Sonia, nutricionista: «Lo que debes saber sobre el etileno en frutas y verduras para que duren más»
Una correcta combinación, o separación, de estos alimentos permite conservarlas frescas por mucho más tiempo

Verduras y frutas | Canva Pro
¿Sabías que una correcta combinación, o separación, de frutas y verduras puede extender su vida útil hasta en un 50%? La clave está en un gas natural que producen estos alimentos: el etileno. La nutricionista Sonia Peverelli, especialista en alimentación saludable y conservación de alimentos, advierte que conocer qué frutas y verduras lo generan y cuáles son sensibles a él puede marcar la diferencia entre un cajón de vegetales frescos o uno en proceso de descomposición. El etileno es una fitohormona que juega un rol esencial en la maduración. Es responsable de procesos como el cambio de textura, color, sabor y la ablandación del alimento. Sin embargo, su presencia en exceso, y sobre todo su mala gestión dentro del hogar, puede acelerar el deterioro de aquellos productos más vulnerables a su efecto.
Cómo hay que dividir las frutas y verduras
Peverelli explica que las frutas y verduras pueden dividirse en dos grandes grupos: los productores de etileno, que liberan este gas en altas cantidades, y los sensibles al etileno, que reaccionan con rapidez al estar expuestos a él. La combinación entre ambos en un mismo espacio, especialmente si es cerrado como el cajón del refrigerador, puede ser desastrosa para la conservación. Entre los principales productores de etileno, la nutricionista enumera a:
- Palta
- Patata
- Tomate
- Banana
- Manzana
- Pera
- Frutillas
- Ciruelas
Estos alimentos pueden guardarse fuera de la nevera, siempre que se mantengan separados entre sí. En especial las frutillas, que requieren ciertos cuidados adicionales: antes de ser congeladas deben pasar por un proceso de sanitización o, si se desean conservar en frío, es importante seguir un correcto lavado y secado. Peverelli sugiere revisar sus contenidos en redes sociales, donde comparte tutoriales sobre cómo hacerlo correctamente. Por otro lado, los sensibles al etileno necesitan condiciones más estrictas para mantener su frescura. En su mayoría, deben almacenarse en la nevera y, si es posible, dentro de bolsas herméticas o recipientes bien cerrados. Este grupo incluye a:
- Cebolla
- Brócoli y coliflor
- Zanahoria
- Lechuga
- Pepino
El error común de mezclar ambos tipos de alimentos en el mismo espacio puede acelerar la maduración de los sensibles, haciendo que pierdan textura, sabor y valor nutricional en pocos días.
Un truco casero: cómo frenar la maduración de las bananas
Un dato curioso, pero muy útil que aporta Peverelli es que la banana libera etileno principalmente desde el cabito. Por eso, un truco simple para alargar su frescura consiste en envolver esa zona con papel film o aluminio. Este gesto tan sencillo reduce la emisión de gas y retarda el proceso de maduración, lo que ayuda a que las bananas no pasen de estar verdes a negras en cuestión de días.

¿Por qué es importante saber dividir estos alimentos?
La correcta conservación no solo ayuda a prolongar la frescura de frutas y verduras, también impacta directamente en la reducción del desperdicio alimentario, una problemática creciente a nivel global que afecta tanto al medioambiente como a la economía doméstica. Además, mantener los alimentos en buen estado significa garantizar una mejor nutrición diaria, ya que las frutas y verduras frescas conservan sus vitaminas, minerales y propiedades por más tiempo, lo que se traduce en una alimentación más saludable y equilibrada.
Según la nutricionista Sonia Peverelli, comprender la dinámica del etileno es un paso básico, pero poderoso para cualquier persona que desee alimentarse mejor y cuidar su cocina de forma consciente. Separar correctamente los alimentos que producen este gas de los que son sensibles no requiere tecnología ni grandes esfuerzos, solo información clara y algunos cambios en la organización del refrigerador. «No se trata de comprar más, sino de saber conservar mejor», afirma la especialista, destacando que el verdadero cambio de hábito empieza en el momento en que entendemos cómo se comportan los alimentos en nuestro hogar.