The Objective
Belleza

Victoria Núñez, experta en medicina estética: «Esta es la edad para empezar a prevenir las arrugas»

La clave no está en borrar el paso del tiempo, sino en acompañarlo con naturalidad, priorizando la salud de la piel

Victoria Núñez, experta en medicina estética: «Esta es la edad para empezar a prevenir las arrugas»

Victoria Núñez, experta en medicina estética | Redes sociales

La medicina estética ha dejado de ser una herramienta exclusivamente correctiva para convertirse en un aliado del autocuidado. Cada vez más personas jóvenes se acercan a las consultas para preservar la frescura de su piel y sentirse en armonía con lo que ven en el espejo. Así lo asegura la doctora Victoria Núñez Vera, especialista en medicina estética y cirugía maxilofacial, quien subraya que no se trata de modas, sino de recuperar aquello que pertenece a la propia esencia de cada paciente. «No existe una edad fija para empezar. Es el propio paciente quien decide cuándo dar el paso, cuando percibe cansancio en su rostro que no mejora ni con descanso o cuando las arrugas de expresión permanecen incluso en reposo. El médico acompaña, nunca impone», destaca Núñez Vera.

Tratamientos preventivos frente a los correctivos

La doctora establece una diferencia clave entre los procedimientos preventivos y los correctivos. Los primeros tienen como objetivo retrasar la aparición de los signos de la edad, reforzar la estructura de la piel y mantener su luminosidad natural. En este terreno, Núñez Vera apuesta por la mesoterapia revitalizante con vitaminas y péptidos, la redensificación dérmica para mejorar la densidad de la piel, la radiofrecuencia fraccionada con microagujas y los peelings suaves. «Con los tratamientos preventivos no buscamos cambiar los rasgos ni transformar el rostro, sino cuidar la piel desde dentro para que se mantenga sana y refleje la vitalidad del paciente. Es un acompañamiento a su evolución, no un freno a ella», puntualiza.

En cambio, los tratamientos correctivos se emplean cuando las arrugas ya se han instaurado o cuando la piel ha perdido firmeza y elasticidad de forma evidente. En ese caso, se utilizan técnicas más avanzadas que devuelven volumen y corrigen los efectos visibles del envejecimiento. La doctora insiste en que ambas estrategias no compiten, sino que se complementan: la prevención retrasa la necesidad de correcciones futuras.

Victoria Núñez, experta en medicina estética
Victoria Núñez, experta en medicina estética.

El papel de la toxina botulínica en prevención

Uno de los tratamientos más conocidos y, a la vez, más rodeados de mitos es la toxina botulínica. Lejos de la idea de rostros inexpresivos, Núñez Vera aclara que su uso en medicina estética preventiva es mucho más sutil. «La toxina botulínica educa al músculo, evitando que los gestos repetidos dejen huella permanente en la piel. Al aplicarla en dosis personalizadas, analizamos los músculos agonistas y antagonistas para lograr un resultado natural y armónico. El paciente sigue siendo él mismo, pero con la confianza de verse más descansado», explica la especialista. Subraya además que el único riesgo real está en un mal uso del producto. En manos expertas, recalca, se trata de un procedimiento seguro que puede marcar la diferencia en la calidad de la piel a largo plazo.

Hábitos que potencian los resultados

La doctora recuerda que los tratamientos en consulta son solo una parte del proceso. El cuidado diario es igual de relevante para mantener los resultados a largo plazo. «Los básicos son claros: fotoprotección de amplio espectro todos los días del año, cosmética adaptada con antioxidantes y retinoides, y un descanso reparador. Se trata de adaptar la rutina a las necesidades de la piel, en coherencia con lo que hacemos en consulta. Es, en definitiva, una forma de autocuidado», señala. La experta añade que estos hábitos no solo refuerzan los tratamientos estéticos, sino que también promueven la salud cutánea en general.

Estimular el colágeno antes de que aparezcan los signos de la edad

Otro de los grandes avances en medicina estética preventiva se centra en la estimulación del colágeno y la elastina, dos proteínas fundamentales para mantener la piel firme y elástica. «Hoy sabemos que estos tratamientos no solo mejoran el aspecto inmediato de la piel, sino que activan procesos de regeneración interna. La radiofrecuencia fraccionada con microagujas induce una neocolagénesis profunda, los peelings médicos superficiales regulan la renovación celular y la redensificación dérmica con ácido hialurónico no reticulado aporta vitaminas y aminoácidos esenciales para fortalecer la dermis», detalla Núñez Vera. Con estas técnicas mínimamente invasivas se busca que la piel mantenga su capacidad de recuperación, retrasando así la necesidad de tratamientos más agresivos en el futuro.

Publicidad