Los apagones llevan el caos a la vida cotidiana en Venezuela
Tras cuatro días sin energía eléctrica, hay falta de comida, agua, combustible y transporte en toda Venezuela
Una falla masiva de energía de alcances impredecibles ha sumergido en el caos desde el jueves a las principales ciudades de Venezuela, mientras crecen los temores de que la situación se prolongue sin que haya una respuesta clara de quienes ostentan el poder, y mucho menos planes de contingencia para atender a la población más vulnerable. Así lo reporta el periodista Omar Lugo de El Estímulo, el periódico hermano de The Objective.
Tras cuatro días sin energía eléctrica, este lunes el Gobierno de Nicolás Maduro ha ordenado suspender la jornada laboral y las clases en las escuelas, y ya hay falta de comida, agua, combustible y transporte en todo el país, y las filas son enormes en las pocas estaciones de servicio que están abiertas, así como en los depósitos de agua potable. Precisamente, este lunes, centenares de escolares venezolanos ha cruzado a la ciudad colombiana de Cúcuta para retomar sus clases después de que las autoridades del país vecino hayan habilitado un paso por el puente fronterizo Francisco de Paula Santander para estudiantes y personas que requieren atención médica.
En un país donde el efectivo en moneda local es prácticamente inútil, el comercio está colapsado porque no hay como pagar las compras, debido a las fallas de los sistemas electrónicos de los bancos o a la falta de luz para los puntos de pago. Pocos negocios permanecen abiertos, y los que están presentan enormes filas de compradores ansiosos. Mucha gente no tiene comida aunque tenga dinero para comprar algo.
Venezuela sufre desde hace años una escasez crónica de agua, que es racionada estrictamente en grandes ciudades y pueblos. Pero con el colapso de la energía eléctrica este problema se agravará puntualmente porque no hay suficiente fuerza para mover las grandes estaciones de bombeo para llevar el agua a Caracas, una ciudad ubicada por encima de los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Tampoco hay luz en los edificios para hacer llegar el líquido a los apartamentos.
En el municipio Libertador, en el oeste de la ciudad, dominado por un alcalde chavista y por fuerzas paramilitares que mantienen el orden social, también se han formado largas filas frente a los depósitos de agua potable. Los precios de los envases de 18 litros se elevaron en las últimas horas hasta el equivalente a los 3.000 bolivares por llenado –ese monto equivale al salario mínimo de cinco días de trabajo–.
El estado Vargas, donde está el aeropuerto de Maiquetía y el principal puerto del país, sigue sin electricidad, ha dicho el alcalde del municipio La Guaira, José Alejandro Terán, también a Unión Radio.»Logramos restablecer el 90% del servicio eléctrico, pero Guri sigue recibiendo ataques electrónicos y retrocedemos al 40% o 30%». La falta de electricidad ha provocado la suspensión de vuelos nacionales e internacionales en Maiquetía, de modo que Venezuela está técnicamente aislada.
Guri es la represa que surte el 70% de la electricidad que consume Venezuela. Está ubicada en Guayana, a unos 800 kilómetros de Caracas y según el gobierno las fallas masivas de energía se deben a un ataque electrónico ejecutado por el gobierno de Estados Unidos y por la oposición encabezada por el presidente del parlamento reconocido como presidente interino de Venezuela por unos 50 países, Juan Guaidó.
El usurpador pretende que el Pueblo se quede padeciendo la crisis en sus casas, para luego decirle a las FANB que todo está normal.
Tienes el derecho a expresar tu indignación, tu descontento. Sal a tu calle, a tu avenida.
Señores de la FANB: es el momento de proteger al Pueblo
— Juan Guaidó (@jguaido) March 10, 2019
No obstante, desde hace años expertos en el tema, periodistas de investigación y ex funcionarios públicos han venido advirtiendo del inminente colapso del sistema eléctrico debido a la corrupción –que desvió fondos de inversiones nunca ejecutadas– , la improvisación, la ineficiencia en la gerencia a cargo de militares sin preparación y por falta de mantenimiento en las redes de transmisión, además de por los cambios climáticos que hacen más tórridos los ciclos tropicales de sequía.
Caracas, una ciudad de unos cinco millones de habitantes dividida en cinco municipios, ya presenta problemas crónicos de transporte público, agua, electricidad y recolección de basura. Todos se han agravado en las últimas horas.
El alcalde del municipio Baruta (sureste) Darwin González, ha dicho en la emisora Unión que el domingo el 80% del municipio había recuperado el suministro eléctrico, pero en la madrugada, cerca de la 1:30 am, estalló una subestación en la urbanización Terrazas del Club Hípico. «Desde que explotó esa sub estación no hay luz en la mitad del municipio, necesitamos la opinión de expertos sobre las consecuencias y cuantos días vamos a estar sin luz».
No hay información oficial sobre los daños, ni siquiera de la empresa Corpoelec, el gigante estatal controlado por militares que maneja el sistema de generación, transmisión y distribución de electricidad en Venezuela. Sobre la situación del municipio es difícil obtener información porque la mitad tampoco tiene señal de telefonía móvil, ha dicho el alcalde.
Asimismo, desde dentro y desde fuera del país son vanos los esfuerzos para hablar con familias ubicadas en las zonas de los apagones y según reportes especializados, en algunos momentos el 90% del territorio está sin internet. Las señales de radio como la de la estación Unión Radio son intermitentes. Hacer periodismo para reportar lo que ocurre supone grandes dificultades de transporte y comunicación. Además, dentro del país la audiencias están incomunicadas.
Los mensajes de texto en móviles son casi la única opción para quienes tienen baterías y señal, pero la telefonía fija no permite llamadas al exterior debido a las enormes deudas acumuladas por la telefónica estatal CANTV con compañías internacionales.
