Ni Zahara ni Bolonia: esta es la playa más bonita de Cádiz según la revista 'Viajar'
Antes de entregarte al ruido de las playas llenas, mira al sur, donde las dunas susurran y el Atlántico rompe en libertad

La Cortadura | Guía de Cádiz
Cada verano la historia se repite. Las playas más icónicas de Cádiz, como Zahara de los Atunes y Bolonia, se convierten en destinos codiciados por turistas de toda España y más allá. Las sombrillas colonizan la arena desde primera hora, los pareos boho se multiplican y los atascos en dirección a Caños de Meca comienzan antes incluso de que amanezca. Pero mientras las multitudes se disputan un hueco en estos arenales de postal, existe un rincón que se mantiene casi intacto, virgen, silencioso y majestuoso: la playa de La Cortadura.
Ubicada a las afueras de la ciudad de Cádiz, justo junto a la muralla que lleva su mismo nombre, La Cortadura ha sido reconocida por la revista Viajar como la playa más bonita de la provincia gaditana. No es una afirmación gratuita: este tramo de costa representa un paraíso natural que conserva, contra todo pronóstico, el encanto primitivo del litoral atlántico.
Playa de Cortadura
Considerada la única playa virgen del término municipal de Cádiz. Un privilegio que se extiende a lo largo de casi cuatro kilómetros de arena fina y dorada, resguardada por dunas naturales que transportan a paisajes más propios de una película de ciencia ficción que de un entorno urbano. La playa se sitúa entre Cádiz y San Fernando, justo al borde de la carretera CA-33, y se despliega paralela a esta vía, lo que la convierte además en una de las más largas de toda la provincia gaditana.
Su ubicación, entre la ciudad y el puente José León de Carranza, le confiere un equilibrio perfecto entre accesibilidad y aislamiento. Aquí no hay hoteles que asomen sobre la orilla, ni paseos marítimos llenos de tiendas de souvenirs. Lo que hay es mar, viento, arena y espacio. Mucho espacio. En un verano en el que la masificación turística ya se da por asumida, La Cortadura permite aún plantar la toalla sin rozar codo con codo con el vecino de al lado. Un lujo cada vez más raro en el litoral español.
Deportes náuticos en estado puro
Pero la tranquilidad no está reñida con la actividad. La Cortadura es también un lugar privilegiado para la práctica de deportes náuticos. Su orientación y las corrientes del Atlántico convierten a esta playa en un destino muy frecuentado por surfistas, bodyboarders y aficionados al kitesurf. También se puede practicar paddle surf en días más tranquilos, cuando el viento amaina y el mar se presenta en calma. A diferencia de otros puntos de la costa donde el exceso de bañistas dificulta el disfrute deportivo, aquí el mar se ofrece generoso y sin aglomeraciones. Además, gracias a su carácter abierto y su longitud, es ideal para correr por la orilla, hacer yoga al amanecer o simplemente caminar durante kilómetros con la única compañía del sonido de las olas.
Comer bien, frente al mar
Si bien su esencia virgen la aleja del bullicio de otras playas, La Cortadura cuenta con varios chiringuitos donde comer bien es casi tan importante como el baño en el mar. En locales como Potito Beach o La Mirilla, se pueden degustar pescados frescos, frituras gaditanas, arroces y tapas con un sabor que resume la identidad gastronómica del sur. Todo ello con vistas privilegiadas al Atlántico, una brisa constante y el ambiente relajado que define a esta playa. La Cortadura representa una alternativa real al turismo de masas. Su capacidad para conjugar naturaleza, deporte, buena mesa y, sobre todo, espacio, la convierte en uno de los secretos mejor guardados de la provincia. Que lo diga una publicación especializada como Viajar solo confirma lo que los gaditanos ya sabían: no hace falta irse muy lejos para encontrar el paraíso.