El ritual de Paula Mattheus para tranquilizarse y vencer el síndrome del impostor en el escenario
Ser artista también significa ser humano: enfrentando desafíos cotidianos y personales que forman parte del día a día

Paula Mattheus | Cedida
El Jardín de las Delicias se ha consolidado un año más como una de las citas musicales imprescindibles de Madrid, reuniendo a más de 55.000 personas en la Universidad Complutense para vivir un fin de semana cargado de música y emociones. En este marco, Paula Mattheus volvió a subir al escenario y compartió con THE OBJECTIVE un aspecto clave de su preparación: cómo enfrenta el síndrome del impostor antes de cada actuación.
El ritual que transforma la ansiedad en confianza
El síndrome del impostor, ampliamente estudiado en psicología, se caracteriza por la sensación de no merecer los propios logros y el miedo constante a ser “descubierto” como un fraude. Según Pauline Clance, psicóloga que acuñó el término, incluso personas con éxito demostrado pueden sentir que su talento o esfuerzo no son suficientes, generando ansiedad y disminuyendo la confianza en uno mismo. Paula reconoce que esta sensación le afecta: «Tengo el síndrome del impostor muy fuerte, y justo antes de salir hago un pequeño ritual para calmarme».
El ritual de Paula es sencillo, pero efectivo: realiza un calentamiento enérgico y se repite varias veces la frase “me lo merezco, me lo merezco, me lo merezco”. Este gesto funciona como un ancla emocional, recordándole sus logros, su preparación y su derecho a estar en el escenario. Nombrar y reconocer estos miedos es un paso esencial para superarlos, tal como recomienda Clance.

Cómo identificar y superar el síndrome del impostor
Algunas señales de este síndrome incluyen dudas constantes sobre el propio talento, atribuir los éxitos a factores externos y compararse negativamente con otros artistas. Superarlo implica estrategias prácticas como afirmaciones positivas, visualización de escenarios de éxito, preparación constante y rituales que proporcionen control y seguridad. Paula transforma estas estrategias en un hábito concreto, convirtiendo los nervios en fuerza y energía antes de cada actuación.

Más allá del ritual, la experiencia de Paula demuestra que la confianza escénica no surge por azar. La combinación de preparación, práctica, autoafirmación y pequeños hábitos cotidianos le permite conectar plenamente con el público. Cada actuación se convierte en una experiencia compartida, donde la seguridad que proyecta se transmite a quienes la escuchan, fortaleciendo el vínculo entre el artista y el público.
El ejemplo de Paula Mattheus evidencia que enfrentar el síndrome del impostor es un proceso activo y consciente. Sus rituales, aunque simples, son herramientas poderosas para transformar la autocrítica en fuerza creativa, recordando que la confianza en el escenario se construye con intención y perseverancia. Cada artista tiene derecho a ocupar su lugar bajo los focos, y Paula demuestra cómo pequeños gestos pueden marcar la diferencia.