérdida de líquidos.
- Usa medias de compresión: en personas con predisposición a la trombosis, las medias de compresión graduada son una herramienta eficaz. Estas medias favorecen el retorno venoso desde las extremidades inferiores hacia el corazón, reduciendo la posibilidad de estasis sanguínea. Es importante que estén bien ajustadas y se usen durante todo el vuelo.
- Consulta sobre profilaxis farmacológica: en casos de riesgo alto, el médico puede considerar prescribir una dosis preventiva de anticoagulantes antes del vuelo. Esto es especialmente útil para pacientes oncológicos, postquirúrgicos o con antecedentes de trombosis. Nunca tomes esta medida por tu cuenta; debe ser evaluada por un profesional de la salud.
¿Qué hacer después del vuelo?
Una vez en destino, es importante seguir moviéndose. Pasear, estirar las piernas y mantenerse hidratado en las horas siguientes al aterrizaje ayuda a mantener una buena circulación. Si en los días posteriores aparecen síntomas como hinchazón, dolor en una pierna, enrojecimiento, o dificultad para respirar, es crucial buscar atención médica de inmediato, ya que podría tratarse de una trombosis o una embolia pulmonar.