Las ruinas romanas que no están en Roma ni en Mérida: a solo una hora de Madrid
A tan solo una hora de la capital, entre colinas manchegas y paisajes de la Alcarria, se levanta un testimonio vivo de la historia

Segóbriga, en el municipio de Saelices, Cuenca | Turismo Castilla La Mancha
Cuando se habla de vestigios romanos en la península, los nombres de Roma, Mérida o Tarragona suelen encabezar la lista de referentes. Sin embargo, a apenas una hora de Madrid se alza uno de los yacimientos más sorprendentes de Hispania romana: Segóbriga, en el municipio de Saelices, Cuenca. Este enclave arqueológico, declarado Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad, constituye una auténtica joya del mundo antiguo que sigue asombrando a visitantes y expertos por su conservación y por la historia que encierra.
Una ciudad romana con casi 2.200 años de historia
Fundada en torno al año 146 a. C., Segóbriga se convirtió en un núcleo urbano estratégico que llegó a albergar a unas cinco mil personas. Fue capital de la Celtiberia y, bajo dominio romano, alcanzó gran relevancia como centro político, económico y cultural. El recorrido por el yacimiento es un viaje directo a la vida cotidiana de la Hispania romana, donde aún pueden apreciarse las huellas del esplendor de una ciudad planificada a imagen de Roma.
Entre los espacios más impresionantes se encuentra su anfiteatro, un recinto con capacidad para unos 5.500 espectadores que rivaliza en dimensiones con otros de mayor renombre. Muy cerca, el teatro, erigido en torno al siglo I, sigue mostrando la perfección de su graderío y del escenario, donde se representaban comedias y tragedias siguiendo la tradición romana. El foro, corazón administrativo de la ciudad, fue construido hacia el año 15 d. C. y conserva buena parte de su estructura, lo que permite imaginar cómo era la vida pública en la colonia.

No faltan las termas, centro neurálgico de la vida social, ni la necrópolis, que ofrece pistas sobre las costumbres funerarias de la época. La visita se complementa con un moderno centro de interpretación y un museo que expone piezas originales halladas en las excavaciones: cerámicas, utensilios, esculturas y fragmentos arquitectónicos que permiten contextualizar mejor la magnitud de la ciudad.
Uno de los aspectos que más atrae al visitante es la posibilidad de recorrer libremente los distintos espacios. Las recreaciones virtuales y los paneles explicativos ayudan a visualizar cómo eran los edificios en su momento de esplendor, mientras que la propia experiencia de caminar sobre las mismas piedras que los romanos convierte la visita en un auténtico viaje al pasado.
Precios y cómo visitar Segóbriga
Segóbriga es también un ejemplo de cómo el patrimonio arqueológico puede acercarse al público general de manera accesible. La entrada tiene un coste de seis euros, una cifra asequible si se considera la magnitud del yacimiento y las horas de recorrido que ofrece. Para quienes deseen organizar una escapada económica, existe además la posibilidad de visitarlo gratuitamente los martes y viernes de 16 a 18 horas, una iniciativa que busca fomentar la divulgación cultural y atraer a nuevos visitantes. La ubicación del enclave facilita el viaje desde Madrid. En coche, basta con tomar la A-3 en dirección a Valencia y desviarse en Saelices, desde donde se accede fácilmente al parque arqueológico. El trayecto ronda la hora de duración y la visita completa puede extenderse entre dos y cuatro horas, dependiendo del interés del visitante en recorrer con calma cada rincón.
A pesar de su cercanía a la capital, Segóbriga sigue siendo para muchos un secreto bien guardado. No cuenta con la proyección turística de Mérida ni con la monumentalidad de Roma, pero precisamente en su escala más íntima reside parte de su encanto. La ciudad ofrece una experiencia auténtica, donde el contacto directo con las ruinas permite comprender mejor cómo funcionaba una urbe romana de tamaño medio y cuál era su papel en la red imperial.