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El Gobierno presiona a Slim y redobla esfuerzos con Vivendi para destituir al presidente de Prisa

El Ejecutivo lleva semanas moviendo los hilos para lograr una mayoría accionarial que desaloje a Joseph Oughourlian

El Gobierno presiona a Slim y redobla esfuerzos con Vivendi para destituir al presidente de Prisa

El empresario mexicano, Carlos Slim. | Jorge Peteiro (Europa Press)

El Gobierno pisa el acelerador para arrebatar a Joseph Oughourlian la presidencia de Prisa. En estos momentos, sus esfuerzos se centran en dos frentes: el grupo Vivendi y el magnate mexicano Carlos Slim, en principio los dos apoyos con los que cuenta el empresario para mantenerse al mando del grupo editor de El País. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que en los últimos días las llamadas y las reuniones se han intensificado desde Moncloa para conseguir el 51% que permitiría apartar al franco-armenio en la próxima junta de accionistas.

Desde el entorno de Oughourlian se indica que el apoyo de Vivendi y de Slim es férreo y que pese a las presiones confían en su proyecto. Por el contrario, los rebeldes –como adelantó este diario hace más de una semana– llevan tiempo hablando con todos e indican que ninguno de los dos se ha decantado oficialmente por alguno de los dos bandos, lo que –creen– abre la puerta a que puedan sumarse a una mayoría para destituir al actual presidente no ejecutivo de Prisa.

En cualquier caso, el apoyo del magnate mexicano es clave e igual de importante que Vivendi, y por ello todos le cortejan. Slim tiene actualmente el 7% del capital, pero se cree que mantiene derivados sin canjear que podrían llevar hasta 10% su actual paquete accionarial. De ser así, podría decantar por sí solo la batalla, ya que los rebeldes aspiran a alcanzar un 40% del capital en breve, unas cuentas a las que habría que sumar al mexicano si finalmente les apoya.

Varela y Contreras

Y es aquí donde entra el Gobierno. Las fuentes consultadas por este diario indican que la estrategia de Moncloa es paralela a la de Global Alconaba de Andrés Varela y José Miguel Contreras, además de Adolfo Utor y Diego Prieto. Esto supone que desde que estallara la guerra con Oughourlian –que rechazó la televisión que proponía Contreras– han redoblado sus esfuerzos. Moncloa lleva semanas involucrada en la operación, pero después de que todo saltara por los aires han recelado de las negociaciones de los rebeldes de Prisa y han dado un paso al frente, en especial entre los accionistas que apoyan al actual presidente.

Desde todos los resortes de Moncloa, incluyendo Presidencia y apoyados en el ministerio de Transformación Digital de Óscar López, se está presionando a Slim y ofreciéndole diferentes fórmulas para que brinde su apoyo al grupo que quiere desbancar a Oughourlian. El empresario mexicano no tiene especial apego por el empresario franco-armenio, pero sus vínculos con el antiguo PSOE y el felipismo le frenan para ceder ante un Gobierno presidido por Pedro Sánchez. El magnate tiene muchos intereses en España como accionista de FCC, Realia e incluso Caixabank, lo que puede ser una baza a favor del Ejecutivo.

En el caso de Vivendi las conversaciones vienen de largo. La reunión que se produjo en la cumbre de inteligencia artificial (IA) entre los franceses, Óscar López y el presidente de Telefónica, Marc Murtra –y en la que todas las partes niegan que se hablase de Prisa– es solo la punta del iceberg. Este diario ha podido confirmar que desde el Ejecutivo vienen mostrando sus cartas al equipo de Vincent Bolloré desde mucho antes de que Oughourlian lanzara su órdago e incluso hay quien cree que estas reuniones fueron las que detonaron su reacción para forzar la salida de Contreras y del CEO de Prisa Media, Carlos Núñez.

Vivendi y Prisa

Este periódico adelantó el 19 de febrero que los rebeldes de Prisa estaban cerca de cerrar un acuerdo con Vivendi (la reunión con López en la cumbre de IA fue el 12 de febrero), pero todo saltó por los aires con los movimientos de Oughourlian el 25 de febrero. Desde entonces se han tendido puentes con el Gobierno como protagonista y las llamadas se han sucedido utilizando como argumento el contrato de 80 millones de Havas con Telefónica. Pero no es la única baza, ya que también les han prometido más negocios con empresas vinculadas al Ejecutivo, en especial en Latinoamérica, donde los franceses podrían expandir sus intereses.

A esto hay que sumar que en Vivendi no ha sentado nada bien que se les haya situado en medio de una batalla política en la que no quieren estar, y menos aparecer enfrentados al Gobierno español. El problema es que en Moncloa prefieren que Vivendi se marche para siempre de Prisa y que venda sus acciones –actualmente valoradas en unos 50 millones de euros– por el miedo a que en el futuro un medio de derechas pueda tomar el control de El País y de Cadena Ser. Pero los franceses prefieren esperar para recuperar el dinero que invirtieron hace cuatro años. De esta manera, las negociaciones son complejas y con un epílogo incierto.

Hay que destacar también que además de las propuestas y presiones que están realizando desde Moncloa, los rebeldes siguen buscando acercamientos con los franceses para convencerles de que su proyecto es viable, ofreciendo un pacto con todos los accionistas para asegurar que se comparta la gobernabilidad de la compañía a corto y medio plazo. Al igual que con Slim, son negociaciones que se están produciendo en paralelo y de manera coordinada y con un objetivo común: que se apoye la salida de Oughourlian.

Plan de Oughourlian

Mientras, el presidente no ejecutivo resiste. En primer lugar, confía en tener el apoyo férreo de Vivendi y de Carlos Slim, a partir de lo cual estaría cerca de cerrar la renegociación de la deuda de 750 millones ampliando el plazo de pago en al menos cinco o seis años. Luego quiere presentar un nuevo plan estratégico para los próximos tres años y reducir a once el número de consejeros para apartar a los últimos críticos del máximo órgano de representación de la compañía. Este último movimiento debería refrendarse también en la próxima Junta General de Accionistas.

Del mismo modo, Oughourlian continuará reforzando el control en Prisa. El fin de semana fue designado presidente de El País y del diario AS y el lunes publicó un artículo en el periódico defendiendo la independencia de su gestión al mando del grupo y advirtiendo de las presiones del Gobierno para apartarle. En principio, no están planificados más cambios en la estructura editorial ni en la orientación de los medios del grupo, porque está todo centrado -dicen- en lograr que la compañía mantenga su marcha operativa.

REUNIÓN DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN.- Este miércoles se reúne el consejo de administración de Prisa para aprobar las cuentas de 2024. Será el primer encuentro desde la doble sesión del mes pasado en la que estalló públicamente la guerra entre los rebeldes y Oughourlian y tras la que presentó su renuncia el presidente de Prisa Media, Carlos Núñez. Sin embargo, en esta oportunidad no se esperan mayores sorpresas. Del lado de los rebeldes no moverán ficha, mientras que el presidente del grupo podría anunciar próximas convocatorias para aprobar la refinanciación de la deuda, que parece que está allanada, o para la Junta General de Accionistas que tiene como fecha tope el 30 de junio. Aunque será interesante ver el tono de los dos bandos después de semanas de enfrentamientos en un encuentro en que muchos consejeros podrían acudir de forma telemática.

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