La Comunidad de Madrid implantará «próximamente» la cartilla COVID-19 anunciada en julio por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en la que se incluirá la historia clínica de cada paciente sobre PCR, pruebas serológicas y test de antígenos.
Por qué es importante: la intención de las autoridades madrileñas es hacer «un volcado en la tarjeta sanitaria virtual» de los datos diagnósticos del paciente que se haya realizado pruebas para detectar el coronavirus[contexto id=»460724″], tanto en el sistema público de salud como en laboratorios privados, según han indicado a Efe fuentes del Ejecutivo autonómico.
La posibilidad de implementar la cartilla COVID-19 ha generado polémicas desde verano por la hipotética segregación que podría generar entre las personas que hayan pasado la enfermedad y las que no. Con esta medida, según los responsables madrileños de salud, una persona podrá acreditar que tiene un resultado negativo en una PCR si necesita viajar a través de su móvil.
También serviría en un futuro para incluir los resultados de los test de antígenos realizados en las farmacias, si el Gobierno regional logra implantar su plan para que estos establecimientos realicen estas pruebas, algo que el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, no confirmó en su intervención del miércoles.
Ayuso anunció en julio la intención de que la Comunidad de Madrid implantara una cartilla COVID-19, similar a una cartilla internacional de vacunación, para saber si una persona ha pasado la enfermedad o tiene anticuerpos, y no descartó que fuera útil «en el futuro saber tu inmunidad para empleos o para lo que sea», algo por lo que recibió un aluvión de críticas, desde expertos, el Ministerio de Sanidad, oposición hasta organizaciones de consumidores como Facua.
En su presentación, Ayuso aseguró que el objetivo de la cartilla Covid es «demostrar quiénes en estos momentos no pueden contagiar ni ser contagiados» y pueden volver a una «cierta normalidad», para así «evitar confinamientos», y que estas personas puedan acceder a gimnasios, museos, cines o a cualquier recinto cerrado y puedan «seguir su vida normal». Después, el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, rebajó las expectativas de la iniciativa a señalar que no sería un «pasaporte de inmunidad», sino un registro, ya que será solamente informativa.
Ya entonces, los expertos advirtieron de que la cartilla COVID-19 no era aconsejable puesto que no se conoce exactamente cuánto dura la inmunidad ante la enfermedad ni qué tipo de protección generan los anticuerpos.