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El postre para la cena que regula el estrés, ansiedad e insomnio, según la Dra. Sara Marín

Algunos alimentos ya favorecen nuestro bienestar por sí solos, pero cuando los combinamos con otros, sus beneficios se potencian

El postre para la cena que regula el estrés, ansiedad e insomnio, según la Dra. Sara Marín

Postre | Canva pro

El interés por los alimentos fermentados ha ido creciendo en los últimos años, pero aún existe cierta infravaloración de esta categoría frente a otras tendencias gastronómicas. Sin embargo, su consumo aporta beneficios que van mucho más allá de la digestión, gracias a su riqueza en prebióticos y probióticos. Mantener un microbioma intestinal sano no solo facilita la absorción de nutrientes esenciales, sino que también fortalece el sistema inmunitario, protege frente a infecciones y ayuda a reducir procesos inflamatorios crónicos.

La variedad de alimentos fermentados es más amplia de lo que parece. Entre los de origen vegetal destacan el kimchi, emblema de la cocina coreana, así como encurtidos y hortalizas en salmuera como pepinillos, cebollas o aceitunas. Los cereales y legumbres también forman parte de esta familia, con productos como el miso, el tempeh, el natto o los altramuces, mientras que algunas bebidas como la kombucha, un té fermentado, se han ganado un lugar en la dieta saludable contemporánea. Los lácteos, y en particular el kéfir, destacan como los fermentados más conocidos, aunque su riqueza probiótica lo convierte en un verdadero superalimento.

Kéfir: un probiótico con múltiples beneficios

El kéfir se distingue por su diversidad bacteriana superior a la del yogur, lo que le confiere un amplio espectro de efectos beneficiosos sobre la salud. Estudios recientes han demostrado que puede proteger frente a infecciones víricas, como señala una investigación publicada en Biomedicine & Pharmacotherapy. Además, se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, mientras que otros estudios avalan su eficacia para mejorar la salud cardiovascular, regular el perfil lipídico e incluso favorecer la salud cerebral, según investigaciones publicadas en PharmaNutrition, The British Journal of Nutrition y Nutritional Neuroscience. Aunque parte de la evidencia procede de modelos animales, el consenso científico apunta a que su consumo regular aporta ventajas significativas para el organismo.

Kefir

Recetas con kéfir para potenciar sus beneficios

Más allá de sus efectos individuales, los beneficios del kéfir pueden potenciarse al combinarlo con otros alimentos funcionales. La doctora Sara Marín, experta en microbiota, explica que este fermentado no solo mejora la microbiota intestinal y reduce la hinchazón, sino que también ayuda a regular la glucosa, disminuye la inflamación de bajo grado, mejora el ánimo y el estrés, y facilita la absorción de minerales esenciales como calcio y magnesio. Estas propiedades se pueden maximizar mediante combinaciones inteligentes con frutas, semillas y especias. Algunos ejemplos serían:

  1. Mezcla 150 ml de kéfir con 3 cucharadas de avena, 1 cucharada de semillas de chía y 50 g de arándanos congelados. Deja reposar 5 minutos y consume. Esta combinación ayuda a controlar la glucosa y reducir los antojos.
  2. Bate 150 ml de kéfir con 1 plátano, 1 cucharadita de cacao puro y 10 almendras. Ideal para favorecer la producción de serotonina, reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
  3. Combina 150 ml de kéfir con 1 cucharadita de cúrcuma, ½ cucharadita de jengibre rallado, una pizca de pimienta negra y 50 g de granada. Perfecto para combatir la inflamación crónica y el dolor.
  4. Mezcla 150 ml de kéfir con 1 kiwi pelado, 1 dátil picado y 1 cucharadita de semillas de lino molidas. Una preparación eficaz contra el estreñimiento y para mejorar la salud digestiva.
  5. Bate 150 ml de kéfir con 1 cucharadita de cacao puro, 30 g de arándanos y 5 nueces troceadas. Esta combinación potencia la concentración y ayuda a reducir la niebla mental.

Estos ejemplos evidencian cómo la sinergia entre alimentos saludables puede multiplicar sus efectos positivos sobre la microbiota y, por extensión, sobre el bienestar general. La ciencia continúa revelando el papel crucial de este ecosistema intestinal en la salud física y mental, y alimentos como el kéfir se posicionan como aliados estratégicos para integrar hábitos nutricionales efectivos y sostenibles. Incorporarlo a la dieta, en sus distintas formas y con combinaciones inteligentes, no solo aporta sabor y versatilidad, sino también un respaldo tangible para la salud integral. En un contexto en el que cada vez se valora más la prevención y el cuidado del cuerpo desde la alimentación, los fermentados, y especialmente el kéfir, merecen un lugar central en nuestro día a día.

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