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Un experto explica cómo los gestos con las cejas revelan aceptación o rechazo social

En una sociedad donde las palabras abundan, la comunicación auténtica se encuentra en los gestos más sutiles

Un experto explica cómo los gestos con las cejas revelan aceptación o rechazo social

Juan Manuel García | TikTok

En la compleja orquesta del lenguaje no verbal, las cejas son uno de los instrumentos más sutiles y reveladores. Aunque suelen pasar desapercibidas, su movimiento encierra una sorprendente cantidad de información emocional y social. Así lo explicó el experto en ciencias del comportamiento Juan Manuel García en un reciente episodio del pódcast de la marca BETTER, donde analizó el papel que juegan las cejas como indicadores de aceptación o rechazo en los encuentros cotidianos.

Las cejas, un auténtico barómetro emocional

Según García, las cejas funcionan como un auténtico barómetro emocional. Sin necesidad de palabras, comunican si una persona es bienvenida o no dentro de un grupo. «Las cejas son indicadores de cuando llegas a un grupo y eres bien recibido o no. Nosotros solemos utilizarlas mucho a la hora de recibir a alguien», comentó durante la entrevista. Este gesto, tan breve como natural, puede transformar por completo la dinámica de una interacción. Cuando alguien que nos resulta agradable entra en una habitación y establecemos contacto visual, es muy probable que levantemos las cejas de manera inconsciente. Ese movimiento, acompañado de una sonrisa o de un saludo espontáneo, transmite entusiasmo y cercanía. «Si alguien a quien quiero entra por la puerta y tengo contacto visual con él, es probable que levante las cejas y le diga: ¡Qué tal, cómo estás!», explicó el experto.

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¡Las cejas son clave para saber si caemos bien o mal a los demás!🤯

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No obstante, la ausencia del gesto no siempre implica frialdad o rechazo. García subraya que no levantar las cejas puede deberse simplemente a la distracción o a la falta de procesamiento visual del momento. «Si no hay elevación de cejas, no significa necesariamente que sea negativo. Puede que mi atención esté en otra cosa o que no haya procesado aún su entrada», aclaró. Más allá de la anécdota, esta microexpresión tiene un poderoso impacto en la comunicación interpersonal. Distintos estudios en psicología social han demostrado que el cerebro humano está programado para interpretar los movimientos faciales como señales sociales, especialmente los que involucran los ojos y las cejas. Estas pequeñas contracciones musculares se asocian a emociones como la sorpresa, la empatía o el interés, y son fundamentales en la creación de vínculos.

Expresión

Entrenar la expresión: cuando las cejas hablan de empatía

De hecho, García sostiene que este tipo de gestos puede entrenarse conscientemente. Cuando el cerebro asocia la elevación de cejas con una experiencia positiva, como sentirse bienvenido o valorado, tenderá a repetirlo con otras personas. «Si tu cerebro lo percibe como algo positivo, entonces vas a hacer el esfuerzo consciente de mirar, saludar y levantar las cejas como señal de afecto e influencia», señaló. Esta idea conecta con la creciente tendencia a prestar más atención al lenguaje no verbal, especialmente en entornos laborales y sociales donde la empatía y la comunicación emocional se valoran cada vez más. Dominar estos pequeños gestos puede mejorar nuestra capacidad de generar confianza y conexión con los demás.

Más allá de las palabras

El lenguaje oculto de las cejas nos recuerda que comunicamos mucho más de lo que decimos. Cada microgesto es una pista de cómo percibimos y somos percibidos. En un mundo saturado de palabras, el verdadero diálogo, el que conecta y genera confianza, sigue estando en los detalles más pequeños: una mirada, una sonrisa… o unas cejas que se alzan apenas un segundo, pero dicen mucho más que cualquier discurso.

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