Así se prepara Álvaro de Luna antes de un concierto: el gesto que le da seguridad
Su ritual demuestra que la confianza rn uno mismo no es un talento innato, sino un hábito cultivado con intención

Álvaro de Luna | Cedida
En los grandes festivales, donde miles de voces se funden en un mismo grito y cada escenario se convierte en un universo propio, la confianza de un artista es tan vital como la música que interpreta. Álvaro de Luna, que regresó de nuevo al Jardín de las Delicias, tiene un ritual sencillo antes de cada concierto que le permite subir al escenario con seguridad. Según compartió con THE OBJECTIVE, él y su equipo celebran entre ellos con su grito de guerra: “no sabemos hacerlo mal”.
Ese gesto, aunque breve, cumple un papel mucho más profundo que el de un simple momento de camaradería. Es un ancla emocional que refuerza su seguridad, un recordatorio tangible de que la preparación, la experiencia acumulada y la energía compartida con sus compañeros son suficientes para afrontar cualquier escenario. En un espacio donde cada canción es escuchada por miles de personas, y donde la presión puede ser tan intensa como la emoción del público, tener este tipo de rituales se convierte en un recurso invaluable.
Para Álvaro de Luna, este hábito no solo calma los nervios, sino que le permite canalizar la tensión en energía positiva, concentrarse en la interpretación y disfrutar de la conexión con el público. Es un ejemplo de cómo, más allá del talento y la técnica, la confianza de un artista en un gran festival como es el del Jardín de las Delicias se construye también con pequeños gestos, hábitos y rutinas que fortalecen su presencia escénica y aseguran que cada actuación sea memorable.

Construyendo la seguridad en el escenario
La preparación mental en festivales de gran magnitud es clave. Álvaro demuestra que la confianza no surge por azar, sino que se construye mediante hábitos que estabilizan la mente y el cuerpo antes del concierto. Este tipo de ritual genera una sensación de control y reduce la ansiedad, transformando los nervios en impulso creativo. La psicología de la actuación refuerza este enfoque: la seguridad se alimenta de preparación, rutina y visualización. Prepararse implica conocer a fondo el material y anticipar las emociones del momento, la rutina proporciona estabilidad y una referencia emocional, y la visualización permite imaginar el éxito incluso antes de enfrentarse al público.

Técnicas para sentirse seguro
La confianza en uno mismo no surge de manera automática, sino que puede cultivarse a través de hábitos concretos. Ejercicios de respiración profunda, afirmaciones positivas, calentamientos físicos o vocales y pequeños rituales personales ayudan a los artistas a mantener el control y a sentirse seguros antes de salir al escenario. Tal como explica Albert Bandura, psicólogo conocido por su teoría de la autoeficacia, «la percepción de la propia capacidad para enfrentar situaciones desafiantes influye directamente en el rendimiento y la seguridad personal»
En el caso de Álvaro de Luna, su ritual previo a cada concierto demuestra que la confianza no es un talento innato, sino un hábito cultivado con intención. Esa preparación mental, combinada con la experiencia y la complicidad con su equipo, le permite transformar la ansiedad en energía positiva. La seguridad que proyecta no solo le beneficia a él: se percibe desde el público, haciendo que cada actuación se convierta en una experiencia compartida donde la conexión entre artista y espectadores es tan potente como la música que interpreta.