Las catacumbas de París cierran y este es el motivo: última oportunidad para visitarlas
Si estás pensando en visitar una de las ciudades más emblemáticas de Francia, no puedes perderte esta actividad

París | Canva Pro
Bajo las elegantes avenidas y los monumentos emblemáticos de París se esconde un laberinto subterráneo que ha fascinado y perturbado a partes iguales desde hace siglos. Las Catacumbas de París, con más de 350 kilómetros de túneles y galerías, constituyen uno de los osarios más singulares del mundo, testimonio del pasado, de la muerte y de la historia urbana de la capital francesa. Localizadas principalmente bajo el barrio de Denfert-Rochereau, estas galerías han servido a lo largo del tiempo como cementerio, refugio y fuente inagotable de leyendas urbanas. Sin embargo, a partir del 3 de noviembre de 2025, la ciudad anuncia un cierre temporal de seis meses para someterlas a una profunda renovación, con vistas a reabrir en primavera de 2026.
¿Por qué cierran las Catacumbas de París?
Las Catacumbas han sido visitadas por millones de personas desde su apertura en 1809, lo que ha generado un inevitable desgaste. La humedad, cercana al 90 %, combinada con el dióxido de carbono presente en los pasillos y el tránsito constante de visitantes, ha afectado la integridad de los millones de huesos que descansan allí. Los responsables del museo subterráneo explican que el cierre temporal permitirá realizar intervenciones imprescindibles para garantizar la conservación a largo plazo y la seguridad de los visitantes.

Durante estos seis meses, se renovará el suelo del recorrido autorizado, se actualizarán los sistemas de ventilación e iluminación y se rediseñará la escenografía para ofrecer una experiencia más didáctica. Asimismo, se incorporará un espacio destinado a exposiciones temporales y actos culturales, con el objetivo de atraer tanto a turistas como a residentes locales y consolidar la función educativa y patrimonial del osario. Desde 2023 ya se habían llevado a cabo trabajos de restauración parciales, pero la magnitud de las nuevas obras requiere una interrupción completa de las visitas.
Orígenes y evolución del “Imperio de la Muerte”
El origen de las Catacumbas se remonta al siglo XVIII, cuando la sobrepoblación y la saturación de cementerios urbanos, como el Cimetière des Innocents, provocaron problemas de salubridad en la ciudad. En 1777, por orden del Consejo del Rey, se inició el traslado masivo de restos humanos hacia las antiguas canteras subterráneas del sur de París. Bajo la supervisión de Héricart de Thury, los túneles fueron transformados en un espacio organizado y estéticamente impactante, que posteriormente se abriría al público como osario municipal. El recorrido autorizado, de apenas dos kilómetros, permite al visitante descender por una estrecha escalera de caracol hasta un vestíbulo subterráneo que introduce a la contemplación de hileras interminables de cráneos y fémures. La Galería de los Huesos, de 800 metros de longitud, se ha convertido en uno de los tramos más emblemáticos, donde las inscripciones de poetas como Lamartine acompañan a los restos de personalidades célebres como Charles Perrault, Rabelais o Racine.
Consejos para visitar las Catacumbas antes de noviembre
El ambiente de las Catacumbas, cargado de historia y misterio, requiere de ciertas precauciones. La visita no es accesible para personas con movilidad reducida debido a las escaleras y pasillos históricos. Se recomienda un calzado cómodo y ropa ligera de abrigo, dada la baja temperatura subterránea. Además, la edad mínima suele situarse en los catorce años, con vigilancia obligatoria para menores de dieciséis. Aunque algunos exploradores clandestinos, conocidos como catáfilos, recorren áreas no autorizadas, los responsables del museo advierten que estas prácticas son peligrosas y no están permitidas.
Los paneles informativos diseminados por el recorrido ayudan a contextualizar los traslados de restos, la historia del osario y la evolución urbana de París. Esta combinación de memoria, arte y educación convierte a las Catacumbas en un espacio que trasciende el morbo y se posiciona como un museo subterráneo único en el mundo.
Renovación y futuro
El cierre temporal marca un punto de inflexión en la preservación de las Catacumbas, asegurando que la infraestructura histórica y los restos humanos puedan conservarse para las próximas generaciones. La actualización de la ventilación e iluminación no solo busca la protección del patrimonio, sino también una experiencia más cómoda y didáctica para quienes se adentren en este “Imperio de la Muerte”. La reaparición de las Catacumbas en primavera de 2026 se espera con gran expectativa, no solo por los turistas que las visitan cada año, sino también por los parisinos interesados en redescubrir un espacio que mezcla historia, cultura y misterio. Así, bajo las calles de la Ciudad Luz, la memoria de millones de habitantes pasados continúa preservándose y ofreciendo una lección de historia y reflexión a quienes se atrevan a descender a sus galerías.