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Ribamontán al Mar: un destino familiar con playas vírgenes y rica gastronomía cántabra

Sin masificaciones, con una oferta natural y gastronómica difícil de igualar, este rincón ofrece todo lo que necesitas

Ribamontán al Mar: un destino familiar con playas vírgenes y rica gastronomía cántabra

Ribamontán al Mar, Cantabria | Posada e Somo

A orillas del mar Cantábrico, rodeado de praderas infinitas y con el ruido de las olas como banda sonora, Ribamontán al Mar se consolida como uno de los destinos más completos y atractivos del norte de España. Este municipio cántabro, situado en la comarca de Trasmiera, combina paisajes naturales de gran belleza y una rica tradición gastronómica ideal tanto para familias como para quienes buscan experiencias culinarias de primer nivel.

Galizano, el corazón verde de Ribamontán

Entre sus localidades destaca Galizano, un pequeño núcleo rural que resume a la perfección la esencia del municipio. Su historia se remonta a la época romana y, pese al paso del tiempo, conserva el encanto de la Cantabria más auténtica. Casas de piedra, caminos entre bosques y un ritmo de vida pausado invitan a la desconexión total. Pero si algo convierte a Galizano en un lugar especial, son sus paisajes naturales y su vinculación con el mar.

Playas de Ribamontán al Mar

Ribamontán al Mar puede presumir de tener algunas de las playas más hermosas y vírgenes del norte peninsular. La playa de Galizano —también conocida como playa de La Canal o de San Miguel— destaca por su carácter salvaje, con una mezcla de arena dorada, rocas y acantilados. Es perfecta tanto para familias que buscan un día de sol y mar, como para surfistas en busca de buenas olas. A escasa distancia, la playa de Langre se presenta como uno de los grandes tesoros del municipio. Resguardada entre acantilados, su belleza natural la convierte en uno de los rincones más fotografiados de Cantabria. También destacan las más tranquilas Arnillas y Los Cañones, pequeñas calas que permiten un baño apacible y relajado, ideales para quienes viajan con niños o buscan algo de intimidad. Y no puede faltar la playa de Somo, la más extensa del municipio, muy apreciada por surfistas de todos los niveles gracias a su potente oleaje y escuela de surf, pero también perfecta para largos paseos al atardecer o días de playa en familia, gracias a sus amplios arenales y servicios.

Playa de Langre- Posada de Langre

Planes para hacer en la playa de Somo

La playa de Somo, en Cantabria, es un destino ideal para disfrutar de una amplia gama de actividades, tanto acuáticas como en tierra firme.

  • Surf y deportes acuáticos: Somo es reconocida como una de las mecas del surf en España, ofreciendo condiciones óptimas para surfistas de todos los niveles. La playa cuenta con varias escuelas de surf, como la Escuela Cántabra de Surf, que ofrecen clases y alquiler de equipos. Además del surf, puedes practicar otros deportes acuáticos como paddle surf, kayak y kitesurf. La ría de Cubas es un lugar ideal para una travesía en paddle surf, independientemente de tu edad o nivel.
  • Actividades en familia: para quienes viajan con niños, Somo ofrece campamentos de surf diseñados para combinar el aprendizaje del deporte con diversión y actividades complementarias. Estos campamentos incluyen clases de surf, surf skate, yoga y juegos de playa, todo supervisado por monitores especializados.
  • Paseos y naturaleza: la extensa playa se extiende desde Loredo hasta El Puntal, es perfecta para dar largos paseos por la orilla. Además, puedes disfrutar de vistas privilegiadas de Santander y de espectaculares atardeceres desde la parte sur de la playa.
  • Gastronomía local: después de un día de actividades, puedes relajarte en los chiringuitos del Puntal, donde se sirven pescados y mariscos frescos, así como carnes de calidad. El Asador Somo es una opción destacada para los amantes de la carne.

Restaurantes con encanto

Uno de los grandes atractivos de Ribamontán al Mar es, sin duda, su propuesta gastronómica. La frescura del producto local y la tradición culinaria cántabra se combinan aquí con una oferta diversa que sabe conquistar tanto a los amantes del pescado como a los incondicionales de la carne. Para quienes no conciben una comida sin sabor a mar, restaurantes como La Torre o El Cruce son paradas obligatorias. En sus cartas no faltan las rabas, el bonito a la plancha, los percebes, las zamburiñas o unos exquisitos mejillones en vinagreta. La cercanía del puerto y la calidad del producto aseguran una experiencia marinera auténtica.

Pero también hay lugar para el paladar más carnívoro. La ganadería frisona de la zona aporta materia prima de altísima calidad para platos como el cachopo, los chuletones a la brasa, o sencillos y sabrosos platos como los huevos con patatas y embutido casero. Las carnes, cocinadas a la leña en algunos establecimientos, son el complemento perfecto a una jornada de playa o senderismo. Destacan propuestas como Asador Las Quebrantas, donde la parrilla es protagonista con cortes de vacuno de proximidad.

Naturaleza, historia y planes familiares

Ribamontán al Mar es también un paraíso para quienes disfrutan del senderismo y los paseos en familia. Rutas como las que conducen a los acantilados de Quintres y San Pantaleón ofrecen vistas espectaculares del litoral, mientras que enclaves como la Cueva de Cucabrera permiten conectar con el pasado ancestral de la zona. Los más curiosos pueden visitar también el Molino de Romano y el puente de Canedo, ejemplos del patrimonio rural que aún se conserva en buen estado. Para las familias, estas rutas son una forma ideal de descubrir el entorno natural sin necesidad de grandes desplazamientos.

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