Patata morada: rica en vitamina C y antioxidantes, y dónde comprarla en España
Apostar por este tubérculo es añadir color, salud, sabor y originalidad a la mesa

Patata morada | Canva pro
La patata morada, también conocida como patata violeta o Vitelotte, está reclamando su lugar en las cocinas por méritos tanto nutricionales como estéticos. Su piel y pulpa de color intenso se deben a pigmentos naturales llamados antocianinas, que no solo le aportan ese tono llamativo, sino también interesantes propiedades saludables.
La patata morada es una variedad de papa cuyo color se debe a las antocianinas, los mismos pigmentos que tiñen de azul o violeta frutas como el arándano o la uva negra. Dentro de las variedades más conocidas se encuentra la Vitelotte, originaria de Francia y muy valorada por su sabor más dulce y su textura firme. Conviene no confundirla con la batata o boniato morado, que pertenece a otra familia vegetal.
¿Qué beneficios aporta a la salud?
La patata morada no solo conquista por su color intenso y su sabor ligeramente dulce, sino también por sus múltiples beneficios nutricionales. Este tubérculo, cada vez más valorado por los amantes de la alimentación saludable, es una fuente natural de vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen al bienestar general.
- Rica en antioxidantes: su característico tono morado se debe a las antocianinas, pigmentos naturales que combaten el estrés oxidativo y ayudan a proteger las células frente al envejecimiento prematuro.
- Aliada del corazón: su consumo regular puede contribuir a reducir la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea, gracias a su efecto vasodilatador y a su bajo contenido en sodio.
- Fuente de vitaminas y minerales: aporta vitamina C, potasio, hierro y magnesio, nutrientes esenciales para fortalecer el sistema inmunitario, mantener el equilibrio de líquidos y favorecer la energía muscular.
- Propiedades antiinflamatorias: sus compuestos bioactivos pueden ayudar a reducir procesos inflamatorios crónicos, lo que beneficia al sistema cardiovascular y articular.
- Favorece la digestión: contiene fibra dietética que mejora el tránsito intestinal, promueve la saciedad y puede contribuir al control del peso.
- Índice glucémico más bajo: a diferencia de la patata blanca, su impacto sobre los niveles de azúcar en sangre es menor, por lo que resulta más recomendable para dietas equilibradas y personas que buscan controlar la glucosa.

¿Dónde comprarla en España?
Aunque todavía no es tan común como la patata blanca, la patata morada empieza a verse con mayor frecuencia en fruterías especializadas y tiendas gourmet. En España se puede encontrar en tiendas online como Frutas Charito o La Huerta de Aranjuez, donde se vende por kilo. También algunas marcas, como Patatas Tarsa, la ofrecen como producto gourmet. En grandes superficies puede aparecer en secciones de productos ecológicos o de temporada, bajo el nombre de “patata violeta” o “violet potato”. En las Islas Canarias y otros puntos del país también se comercializa la versión ecológica, muy apreciada por los consumidores que apuestan por productos locales. A la hora de comprarla, conviene elegir tubérculos firmes, sin brotes ni zonas blandas. Su color puede variar de violeta claro a morado oscuro, y esa diferencia no afecta a su calidad ni a su sabor.
Cómo comerla y prepararla
La patata morada puede cocinarse de las mismas formas que la tradicional, aunque su color invita a la creatividad. Puede hervirse o cocerse al vapor para mantener intacto su tono violeta y su valor nutricional. Si se asa al horno con piel, aceite de oliva y hierbas aromáticas, se obtiene una guarnición vistosa y llena de sabor. También puede prepararse en puré o crema, mezclándola con patata blanca para conseguir un contraste visual muy atractivo. En chips o en bastones fritos resulta crujiente y con un sabor ligeramente más dulce. Otra opción es utilizarla cocida en ensaladas frías, donde su color contrasta de forma espectacular con otros ingredientes como hojas verdes, legumbres o huevo. Como ocurre con cualquier patata, hay que evitar consumirla si presenta brotes, zonas verdes o mal olor. Lo ideal es conservarla en un lugar fresco, seco y oscuro para prolongar su vida útil.
