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Prisa teme que los 'amigos del Gobierno' junten meriendas para entrar en su Consejo

Adolfo Utor y Diego Prieto, con un 8% del capital, podrían tener un sillón en el máximo órgano de gobierno

Prisa teme que los ‘amigos del Gobierno’ junten meriendas para entrar en su Consejo

Junta General de Accionistas de Prisa en 2023. | Agencias

La llegada de los nuevos inversores que se han incorporado en las últimas semanas al capital de Prisa obligará más pronto que tarde a una reestructuración en el consejo de administración del grupo mediático que preside el financiero armenio Josep Oughourlian. El presidente de Balearia, Adolfo Utor, hizo acto de presencia como titular del 5,4% de Prisa pocos días antes de la junta general de la entidad celebrada el 26 de junio. Inmediatamente después, el fundador de la compañía andaluza de Servicios Socio Sanitarios Generales (SSG), Diego Prieto, afloró también una participación significativa por encima del 3% que había ido adquiriendo previamente de forma gradual.

En medios cercanos a la entidad propietaria de El País, la Cadena Ser y la editorial Santillana existe la convicción de que la puesta en escena de ambas participaciones, aunque hayan sido adquiridas de modo individual y de manera separada, debe interpretarse en conexión directa con la que mantiene desde hace dos años la sociedad Global Alconaba, encabezada por Andrés Varela Entrecanales, que adquirió a Telefónica un 7% de las acciones que la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete tenía en Prisa. Desde el primer momento, fue conocida la exquisita relación que Alconaba ha mantenido con el periodista José Miguel Contreras, factótum del grupo mediático, pero al que Oughourlian negó su acceso al consejo de administración hace solo unos meses cuando intentaba sustituir a su amigo fallecido Miguel Barroso.

La pretensión inicial era que Alconaba pudiera incrementar su posición como socio de referencia, de manera que la sociedad dispusiera de algún otro representante en el máximo órgano de gobierno de Prisa en el que ya participa el citado Varela Entrecanales. Las obligaciones financieras han impedido la materialización de más compras, pero en el camino han surgido otros postores interesados y bien relacionados con el Gobierno que han mostrado su deseo de sumarse al proyecto. Es el caso del empresario valenciano Adolfo Utor, actual dueño de la naviera Balearia, con un más que reconocido pasado como dirigente del PSOE en la Comunidad Valenciana, donde llegó a ser candidato municipal al Ayuntamiento de Denia.

El otro socio de postín que ha irrumpido en Prisa es Diego Prieto, conocido con el sobrenombre del ‘rey de las ambulancias’ en su condición de fundador del Grupo SSG, una de las principales compañías de transporte sanitario de España y Portugal con una flota de 1.500 vehículos y una plantilla de 4.000 empleados. Prieto traspasó el año pasado el control de su empresa al fondo Asterion Industrial Partners, constituido por Jesús Olmos, experto en los mercados de capitales y antiguo directivo de Endesa, Iberdrola y KKR. El importe de la transacción no se hizo público, pero en los círculos empresariales de Andalucía consideran que supuso un ‘pelotazo’ de 100 millones de euros para Diego Prieto, quien además se mantiene como directivo de SSG con una participación minoritaria en la empresa.

Reticencias en Moncloa con Oughourlian

La inversión de Diego Prieto en Prisa se ha materializado a través de una SICAV denominada Hoplitas y su intención es alcanzar una participación equivalente al 5% que posee Adolfo Utor. Ambos accionistas exploran la conveniencia de ‘juntar meriendas’ de modo que estarían en condiciones de solicitar automáticamente un sillón en el consejo de administración que preside Josep Oughjourlian. Bajo dichas expectativas se celebró la Junta general de finales de junio que los actuales dirigentes del grupo sortearon, de manera que nadie incomodó la actual estructura de mando.

Coincidiendo con la asamblea general de accionistas, el máximo representante de Prisa realizó unas extensas declaraciones en su periódico de cabecera que, sin embargo, provocaron el malestar en Moncloa. Oughourlian repasó la evolución accionaria de los últimos años relativizando el papel de los nuevos socios recién llegados: «La verdad es que los tres mayores accionistas seguimos siendo los mismos de los últimos tres años», señaló en referencia a sí mismo a través de Amber, el grupo Vivendi y Carlos Slim. Del resto, un cortés agradecimiento por la confianza depositada en el proyecto y poco más. Cabe recordar que el capital de Prisa incluye también al Banco Santander y a la familia Polanco, aparte del trío accionarial cercano al Gobierno al que están supuestamente vinculados Alconaba, Balearia y Hoplitas.

La tele de la discordia

El consejo de administración de Prisa cuenta con 15 consejeros mayoritariamente de la cuerda de Oughourlian, pero la llegada de nuevos dominicales forzaría un movimiento de tierras en el seno del órgano de gobierno que si no se maneja con cierta elegancia podría dar lugar a una divisoria de aguas con un grupo germinal de oposición interna. Todo ello en un momento decisivo del plan estratégico con horizonte en 2025, en el que se pretende compaginar el ajuste de unos niveles de deuda cercanos a los 800 millones de euros y la discusión interna sobre volver al redil televisivo con un canal digital en abierto.

A la espera de la eventual licencia de ultra alta definición que prepara el Ministerio de Transformación Digital, la otra opción inmediata, inducida también por instancias oficiales, pasa por alquilar el canal TEN Televisión, explotado ahora por Mediapro, pero que es propiedad de los dueños de Secuoya, Raúl Berdonés y Pablo Jimeno. Oughourlian no está muy por la labor, pero el Gobierno vería con muy buenos ojos el reforzamiento de Prisa en el sector audiovisual. Aquí es donde emerge de nuevo la figura de José Miguel Contreras, el director de contenidos del grupo que alienta personalmente el proyecto televisivo en sintonía con sus interlocutores de Moncloa.

El periodista que, entre otros muchos avatares profesionales, fuera fundador de la productora Globomedia y promotor de La Sexta ha reforzado de manera decisiva su posición en Prisa como hombre de confianza de los flamantes ‘amigos del Gobierno’ que desean incorporarse a labores de gestión. Oughourlian ha frenado en seco hasta ahora a Contreras, pero si la nueva TV de Prisa adquiere forma, el inversor armenio va a tener que emplearse con mucha mano izquierda, más todavía, para evitar que sus advenedizos accionistas se conviertan en molestos activistas.

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