Más de un 30% de los niños y adolescentes españoles padece sobrepeso u obesidad
En 2016 había 340 millones de niños y adolescentes obesos en el mundo, , según la OMS
La obesidad infantil es una epidemia a escala global. Desde la ONU aseguran que, por primera vez en la historia, hay más personas con obesidad que personas que pasan hambre. En 2016, había 340 millones de niños y adolescentes obesos en el mundo, según la OMS. La Gasol Foundation ha presentado esta mañana los resultados de su estudio PASOS 2019 sobre actividad física, estilos de vida y obesidad en niños y adolescentes españoles.
El objetivo principal del estudio era determinar el nivel de actividad física en niños y adolescentes de 8 a 16 años. Con una muestra de casi 4.000 niños y adolescentes, también han estudiado la relación de distintas variables de estilo de vida que afectan a la obesidad infantil.
El resultado es alarmante: casi un 35% de los niños y adolescentes españoles padece sobrepeso u obesidad, estimado según el IMC (Índice de Masa Corporal) que pone en relación nuestro peso con nuestra talla. «Lo que más nos preocupa es la prevalencia de obesidad abdominal», ha apuntado Santi Gómez, investigador principal del estudio.
¿Qué factores influyen en los niveles de obesidad infantil?
Los resultados del estudio también señalan que existe una asociación entre el nivel de pobreza relativa y las cifras de exceso de peso. Hay una tendencia creciente: a mayor rango de pobreza relativa, mayor porcentaje de obesidad infantil. «La obesidad es un problema de los países ricos que afecta a las personas pobres» , ha explicado el Dr. Romero, presidente de la Organización Médica Colegial de España, sede de la presentación.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda un mínimo de 60 minutos de actividad física «moderada o vigorosa» para los siete días de la semana. Más de un 60% no cumple con esta recomendación. Los niveles de actividad física son menores en adolescentes que en niños, y para el género femenino que el masculino.
Estas diferencias demográficas son reincidentes en muchos de los factores que afectan a la obesidad infantil. Cuando se les pregunta por cómo perciben su propia condición física, la de los niños empieza en un nivel más bajo y va aumentando a medida que se hacen mayores; con las niñas, sin embargo, pasa todo lo contrario: consideran que su condición física empeora a lo largo de los años. Con la percepción de su estado de salud, ocurre exactamente lo mismo.
Los hábitos de salud son mucho peores en adolescentes, es decir, a partir de los 12 años. No solo la actividad física disminuye, sino también las horas de sueño, otra de las variables que afectan a la obesidad.
El uso de pantallas en niños y adolescentes, hábito directamente relacionado con el sedentarismo, ha crecido de forma relevante en las últimas décadas. La OMS recomienda que sea menos a 120 minutos diarios. En España, la media es de 178 minutos diarios entre semana, y 182 los fines de semana. Es decir, un total de tres horas frente a una pantalla. El tiempo de consumo aumenta significativamente en adolescentes en relación con los niños, y es mayor entre el género masculino.
La dieta mediterránea es una de las más saludables del mundo. Sin embargo, esto se aprovecha cada vez menos. Menos de la mitad de la población infantil y adolescente en España alcanza un nivel alto de adherencia a la dieta mediterránea. Solo un 16% consume al menos cuatro raciones de fruta y verdura diarias. Casi un 90% se salta el desayuno y 68% desayuna bollería industrial.
Otro factor preocupante es el hecho de que más de un 20% de los niños y adolescentes declaren sentirse preocupados, tristes o infelices. Esta tendencia es mayor para el género femenino, así como para los adolescentes. La obesidad infantil aumenta el riesgo de problemas sociales y emocionales, así como de fracaso escolar.
El camino a seguir
Teniendo en cuenta los resultados, desde la Fundación piden a las instituciones públicas, al sector privado y a la sociedad civil que emprendan el camino a la solución, pasando por diferentes propuestas:
- Invertir en políticas de prevención de la obesidad infantil que promuevan estilos de vida saludables.
- Aumentar las horas y la calidad de la educación física.
- Fomentar la dieta mediterránea y limitar la publicidad dirigida a los niños de productos no saludables.
- Impulsar un Plan Nacional contra la Obesidad Infantil con asignación presupuestaria.
En palabras de Crisina Ribes, directora ejecutiva de la Gasol Foundation: «En España estamos a la cabeza de la obesidad infantil, pero también tenemos los componentes necesarios para estar a la cabeza en revertir la situación».