Lucía Palma, ortodoncista: «Las bolitas en las encías provocan mal aliento e infecciones»
La combinación de prevención, diagnóstico temprano y tratamiento es la clave para mantener la salud dental

Lucía Palma | Instagram
Las pequeñas bolitas que aparecen en las encías pueden ser mucho más que un simple inconveniente estético. Lucía Palma, ortodoncista, advierte que estas protuberancias, conocidas como fístulas dentales, son señales de una infección activa. «Esa bolita en la encía no solo provoca mal aliento, es señal de un problema que no está resuelto», explica la especialista.
Causas comunes de las fístulas dentales
Según Palma, las fístulas suelen desarrollarse como resultado de infecciones que no se tratan a tiempo. Entre las causas más comunes se encuentran las caries profundas, las endodoncias mal selladas y las infecciones de encías que permanecen sin control. «El cuerpo crea estas pequeñas protuberancias como un mecanismo de drenaje para aliviar la presión generada por la infección, pero eso no significa que el problema haya desaparecido», aclara. El mal aliento es uno de los síntomas más evidentes y molestos. La acumulación de bacterias en el foco infeccioso genera compuestos sulfurosos que el organismo libera, produciendo un olor persistente. Sin embargo, las consecuencias pueden ser más graves. «Si no se trata, la infección puede avanzar hacia el hueso y, en casos graves, incluso provocar la pérdida del diente», advierte Palma.
Diagnóstico y tratamiento oportuno según Lucía Palma
El diagnóstico temprano es crucial. Una revisión odontológica permite identificar no solo la fístula, sino también su origen. Dependiendo de la situación, el tratamiento puede ir desde una nueva endodoncia para eliminar la infección dentro del diente, hasta limpiezas profundas para controlar la acumulación de bacterias. En los casos más avanzados, cuando el daño es irreversible, puede ser necesaria la extracción del diente afectado. Palma insiste en que muchas personas subestiman las molestias leves en la boca, ignorando señales que podrían anticipar problemas mayores. «Lo que parece una simple bolita puede ser el primer indicio de un daño serio. Actuar de manera temprana evita complicaciones y tratamientos más invasivos», asegura. Recomienda acudir al odontólogo ante cualquier síntoma que incluya inflamación, secreción o dolor localizado, aunque sea leve.
Quiénes son más propensos
Aunque las fístulas dentales pueden aparecer a cualquier edad, son más comunes en quienes han tenido caries profundas, tratamientos de endodoncia previos o enfermedades periodontales. Mantener una higiene bucal adecuada, acudir a revisiones periódicas y tratar las caries o problemas de encías a tiempo reduce significativamente el riesgo de desarrollar estas infecciones.

Avances en tratamientos dentales
Los avances en odontología han hecho que muchos tratamientos sean menos invasivos y más efectivos, pero Palma insiste en la detección temprana como factor determinante. «Una revisión oportuna puede marcar la diferencia entre conservar un diente y enfrentarse a una extracción complicada», señala. Además, técnicas modernas de endodoncia y limpieza profesional permiten resolver la mayoría de los casos sin recurrir a procedimientos drásticos. Más allá de lo físico, las fístulas dentales afectan la calidad de vida. Las infecciones crónicas pueden generar molestias al hablar, comer o incluso dormir, y el mal aliento recurrente puede afectar la autoestima y la vida social. En este sentido, la intervención profesional no solo soluciona el problema de salud, sino que también mejora el bienestar general del paciente.
Lucía Palma concluye con un mensaje claro: «Si notas algo parecido, pide una revisión cuanto antes. Cuanto antes actúes, mejor». Su advertencia recuerda que cada señal de alerta en la boca merece atención profesional y que la acción temprana puede evitar complicaciones graves.
