Manuel Vidal, podólogo: «Este es el error que todos cometemos al hidratar nuestros pies»
Prestar atención a esta parte del cuerpo es fundamental para evitar molestias que pueden afectar nuestra calidad de vida

Pies sanos | Canva Pro
Los pies son, sin duda, los grandes olvidados de nuestro cuerpo. Aunque sostienen nuestro peso y nos permiten movernos con libertad, solemos darles menos importancia que al rostro o al cabello. No pensamos en ellos hasta que aparece una molestia, una dureza dolorosa o una lesión que nos recuerda lo esenciales que son para nuestro bienestar. Los especialistas insisten en que la prevención es fundamental. Adoptar una rutina de cuidado sencilla, pero constante, puede evitar complicaciones que con el tiempo se convierten en problemas crónicos. Algo tan básico como hidratar los talones, cortar bien las uñas o usar los utensilios adecuados marca la diferencia entre unos pies saludables y unos que sufren dolor e incomodidad.
En esta línea, el podólogo Manuel Vidal, conocido en Instagram como @podomanu, ha explicado en un vídeo cuáles son los hábitos más eficaces y qué herramientas conviene incorporar o eliminar del neceser. Sus consejos han generado un gran interés entre los usuarios, que descubren lo poco que sabían sobre el cuidado correcto de esta parte del cuerpo. Lo interesante es que no se trata de tratamientos complicados ni de productos caros, sino de pequeños gestos que cualquiera puede aplicar en casa. Con ellos no solo mejoramos la apariencia de los pies, también cuidamos nuestra movilidad y evitamos que problemas menores se conviertan en lesiones más serias.
La importancia de la hidratación diaria
El primer consejo de Vidal se centra en los talones, una de las zonas más castigadas del pie. Según explica, la hidratación es fundamental para prevenir la sequedad y la aparición de grietas. No existe, sin embargo, una crema universalmente mejor: «Cada piel es distinta, lo importante es probar hasta encontrar la que mejor se adapte», asegura el especialista. Lo que sí es seguro es que el uso constante de una crema hidratante mejora la textura de la piel y reduce notablemente las durezas. Además de la crema, la piedra pómez puede ser una aliada eficaz, siempre que se utilice con cuidado. Vidal recomienda aplicarla con suavidad tras la ducha, momento en el que la piel está más blanda, pero advierte de que un uso excesivo puede provocar el efecto contrario y resecar todavía más la zona. Con cabeza, subraya.

Adiós al cortauñas
Cortar las uñas puede parecer una rutina trivial, pero hacerlo de forma incorrecta puede desencadenar problemas serios como las dolorosas uñas encarnadas. Vidal es tajante en este punto: «Tira tu cortauñas, no sirve porque no puedes personalizar el corte». El podólogo apuesta por el alicate, que permite adaptar la forma de la uña y realizar cortes rectos o ligeramente curvados, según lo necesite cada pie. Cuando las uñas se cortan de forma curvada o se dejan pequeños picos, es más fácil que se claven en la piel, causando dolor, enrojecimiento e incluso infecciones. Para evitarlo, recomienda complementar el corte con una lima de cartón o de metal, con la que se suavizan las esquinas y se impide que estas se claven.
Señales de alerta y la consulta con un especialista
El cuidado de los pies no debería limitarse a la rutina casera. Existen molestias que requieren la valoración de un especialista, desde una simple callosidad que no mejora con la hidratación hasta dolores persistentes en el talón, en las uñas o en la planta del pie. «Acudir a un profesional no solo ayuda a aliviar el problema, también permite recibir recomendaciones personalizadas para cada tipo de pie», señala Vidal. De hecho, muchos de los problemas más frecuentes en esta parte del cuerpo se desarrollan lentamente y, al no generar un dolor inmediato, se suelen pasar por alto. Cuando finalmente se consultan, pueden haberse agravado. Por ello, los expertos insisten en que una visita periódica al podólogo puede ser tan importante como la revisión con el dentista o el oftalmólogo.