Los israelíes acuden a las urnas en unas elecciones legislativas cruciales
Los sondeos apuntan a unos resultados muy ajustados entre el derechista Netanyahu del Likud, y Gantz líder del partido de centro derecha Azul y Blanco.
Reuters
Más de seis millones de israelíes están llamados este martes a las urnas en unas elecciones legislativas cruciales que decidirán si el primer ministro del ultraderechista Likud, Benjamin Netanyahu, continúa en el poder, o si ha llegado la hora para dirigente de centro derecha y líder del partido Azul y Blanco, Benny Gantz, quien se estrena en política. Ambos son los dos favoritos, según las encuestas.
Todos los sondeos indican que el resultado será sumamente ajustado, y deberá dar lugar a intensas negociaciones para formar una mayoría que permita construir un nuevo Gobierno una vez que se conozcan los resultados.
Netanyahu, que lleva más de 13 años en el poder, busca un quinto mandato. Gantz, de 59 años y ex paracaidista, se presenta a las elecciones por primera vez con la experiencia de haber sido comandante de una unidad de fuerzas especiales y ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa, aunque apenas hace seis meses nadie pensó en él como un político.
La campaña se transformó en una especie de plebiscito sobre la persona de Netanyahu, adorado y detestado a partes iguales pero que no deja indiferente a nadie.
Si para el político del Likud se trata de reiterar que nadie está mejor capacitado para garantizar la seguridad y la prosperidad del país, para Grantz, se trata fundamentalmente de poner fin a años de divisiones y de corrupción que encarna el primer ministro.
Gantz se lanzó al ruedo político y construyó una sólida lista de candidatos que en los cinco primeros puestos cuenta con tres ex comandantes de las Fuerzas Armadas, un ex ministro de Finanzas y el exjefe de la central sindical nacional.
La decisión de adelantar las elecciones previstas para noviembre fue interpretada como una maniobra excesiva de parte de Netanyahu para conseguir una victoria electoral aún a pesar de las denuncias de corrupción. En febrero, el fiscal general anunció la intención de inculpar formalmente a Netanyahu por corrupción, fraude y abuso de confianza.
Los últimos sondeos autorizados mostraban el viernes al Likud y al Azul y Blanco luchando codo a codo por cada voto, pero -con una previsión de 30 escaños para cada uno- ambos partidos quedan lejos de la mayoría absoluta de 61, lo que les obligará a negociar con otras formaciones.
Las proyecciones sugieren que Netanyahu tendría ventaja para formar una coalición de Gobierno.
El Likud lanzó una feroz campaña de ataques personales contra Gantz, al tiempo que Netanyahu utilizó cada oportunidad para mencionar su proximidad con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario estadounidense ofreció a Netanyahu un espectacular «regalo» en plena campaña electoral, al reconocer la soberanía israelí sobre los Altos del Golán, anexionados a Siria.
El propio Netanyahu lanzó aún más gasolina al fuego al afirmar que está preparado para anexionar los asentamientos israelíes en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde hace medio siglo.
Líder de un Gobierno considerado el más derechista en la historia de Israel, Netanyahu parece preparado para ponerse al frente de una coalición aún más radical.
El gran interrogante en estas elecciones es saber si Netanyahu será capaz de convencer a los electores a hacer oídos sordos a las sospechas y oportunismo asociados a su nombre, informa Afp.
