Vinagre de manzana: por qué ayuda a reducir las arrugas y cómo aplicarlo correctamente
Este remedio natural, usado con moderación, puede ser un complemento eficaz para mantener la piel más luminosa

Vinagre de manzana | Canva pro
En la actualidad, el cuidado de la piel ha pasado de ser una simple preocupación estética a convertirse en un hábito de bienestar integral. Cremas hidratantes, sérums antioxidantes, exfoliantes químicos y mascarillas prometen rejuvenecer el rostro y devolverle vitalidad, pero más allá de las tendencias y las fórmulas cosméticas, mantener una piel sana es esencial para la salud. El Ministerio de Salud (Minsa) recuerda que la piel es el órgano más grande del cuerpo y su función principal es protegernos de agentes externos, bacterias y radiación solar. Por ello, conservar su equilibrio y humedad natural no es un asunto de vanidad, sino de prevención.
Según el Seguro Social de Salud (EsSalud), factores como la exposición prolongada al sol, la contaminación ambiental y el envejecimiento prematuro pueden acelerar la aparición de arrugas y líneas de expresión. Frente a este escenario, muchas personas buscan alternativas más naturales y sostenibles que complementen o reemplacen los tratamientos convencionales. Entre esas opciones destaca el vinagre de manzana, un ingrediente casero que, bien utilizado, puede convertirse en un aliado de belleza.

Propiedades del vinagre de manzana para la piel
El vinagre de manzana se ha popularizado por sus múltiples beneficios. Contiene ácido acético, antioxidantes, enzimas y vitaminas A, B y E, compuestos que ayudan a equilibrar el pH de la piel, eliminar impurezas y estimular la regeneración celular. Además, su acción astringente limpia los poros y reduce la acumulación de grasa, lo que contribuye a una textura más firme y luminosa. Sin embargo, su alta acidez exige precaución: los dermatólogos insisten en que debe diluirse siempre antes de aplicarse sobre el rostro.

Cómo preparar y aplicar el vinagre de manzana correctamente
La preparación básica consiste en mezclar una parte de vinagre de manzana con dos partes de agua. Con un algodón, se aplica la solución sobre las zonas más propensas a arrugas, frente, contorno de ojos y boca, se deja actuar entre cinco y diez minutos y luego se enjuaga con abundante agua fría. Para finalizar, se recomienda hidratar la piel con una crema nutritiva o unas gotas de aceite natural, como el de rosa mosqueta o almendras dulces. Este último paso es clave para restaurar la barrera cutánea y evitar la resequedad.
En cuanto a la frecuencia, los especialistas aconsejan usarlo dos o tres veces por semana, sobre todo si la piel no está acostumbrada a productos ácidos. Una aplicación excesiva podría causar irritación o ardor, por lo que conviene empezar con una prueba en una pequeña zona del cuello o la mandíbula. Las pieles sensibles o con tendencia a la sequedad deben espaciar su uso e incluso reducir la concentración de vinagre en la mezcla.
El mejor momento del día para aplicarlo
Aplicar el vinagre de manzana durante la noche resulta ideal, ya que en ese momento la piel entra en su fase de reparación celular. Además, se evita la exposición inmediata al sol, que podría provocar manchas o sensibilidad. Después del enjuague, es fundamental hidratar y dejar que la piel respire, sin cubrirla con maquillaje u otros cosméticos.
Quiénes deben evitar su uso
No obstante, el vinagre de manzana no es apto para todos los tipos de piel. Las personas con acné severo, rosácea, dermatitis o eczema deben evitar su uso. Tampoco es recomendable en quienes están bajo tratamientos dermatológicos intensivos, pues su acidez podría agravar los efectos secundarios. En cualquier caso, la consulta con un dermatólogo sigue siendo la mejor opción antes de incorporar nuevos ingredientes a la rutina facial.
