Los altos directivos del IBEX-35 cobran de media 207 veces el sueldo mínimo de sus empleados
La diferencia salarial entre los altos directivos de las empresas IBEX-35 y los sueldos más bajos de esas compañías es de 207 veces de media, según el informe ‘Diferencia abismales: el papel de las empresas del IBEX-35 en la desigualdad’, presentado Oxfam Intermón, en el que se concluye que la brecha salarial en España va en aumento
La diferencia salarial entre los altos directivos de las empresas del IBEX-35 y los sueldos más bajos de esas compañías es de 207 veces de media, según el informe ‘Diferencias abismales: el papel de las empresas del IBEX-35 en la desigualdad‘, presentado Oxfam Intermón, en el que se concluye que la brecha salarial en España va en aumento. “La desigualdad global sigue aumentando y nuestro país no es ajeno a esta tendencia. Ante este reto, las grandes empresas, tanto españolas como internacionales, tienen un papel protagonista”, dijo el director general de la ONG, José María Vera, durante la presentación de dicho informe.
Banco Popular, Ferrovial e Inditex son las empresas donde mayores son las diferencias salariales, de acuerdo con el informe en el que, de la comparativa de los salarios de la alta dirección y las retribuciones medias también, se evidencia una importante brecha. Así, «un alto directivo cobra 112 veces el salario medio de su empresa», destaca el documento.
La desigualdad salarial en el conjunto del IBEX-35 es una tendencia al alza, según Oxfam. «Las cifras hablan por sí solas: entre 2014 y 2016 la retribución de los principales ejecutivos creció un 40%. Sólo entre 2015 y 2016 el aumento en los sueldos de los altos ejecutivos fue del 15%, situándose la retribución media en 4,2 millones de euros, mientras que los salarios medios solo se incrementaron en un 0,3%«.
Las empresas del IBEX-35 tiene una facturación conjunta equivalente al 42% del Producto Interior Bruto (PIB) y más de 1,5 millones de personas contratadas en sus plantillas. “Representan un referente a seguir por parte de muchas empresas, en particular en lo relativo a las políticas salariales. La brecha exacerbada que arrojan estos datos lleva consigo un impacto directo en la desigualdad con consecuencias sociales y económicas graves para la sociedad”, ha denunciado José María Vera.
En el informe se incluyen otros factores que también conllevan una mayor desigualdad como la externalización de las empresas del IBEX-35, que causa una brecha salarial aún mayor. “La subcontratación utilizada de manera sistemática por estas empresas es una de las razones de la precarización del empleo en España”, añade Vera. “Mantienen los salarios de las personas subcontratadas, en muchos casos, en un nivel insuficiente para poder llevar una vida digna”.
La ONG ha aprovechado la presentación de su informe para instar a las empresas y al Gobierno a que aumenten el salario mínimo interprofesional un 13% en 2018, con el objetivo de alcanzar al final de la legislatura los 1.000 euros, al tiempo que propone garantizar una mayor equidad retributiva de modo que la parte fija del salario más alto no supere en más de 20 veces al salario más bajo.
El documento también aborda la desigualdad de género dentro de las empresas del IBEX-35. De los dato aportados por estas compañías se desprende que hay un 40% de mujeres en plantilla pero solo un 20% en puestos directivos.
En el capítulo fiscal, Oxfam destaca que «todas las compañías del índice salvo una, Aena, tienen presencia en paraísos fiscales«, y denuncia que 2009 y 2016 se han venido constituyendo 103 nuevas filiales al año de promedio o lo que es lo mismo, una nueva filial cada tres días. “Un ritmo tenaz que muestra la intención de seguir utilizando estos territorios, que son claros aliados de la actual crisis de desigualdad, ya que suponen una vía de escape para que estas empresas reduzcan su aportación fiscal al mínimo”, explicó Vera. Oxfam destaca un cambio de tendencia, y es que en 2016 el total de filiales se redujo en 22 sociedades, un 2,2% de caída con respecto al récord de 1.018 en 2015. “Es pronto para celebrar que éste sea un cambio estructural en las prácticas de las principales empresas españolas. A este ritmo necesitaríamos más de 45 años para acabar de borrar su rastro de estos territorios tan tóxicos para la economía mundial”.