El trastorno gastrointestinal que puedes sufrir si no haces las tres comidas al día
Saltarse el desayuno o el almuerzo no solo afecta tu energía: también puede disparar problemas digestivos

Un hombre con dolor de estómago | Gtres
Con el verano todos cambiamos, más o menos, nuestras rutinas, sobre todo las alimentarias. Salimos a comer más fuera, nos damos más caprichos, tenemos más razones por las que brindar y las terrazas nos suelen llamar de más. Pues bien, todo ello puede tener consecuencias directas en nuestra salud digestiva.
De hecho, uno de los errores más comunes durante esta época es saltarse comidas, especialmente el desayuno o el almuerzo, lo que puede favorecer la aparición de molestias gastrointestinales, particularmente aquellas asociadas a la dispepsia funcional, un trastorno digestivo que afecta hasta al 40% de la población mundial.
¿Y qué es la dispepsia funcional? También conocida como dispepsia no ulcerosa, es un trastorno gastrointestinal funcional que se manifiesta como un dolor o molestia persistente en la parte alta del abdomen, acompañado de sensación de saciedad precoz, pesadez tras las comidas, hinchazón e incluso náuseas. A diferencia de otras enfermedades digestivas, en la dispepsia funcional no se detectan alteraciones estructurales visibles mediante pruebas diagnósticas habituales.
En España, la dispepsia funcional tiene mayor prevalencia entre los adultos jóvenes de entre 18 y 39 años, con una tasa del 10,2%, en comparación con el 6,4% en personas de mediana edad y el 3,9 % en mayores de 65 años. Este patrón sugiere que los cambios en el estilo de vida, como jornadas laborales irregulares, estrés o saltarse comidas, tienen un impacto directo en su aparición.
La importancia de las tres comidas al día para evitar la dispepsia funcional

Diferentes investigaciones han comprobado que es importante realizar tres comidas al día para no desarrollar este trastorno gastrointestinal. Un estudio observacional publicado en 2024 ha revelado que hacerlo puede reducir hasta en un 52% el riesgo de desarrollar dispepsia funcional. Esto se debe a que mantener una rutina alimentaria ordenada permite una mejor regulación de los procesos digestivos y una menor sobrecarga del sistema gastrointestinal.
En contraste, saltarse comidas como el desayuno o el almuerzo puede aumentar el riesgo de sufrir síntomas digestivos molestos, ya que estas omisiones alteran el ritmo circadiano intestinal y afectan la comunicación entre el cerebro y el intestino, lo que se conoce como el eje cerebro-intestino. «Se trata de un trastorno que responde a múltiples factores, pero los hábitos alimenticios inadecuados como saltarse comidas o consumir alimentos grasos y picantes son claramente desencadenantes comunes», explica el Dr. Enrique Rey, docente y vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Qué podemos hacer para evitarlo
Según un estudio comparativo entre adultos con dispepsia funcional y sujetos sanos, los alimentos picantes, grasos y las bebidas carbonatadas fueron los que más frecuentemente desencadenaron los síntomas. Por el contrario, adoptar hábitos saludables como:
- Evitar picar entre comidas,
- Realizar ejercicio aeróbico regularmente,
- Mantener un patrón de sueño estable, y
- Adoptar una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, cereales integrales y aceite de oliva, puede ayudar a prevenir o aliviar los síntomas de este trastorno.
Además de los cambios dietéticos y de estilo de vida, algunas personas pueden beneficiarse del uso de fitofármacos. En particular, la combinación de aceites esenciales de menta y alcaravea ha demostrado ser eficaz para aliviar molestias como el dolor epigástrico, la saciedad precoz y la hinchazón. «Este tipo de formulaciones actúan de forma sinérgica y son una opción segura y efectiva para quienes padecen dispepsia funcional», finaliza el Dr. Rey.