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Lo más parecido a 'La Capilla Sixtina' en pleno centro de Madrid

Quien cruza su puerta se adentra en un espacio único donde arte, historia y espiritualidad se funden

Lo más parecido a ‘La Capilla Sixtina’ en pleno centro de Madrid

La iglesia de San Antonio de los Alemanes | Madrid (Wine Gogh)

En pleno corazón de Madrid, lejos del bullicio de la Gran Vía y escondida entre las estrechas calles de Malasaña, se encuentra una joya del barroco español que pocos conocen: la iglesia de San Antonio de los Alemanes. Su planta elipsoidal y sus frescos envolventes han sido comparados con la Capilla Sixtina del Vaticano, y cada pincelada y detalle arquitectónico transforma la visita en una experiencia casi mística. Más allá de su valor artístico, San Antonio de los Alemanes sigue siendo un templo vivo: de lunes a sábado se celebran misas a las 18:00, los domingos a las 12:00, y la visita cultural está abierta por 5 euros. Además, se organizan conciertos de música clásica y recorridos guiados por el museo de la Hermandad, la sacristía y la cripta, donde se pueden contemplar objetos religiosos, utensilios históricos y el primer retablo del templo; durante los festivos y el mes de agosto, la iglesia permanece cerrada.

La historia de San Antonio de los Alemanes se remonta a principios del siglo XVII, cuando Felipe III impulsó su construcción para ofrecer asistencia a peregrinos y enfermos portugueses. Originalmente conocida como San Antonio de los Portugueses, la iglesia cambió de manos tras la independencia de Portugal en 1640 y permaneció cerrada hasta 1689, cuando Mariana de Austria la cedió a la comunidad católica alemana, adoptando su nombre actual. Desde entonces, el templo ha mantenido un papel tanto cultural como espiritual en Madrid. Aunque su función original varió con el tiempo, la iglesia conservó su carácter de refugio y ayuda. Hoy, la Real Hermandad del Refugio y Piedad gestiona un comedor social activo desde hace siglos, manteniendo viva la tradición de asistencia que inspiró su construcción. Esta combinación de historia, fe y acción social otorga al templo una dimensión simbólica e internacional.

La iglesia de San Antonio de los Alemanes | @juans83 (Instagram)
La iglesia de San Antonio de los Alemanes

Arte envolvente: frescos que asombran

Levantada a partir de 1624, la iglesia destaca por su singular planta elipsoidal, rara en la capital. Arquitectos como Pedro Sánchez, Francisco Seseña y Juan Gómez de Mora dieron forma al edificio, pero es en su interior donde reside su verdadero tesoro: un conjunto pictórico que cubre por completo muros y bóvedas. Los frescos, que simulan estructuras arquitectónicas mediante trampantojo, crean una ilusión óptica que sorprende a cualquier visitante. Entre los artistas que participaron en su decoración destacan Francisco Rizi, autor de la cúpula; Lucas Jordán, encargado de repintar las columnas; y Francisco Carreño de Miranda, que plasmó a San Antonio ascendiendo hacia la Virgen. La unidad estética y la complejidad técnica de estas obras han llevado a compararla con la Capilla Sixtina, aunque con un sello inequívocamente madrileño.

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Curiosidades artísticas y arquitectónicas

Más allá de los frescos, San Antonio de los Alemanes guarda secretos que suelen pasar desapercibidos. La elipse de su planta no solo es rara en Madrid, sino que permite que la luz natural incida de manera uniforme sobre los frescos, potenciando el efecto envolvente de la decoración. Los detalles arquitectónicos, como las molduras simuladas y las columnas pintadas, crean una sensación de profundidad que engaña al ojo y convierte el espacio en un auténtico trampantojo barroco. Otra curiosidad es la tradición conocida como la “ronda del pan y el huevo”, en la que los sacerdotes evaluaban la dignidad de los recipientes mediante una plantilla con un orificio: si el huevo cabía, no era considerado digno de reparto, resumido en la frase popular “si pasa, no pasa”. Este ritual refleja la mezcla de fe, simbolismo y vida cotidiana que caracteriza al templo.

Oculta entre las calles del centro, la Capilla Sixtina de Malasaña sigue sorprendiendo a quienes la descubren. Su combinación de arte, historia, espiritualidad y acción social la convierte en un espacio único. Aunque no figura en las rutas turísticas más conocidas, quienes visitan San Antonio de los Alemanes suelen salir con la sensación de haber encontrado uno de los secretos mejor guardados de Madrid.

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