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Nutrición

Fibra: el nutriente clave para tu salud digestiva (y cómo evitar que te cause hinchazón)

Es un nutriente esencial para la salud digestiva y cardiovascular, pero incorporarla rápido puede causar hinchazón

Fibra: el nutriente clave para tu salud digestiva (y cómo evitar que te cause hinchazón)

Fuente de fibra.

La fibra es un componente esencial en una alimentación equilibrada. Su consumo regular favorece una digestión saludable, ayuda a controlar el peso corporal y contribuye a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y los problemas cardiovasculares. Sin embargo, cuando se aumenta la ingesta de fibra de manera demasiado rápida, pueden aparecer efectos secundarios como la hinchazón abdominal o una sensación incómoda de presión en el vientre.

Por qué la fibra puede causar gases

El organismo humano no está diseñado para digerir completamente la fibra. En lugar de ello, esta llega casi intacta al intestino grueso, donde las bacterias intestinales la fermentan. Durante este proceso, se libera gas, lo que puede provocar una ligera distensión abdominal o una sensación de plenitud. Aunque estas molestias suelen ser pasajeras, son una señal de que el cuerpo se está adaptando a un cambio en la dieta. La solución no es eliminar la fibra, sino incorporarla de manera progresiva para que el sistema digestivo se acostumbre poco a poco.

Más gases durante regla

Qué es exactamente la fibra

La fibra dietética es un tipo de carbohidrato presente únicamente en alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, legumbres o cereales integrales. Existen dos tipos principales: la fibra soluble, que se disuelve en agua y forma una sustancia gelatinosa que retrasa la digestión y ayuda a regular el azúcar y el colesterol; y la fibra insoluble, que acelera el tránsito intestinal y facilita las evacuaciones. Ambos tipos son necesarios para mantener un equilibrio digestivo adecuado y obtener los beneficios completos de una dieta rica en fibra.

Cuánta fibra necesitas al día

Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), las mujeres deberían consumir unos 25 gramos diarios de fibra, mientras que los hombres deberían alcanzar los 38 gramos. Aun así, la mayoría de las personas no llega ni a la mitad de esta cantidad. En Estados Unidos, por ejemplo, el consumo medio ronda los 16 gramos al día, una cifra que refleja un déficit generalizado de este nutriente en la población.

cereales

Beneficios comprobados de la fibra

Mantener una dieta rica en fibra tiene múltiples efectos positivos en el organismo. Además de mejorar la digestión, la fibra ayuda a prevenir el estreñimiento y a mantener un tránsito intestinal regular. También prolonga la sensación de saciedad, lo que puede facilitar el control del peso y reducir la tendencia a comer en exceso.

Su capacidad para ralentizar la absorción del azúcar contribuye a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, mientras que la fibra soluble ayuda a disminuir el colesterol, ofreciendo una protección adicional frente a las enfermedades cardíacas. En conjunto, estos efectos se traducen en una menor incidencia de dolencias como la diabetes, la hipertensión o el cáncer de colon.

Cómo aumentar la fibra sin sentirte hinchado

Para disfrutar de todos estos beneficios sin sufrir molestias digestivas, es importante aumentar la cantidad de fibra en la dieta de forma gradual. Incorporar más frutas, verduras y cereales integrales poco a poco permite que el intestino se adapte al cambio sin producir un exceso de gas. Combinar diferentes fuentes de fibra también es útil, ya que la soluble suele generar más gases que la insoluble, pero ambas son necesarias para el equilibrio intestinal. Mantener una buena hidratación es igualmente fundamental: beber suficiente agua facilita que la fibra se desplace por el sistema digestivo y evita el estreñimiento.

Una alimentación equilibrada, con un aporte adecuado de carbohidratos complejos, ayuda además a mantener una flora intestinal saludable y a reducir la fermentación excesiva que causa gases. Y, aunque parezca un detalle menor, conservar la piel de frutas y verduras puede marcar la diferencia, ya que en muchas de ellas es donde se concentra la mayor cantidad de fibra.

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