Dieta MIND: qué es, por qué no se usa para perder peso y cuáles son sus beneficios
El ‘mens sana in corpore’ sano de los romanos sigue vigente más de 2.000 años después
Un hombre mayor sentado a la mesa. | ©Freepik.
Cuando hablamos de dietas, lo primero que suele venir a la mente es la pérdida de peso. Es común asociar estos regímenes alimenticios con el deseo de adelgazar o controlar la figura. Sobre todo porque gran parte de las dietas populares en el mercado se centran en la reducción de calorías. Sin embargo, no todas las dietas tienen como objetivo principal la pérdida de peso. Un buen ejemplo de esto es la dieta MIND, un tipo de alimentación que no fue diseñada específicamente para adelgazar. No obstante, no quiere decir que no pueda tener efectos positivos en el control de peso.
La dieta MIND se centra principalmente en la salud del cerebro. Fue creada con el propósito de reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. A pesar de que su fin no es adelgazar, al promover una alimentación equilibrada y rica en nutrientes, puede contribuir indirectamente a mantener un peso saludable. Los alimentos que componen esta dieta son en su mayoría frescos y naturales. Con ello se ayuda a evitar el consumo de productos ultraprocesados y con alto contenido calórico, habituales en dietas que fomentan el aumento de peso. Algo de lo que ya te hemos hablado en THE OBJECTIVE.
Es importante destacar que la dieta MIND no debe verse como una solución milagrosa para perder peso, ya que ese no es su propósito principal. No obstante, si se sigue adecuadamente, puede generar hábitos alimenticios más saludables y equilibrados. Esto, a largo plazo, puede ayudar a mantener un peso estable, reducir la grasa corporal y mejorar la calidad de vida, todo sin sacrificar la salud mental o física en pos de la estética.
Dieta MIND: qué es y en qué consiste
La dieta MIND es una combinación de dos patrones alimenticios reconocidos: la dieta mediterránea y la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension). MIND significa Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay, y su objetivo principal es promover la salud cerebral y prevenir el deterioro cognitivo, especialmente en personas mayores. Fue desarrollada por la investigadora Martha Clare Morris, de la Universidad Rush en Chicago, basándose en estudios previos que demostraban los beneficios de estas dos dietas en la salud cardiovascular y cerebral. De ella, además, también hace su revisión la Universidad de Harvard.
Este plan de alimentación se centra en incluir alimentos que, según diversas investigaciones, pueden contribuir a la protección del cerebro. Se divide en diez grupos de alimentos que se deben priorizar y cinco que deben evitarse. Entre los alimentos recomendados destacan las verduras, especialmente las de hoja verde, los frutos secos, los cereales integrales, el pescado y las bayas. También se fomenta el consumo de aceite de oliva como principal fuente de grasa. En cambio, los alimentos que deben limitarse incluyen la carne roja, la mantequilla, los dulces, los productos lácteos ricos en grasa y los alimentos fritos o ultraprocesados.
El objetivo de la dieta MIND no es solo mejorar la salud cerebral, sino también reducir el riesgo de desarrollar alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Estudios realizados por la Universidad Rush han mostrado que las personas que siguen esta dieta con regularidad tienen hasta un 53% menos de riesgo de desarrollar alzhéimer, dependiendo de lo estrictamente que se adhieran al plan. A largo plazo, esta dieta busca promover un envejecimiento saludable, centrado en el bienestar mental.
Dieta MIND: lo que dice la ciencia sobre su uso
Numerosos estudios han respaldado los beneficios de la dieta MIND para la salud. Según un estudio realizado por Morris y sus colegas en 2015, las personas que siguieron esta dieta de manera rigurosa vieron una reducción significativa en el riesgo de desarrollar alzhéimer en comparación con aquellas que seguían otras dietas. Los resultados mostraron que incluso una adherencia moderada a la dieta MIND puede tener efectos positivos, lo que refuerza su papel preventivo en el campo de las enfermedades neurodegenerativas.
Otro estudio publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia evaluó el impacto de la dieta MIND en el deterioro cognitivo en adultos mayores. Los investigadores encontraron que aquellos que seguían la dieta tenían un menor deterioro cognitivo a lo largo del tiempo. Incluso si no seguían la dieta mediterránea o la dieta DASH de manera estricta. Estos resultados subrayan la eficacia de la dieta MIND como una opción específica para la protección del cerebro, independientemente de otros factores alimentarios.
Además de su efecto en la salud cerebral, algunos estudios han explorado cómo la dieta MIND también puede influir en la salud cardiovascular. Un estudio realizado en 2020 mostró que los participantes que seguían la dieta MIND tenían una menor incidencia de accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares. Esto refuerza la idea de que los alimentos que son buenos para el cerebro también son beneficiosos para el corazón. Una dualidad que añade valor a esta dieta más allá de su enfoque en la prevención del alzhéimer.
No obstante, no siempre la dieta MIND sale bien parada. Un estudio de 2023 realizado a 1.929 pacientes y publicado en The New England Journal of Medicine probó que las diferencias entre ambos grupos, hablando de dieta MIND y una dieta de restricción calórica, fueron mínimas en aquellos que tenían historiales familiares de demencia o cambios cognitivos.
