Este es el pueblo medieval de Gerona con el puente mejor conservado de Europa
Para aquellos que buscan una escapada diferente, este lugar no decepciona, es un pequeño tesoro de historia escondido

Besalú | Turismo Besalú
Bicado en el corazón de la comarca de la Garrotxa, en la provincia de Gerona, Besalú es un pequeño y encantador pueblo que parece detenido en el tiempo. Su rico patrimonio medieval se refleja en las calles, plazas con encanto y sobre todo en su joya más conocida: el Puente de Besalú, considerado uno de los puentes románicos mejor conservados de Europa. Cruzar este puente es, literalmente, atravesar siglos de historia, conectando el casco antiguo con la zona más moderna del pueblo mientras se contemplan las aguas del río Fluvià fluyendo a sus pies.
El origen de Besalú se remonta a la Edad Media, cuando fue un enclave estratégico de la región de la Garrotxa. Su desarrollo estuvo ligado a la presencia de monasterios, iglesias y fortificaciones que aún hoy se conservan. Entre ellos destaca el Monasterio de San Pedro, de imponente fachada románica, y la Iglesia de Santa María, cuya sobriedad oculta un interior lleno de detalles artísticos. Ambos lugares ofrecen una visión del pasado religioso y cultural de la localidad, permitiendo al visitante entender la importancia de Besalú en la Edad Media.
El Puente de Besalú, construido en el siglo XII, es sin duda el gran protagonista del pueblo. Con sus diez arcos de piedra, no solo es un ejemplo sobresaliente de la arquitectura románica civil, sino que también ofrece vistas panorámicas del casco antiguo y del río Fluvià. Su conservación impecable lo convierte en un referente europeo, y cada paso sobre sus losas es un recordatorio palpable de la historia viva que se respira en este enclave.

Además del puente, Besalú alberga otros puntos de interés que merecen una visita:
- La Judería, con sus callejuelas empedradas y la micvé, es testigo del legado judío que dejó huella en la ciudad.
- La Plaza del Sol, con sus bares y restaurantes, es perfecta para relajarse y disfrutar del ambiente medieval.
- El Museo de Historia de Besalú permite profundizar en la evolución de la localidad a través de documentos y objetos arqueológicos.
- Para quienes buscan un contacto con la naturaleza, las rutas de senderismo alrededor del pueblo y el cercano Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa ofrecen paisajes espectaculares de montañas, bosques y antiguos volcanes.
El río Fluvià atraviesa el corazón de Besalú y ha sido protagonista silencioso de su historia. Sus aguas no solo dieron sustento a la población medieval, sino que hoy en día enmarcan la belleza de los puentes y el casco antiguo, creando reflejos que multiplican el encanto de las piedras centenarias. Pasear junto al Fluvià es una invitación a la contemplación y al descubrimiento de rincones que parecen salidos de un libro de historia.
¿Qué platos son típicos en Besalú?
La gastronomía local también forma parte esencial de la experiencia en Besalú, reflejando tanto la tradición de la comarca como la riqueza de sus productos autóctonos. Entre sus platos más emblemáticos destaca la escudella i carn d’olla, un guiso contundente de carnes variadas, legumbres y verduras que se prepara siguiendo recetas heredadas de generaciones, ideal para reconfortar el cuerpo tras un día explorando el casco antiguo. Otro clásico es la coca de recapte, una especie de pizza catalana elaborada con masa fina, verduras de temporada asadas y embutidos artesanales, que combina sabores sencillos pero llenos de carácter.
No menos importantes son los productos locales de la comarca de la Garrotxa, como los quesos de cabra y oveja, curados o frescos, y los embutidos artesanales, elaborados siguiendo métodos tradicionales que conservan aromas y texturas únicos. Los aceites de oliva, la miel y los vinos de proximidad también juegan un papel destacado en la mesa, completando una experiencia gastronómica que va más allá de la simple comida. Cada bocado en Besalú es una oportunidad para saborear la historia de la región, sentir la identidad de sus habitantes y disfrutar de una cocina que une lo rural y lo medieval con una frescura inigualable.