Siete leyes que activas cuando dejas de ser la mujer buena, según una cuenta viral de Instagram
Cuando aprendes a elegirte, a decirle sí a lo que te nutre y no a lo que te resta, tu paz interior florece y todo empieza a encajar

Alexandra Perira | Redes sociales
La cuenta de Instagram @amorpropio ha ganado popularidad por compartir reflexiones profundas sobre desarrollo personal y el empoderamiento femenino. En uno de sus mensajes más virales, se enumeran siete leyes que se activan cuando dejamos de ser “las buenas”, ese rol impuesto que muchas veces limita nuestra autenticidad y bienestar. Este cambio no es solo un acto de rebeldía, sino una declaración de amor propio, un proceso que implica aprendizaje, límites y respeto. Desde THE OBJECTIVE te contamos, con una mirada periodística, en qué consisten esas siete leyes y por qué resuenan con tantas mujeres hoy.
Dejar de ser “la buena” para recordarte a ti misma
Este mensaje ha calado hondo porque refleja una experiencia compartida por muchas mujeres que transitan el camino del autoconocimiento. Más allá de ser una simple lista de consejos, estas siete leyes se presentan como un llamado urgente a transformar la relación que las mujeres mantienen consigo mismas y con el entorno. Invitan a romper con las cadenas del estereotipo de “ser buena y perfecta” entendido como complacencia o sacrificio, para construir un nuevo modelo de identidad basado en el amor propio y el respeto. Y es que dejar de ser “la buena” no implica egoísmo ni deslealtad, sino el inicio consciente de un camino hacia la libertad personal.
1. Decir “no” por amor propio
La primera ley marca un cambio radical en la forma en que una mujer se relaciona con su entorno. Dejas de decir “sí” por miedo a perder, y empiezas a decir “no” por amor a ti. Es un acto de valentía que desmonta la idea de que complacer a los demás debe ser el eje de la vida. Decir “no” se convierte en una herramienta para proteger la propia energía y establecer límites claros, dejando atrás la ansiedad de ser aceptada a cualquier costo.
2. El poder del silencio
La segunda ley invita a una reflexión sobre el valor del silencio. Se aprende que no todo merece una respuesta, y que el silencio puede ser una forma de poder y autocuidado. Esta ley desmonta la presión constante de justificar o explicar cada sentimiento o acción, promoviendo un espacio de tranquilidad interna donde no es necesario dar cuentas a nadie.
3. No pedir disculpas por sentir
La tercera ley es un llamado a la aceptación emocional. Ya no te disculpas por sentir mucho y te alejas de quien no sabe sostenerlo. En un mundo que muchas veces minimiza la intensidad emocional femenina, esta ley reconoce la legitimidad del sentir profundo. Dejar de pedir perdón por las emociones propias es un acto de afirmación, y alejarse de quienes no las respetan es una forma de proteger la salud mental y emocional.
4. Caminar como el centro de tu mundo
La cuarta ley refleja un cambio en la dinámica de la atención. Dejas de pedir atención y comienzas a caminar como si tú misma fueras el centro. Esto implica reconocer el propio valor y dejar de depender de la validación externa para sentirse completa. La mujer que sigue esta ley se sostiene a sí misma, se escucha y se prioriza, desmontando el mito de que la felicidad depende de la mirada ajena.

5. Claridad y autonomía sin permiso
La quinta ley pone sobre la mesa la claridad y la autonomía. No pides permiso para ser clara ni para irte si algo no vibra contigo. Aquí, la comunicación se convierte en una herramienta poderosa y directa. Se rechaza la idea de suavizar las palabras para no incomodar, y se abraza la libertad de salir de espacios o relaciones que no aportan bienestar, sin culpa ni explicaciones innecesarias.
6. Buscar respeto antes que perfección
La sexta ley cambia la relación con la propia imagen y el respeto. Ya no buscas perfección, buscas respeto, primero el tuyo. En lugar de perseguir estándares externos o inalcanzables, esta ley invita a valorar la integridad personal, el cuidado propio y la dignidad. La perfección queda en un segundo plano frente a la necesidad fundamental de ser respetada por uno mismo y por los demás.
7. Priorizarte a ti misma por encima de todo
Finalmente, la séptima ley sintetiza todo el proceso: ya no eres “la buena”, eres la mujer que se cansó de esperar y decidió recordarse. Es una afirmación de la autonomía y la autenticidad. Esta mujer no se conforma con los roles que la sociedad le impone ni con expectativas ajenas. Decidió priorizarse, escucharse y actuar en consecuencia, sin esperar la aprobación ni la salvación externa.