THE OBJECTIVE
Fuera de microfóno

Javier Ares: «El periodismo se ha hincado de rodillas ante el poder»

Este periodista deportivo lleva pedaleando muchos años, hasta hace poco en la radio y ahora en Eurosport

Ha narrado las llegadas de la Vuelta Ciclista a España en diferentes cadenas de radio y, actualmente, en Eurosport, desde la edición de 1978, año en el que se retiró su ídolo Luis Ocaña. Han pasado muchos años, pero sigue pedaleando ante las cámaras y los micrófonos como el primer día. Para este vallisoletano, esta 74 edición de La Vuelta tiene el aliciente de ver competir a los mejores, junto a dos jóvenes españoles de muchísimo nivel, Juan Ayuso y Carlos Rodríguez.

A Javier Ares se le identifica con el ciclismo, pero ha narrado también para la radio partidos de fútbol y baloncesto, además de ser enviado especial en Mundiales y Juegos Olímpicos. Estudió Derecho, pero lo que realmente le atraía desde pequeño era el periodismo. Y, por supuesto, animar al Valladolid en el Estadio de Zorrilla, que estaba a un paso de su domicilio. No voy a decir los años que lleva Javier Ares en el oficio, ni él tampoco lo dice —«Va a dar la sensación de que soy muy mayor y no tengo esa apariencia»—, pero sí apuntar que ha sido testigo de los acontecimientos que han marcado la historia de nuestro deporte desde el último tercio del pasado siglo. Culto y preparado, con una curiosidad innata por todo lo que le rodea, tiene sentido del humor y sabe disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

Después de hacer un programa diario en la emisora de la Cadena Ser en Valladolid, en 1982 se incorporó a Antena 3 Radio y, más concretamente, al equipo de su admirado José María García. Ha sido director de Deportes de Antena 3 Televisión, responsable del programa Radioestadio, de Onda Cero, pero, sobre todo, uno de los mejores narradores de las grandes pruebas ciclistas. Posee la Medalla a la Fidelidad del Tour de Francia y la Medalla de Bronce al Mérito Deportivo, pero una de sus mayores satisfacciones ha sido ser pregonero de la Semana Santa de Valladolid, en el año 2004.

En esta entrevista para Fuera de micrófono, realizada poco antes de salir corriendo a los estudios de Euroesport y comentar una nueva etapa de La Vuelta, critica el penoso comportamiento de directivos del deporte español, como Luis Rubiales, y lamenta n la claudicación del periodismo deportivo ante el poder establecido.

PREGUNTA.- 74 edición de la Vuelta Ciclista a España. ¿Cuántas llevas a tus espaldas?

RESPUESTA.-  Recuerdo que en el año 78 seguí las etapas finales de aquella edición de la Vuelta. Era la despedida de Luis Ocaña y me hizo una ilusión enorme porque era mi ídolo. Acabó con tiros en Urkiola y fue la última Vuelta que se disputó en el País Vasco, organizada por El Correo Español. Desde el año que empezamos a hacerla en Antena 3 Radio, año 1983, con José María García, he estado en todas las ediciones, los últimos tres años desde los estudios de Eurosport. Cuenta los años que yo no los quiero contar, porque, si no, va a dar la sensación de que soy muy mayor y no tengo esa apariencia.

P.- Este año disputan la Vuelta los mejores corredores del mundo.

R.- Yo he catalogado esta época como «la edad de oro del ciclismo», porque han coincidido en ella un grupo de campeones que no es normal que coincida en el tiempo. Siempre ha habido una o dos estrellas, pero ahora —entre los especialistas en clásicas y en grandes vueltas— hay cinco o seis corredores de un nivel tan alto como los más grandes campeones. Los campeones de antes fueron de uno en uno: los Coppi, los Merckx, los Hinault, los Indurain… Ahora hay tres o cuatro corredores de ese nivel, con todo mi respeto a las figuras de aquellos tiempos pasados.

P.- Entre los mejores, hay varios ciclistas españoles que pueden darnos muchas alegrías.

R.- Tenemos a dos jóvenes de muchísimo nivel: Juan Ayuso, de 20 años, y Carlos Rodríguez, quinto en el Tour de Francia, que tiene 22. Estamos hablando de dos realidades muy precoces. Ayuso fue tercero el año pasado, con 19 años, en la Vuelta a España. Son cifras que no se han visto nunca. De hecho, si ganara la edición de este año, sería el corredor más joven en toda la historia de La Vuelta. Figura entre los favoritos, pero con la participación tan enorme que hay, es muy complicado.

«Tenemos dos ciclistas jóvenes de muchísimo nivel: Juan Ayuso y Carlos Rodríguez»

P.- ¿Las audiencias del ciclismo, como las de otros deportes, se disparan cuando vuelve a aparecer algún español entre los favoritos?

R.- Todo es cíclico, y hay valles. En una época gloriosa llegamos a ganar cinco años seguidos el Tour de Francia, pero no sólo con Indurain, sino con Sastre, Contador y Pereiro. Claro, al caviar nos acostumbramos muy fácilmente, pero no se puede comer todos los días. Incluso, indigesta. Es bueno que haya ciclos y que se genere una nueva expectación, como está ocurriendo ahora. En parte, gracias a la televisión, ha crecido en interés y también en calidad el seguimiento del ciclismo.

P.- Sin embargo, el fútbol lo acapara casi todo.

R.- Esto es un círculo vicioso. Los medios intentan vender y hay un consumidor que adora el fútbol. Por lo tanto, el fútbol opaca cualquier otro movimiento. Pero toda la vida ha sido así. Estamos obligados a convivir con las estrellas. Es tremendo que haya una pelea, al hacer la portada de un periódico, por ver si se destaca la victoria de un español en la Vuelta o que a Rodrigo le duele un dedo del pie izquierdo. Hay que analizarlo y entenderlo. El fútbol mueve cientos de millones de seguidores. El ciclismo ha conseguido ser mucho más global. Además, el aficionado al ciclismo se ha multiplicado por millones y la cantidad de cicloturistas que cada domingo circulan por nuestras carreteras es un ejemplo formidable para valorar la salud de la bicicleta.

«Rubiales era un gañán y un patán sospechoso desde el primer día»

P.- José María García, con quien trabajaste en Antena 3 Radio, decía que lo peor del deporte español son los directivos. ¿Estás de acuerdo con esta apreciación?

R.- Es rigurosamente cierto. Hay una explicación palmaria y elemental. La mayoría de los directivos —como le pasa a la mayoría de los políticos— llegan a servirse de. Cuando veo lo que pasa en la política y en las federaciones deportivas soy muy autocrítico y exigente. Tenemos lo que nos merecemos, porque en la mayoría de los casos los elegimos nosotros. Vivimos en un país democrático y elegimos. Un sujeto como Luis Rubiales era sospechoso desde el primer día. Desde que era presidente de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles). Que era un gañán y un patán lo sabemos desde hace mil años. Y lo debían de saber esos directivos que eligieron a Rubiales. El aficionado y el Gobierno han consentido muchas cosas. Ha habido denuncias, quejas y manifestaciones patentes de que el comportamiento del residente de la RFEF era todo menos correcto, y aquí no ha movido un pelo ni Rita la Cantaora. Lo han movido porque con la concienciación social hay que quedar bien. Hay que posicionarse. De repente, ha aparecido todo el mundo diciendo: «Cuidado, que yo no quiero ser sospecho». Pues lo sois, desde el momento en qué habéis consentido que este presidente esté ahí.

«Hay mucha gentuza en la dirección deportiva de este país»

P.- Como dices, había antecedentes y no se hizo nada.

R.- Ha sido un hecho puntual, que ha llevado a la gente a establecer la comparación con Al Capone: asesinando todo el día y lo condenan por defraudar al erario público. Pues aquí ha sido lo mismo. Lo han pillado en un tema sobre el que la gente está sensibilizada y sobre el que los políticos quieren hacer campaña y se lo han llevado por delante.  Pero esos mismos políticos han permanecido impasibles y pasando olímpicamente de todas esas denuncias y corruptelas que ya se sabían. Entonces, no se abrió ningún tipo de investigación.  Por eso digo que tenemos lo que nos merecemos. Hay mucha gentuza en la dirección deportiva de este país. La ha habido toda la vida y la seguirá habiendo.

P.- ¿Sigues las tertulias deportivas de la radio y la televisión?

R.- No especialmente, pero sí estoy al corriente y al día de esos programas. ¿Por qué?

El periodista Javier Ares. | Víctor Ubiña

P.- Porque cada vez hay más tertulias, más opinión, y menos información.

R.- Esto es hijo de la situación en la que se encuentra el periodismo. Hace ya mucho tiempo que el periodismo se hincó de rodillas, genuflexo, ante el poder, en todos los órdenes. Y no iba a ser menos en el deporte. Ahora, el periodista es un asalariado que está pendiente de recoger las migajas del rico opulento, que diría el pasaje bíblico. Esa es la realidad. ¿Cómo va a haber información? La información es la que te quieren dar y no la que deberían darte. El periodismo vive muy sometido. No lo hago como crítica. Soy muy reflexivo en este sentido. Los medios informativos, en un determinado momento, vivieron de lo que generaban, de la publicidad, y eso les permitió ser independientes. En los tiempos actuales esto no es posible, de momento. Cuando dependes de que la Liga de Fútbol Profesional esté pagando religiosamente a todos los medios, cuando hay   periodistas que no cobran directamente de La Liga, pero que están ahí porque la LFP les da el plácet, el visto bueno, ¿qué crítica se va a hacer? Esto no es culpa del periodista, es culpa de los medios que no pueden garantizar su independencia. Si el periodista depende de lo que le diga Florentino, Rubiales o Tebas, pues mal vamos, porque va a tener que estar obligatoriamente genuflexo, pendiente de mendigar una triste noticia para, a cambio, sobar convenientemente el ego de estos personajes.

P.- Pedro Pablo Parrado contó aquí, en Fuera de micrófono, que hubo un tiempo en que los programas deportivos tenían en directo a jugadores, entrenadores y directivos la noche anterior a un importante partido de fútbol. ¿Por qué ya no es posible?

R.- Porque hemos perdido el poder que teníamos. El poder para no tener que ponerte de rodillas delante de quien te hace el favor de concederte una entrevista o el favor de confirmarte una noticia. ¿Cómo, el favor? Tendría que ser una obligación del futbolista o del directivo atender a los medios informativos, porque, a fin de cuentas, somos los notarios, los vehículos a través de los cuales crece y genera dinero ese deporte. Si no hubiera medios informativos, usted tendría que pagar un dineral en publicidad para conseguir esa convocatoria. Y no se te ocurra criticar a Florentino o a Laporta porque estás automáticamente vetado. El periodismo se bajó en su día los pantalones y ahora lo estamos pagando.

«Florentino tiene un poder enorme, omnímodo, pero terrenal»

P.- ¿Florentino tiene tanto poder como para quitar o poner al director de un periódico?

R.- ¿Lo dudas? Florentino y muchos otros. Hace muchos años, Lorenzo Sanz me dijo en una entrevista que ser presidente del Real Madrid es infinitamente más importante que ser presidente del Gobierno. Tienes mucha más influencia y mucho más poder. Si eso lo decía Lorenzo Sanz, imagínate Florentino Pérez, que además es el rey midas del orbe. Yo lo entiendo. Tengo este poder enorme, omnímodo, de momento terrenal –no es un ser superior, a pesar de lo que dijera Butragueño–, y resulta que me viene aquí un chisgarabís de periodista a criticarme… Pues qué hago yo: levanto el teléfono.

P.- ¿Laporta lo tendría más difícil?

R.- Lo tiene más complicado, pero también los medios informativos de Barcelona tienen que ir a mendigarle las noticias. Y la última hora. Esto es extrapolable a pequeños municipios, a corporaciones locales que tienen un equipo en tercera división. La influencia de un presidente de un club es enorme.

P.- Te voy a dar nombres de destacados periodistas deportivos para que me des tu opinión sobre ellos. ¿Vicente Marco, creador de Carrusel deportivo?

R.- Vicente Marco fue un pionero, con el que yo empecé en los años 70 -lo que ha llovido, medio siglo-, en Carrusel deportivo, programa referencial de la radio. Fue el origen de todo lo que ha sido la radio en vivo y en directo. Vicente Marco, además de un gran locutor y periodista, fue un adelantado para poner en marcha esa historia y un ser entrañable y maravilloso.

P.- ¿José María García?

R.- Ha sido el gran innovador. El único periodista que de verdad ha tenido un enorme poder en la sociedad española durante todos los años que estuvo delante del micrófono. Era un trabajador infatigable, un hombre que vivía exclusivamente para su profesión. Un enfermo. Porque, entre la profesión y la vanidad –la vanidad es la fuerza que mueve el mundo, no nos engañemos; mucho más que la codicia–, era capaz de entregar toda su vida a su quehacer. Con sus luces y sombras, pero propias también de ese periodismo que hacía. Yo estuve más de 20 años trabajando con él y hay que entender ese juego maquiavélico, esa lucha de poder. Aplaudía a personajes indecentes de la historia del deporte… Sí, correcto. Es verdad y no puede ir nunca presumiendo de que fue el más independiente. Para nada. Pero eran momentos en los que él sí tenía ese poder que ahora estamos reclamando para el periodismo. Y conseguir el poder no es fácil. No se puede lograr el poder siendo la madre Teresa de Calcuta.

P.- ¿Juan Manuel Gozalo?

R.- Que en paz descanse. Fue un buen periodista, un buen trabajador y a mí me resultaba muy entrañable. Recuerdo que su gran obsesión era contar los Mundiales de Fútbol, los Juegos Olímpicos y las Vueltas en las que había estado. Si lo que has hecho ya lo has hecho, no hay que presumir porque no te vale para nada. Ha sido un notario importante de la actualidad. Además, dirigió durante muchos años Radiogaceta de los deportes, en Radio Nacional, el programa que más ha atendido, a nivel informativo, al deporte en general.

«Paco González es un buen periodista y sabe crear buen ambiente en el equipo»

P.- ¿Paco González?

R.- Casi siempre sabe estar. Lleva muchísimos años en la profesión y, además de ser un buen periodista, ha conseguido mantener un gran ambiente siempre con su gente, con sus equipos. Eso merece una atención en lo personal. Es muy difícil estar tantos años sabiendo estar. No se ha metido en demasiados charcos, ni ha acudido a demasiadas peleas, pero ha sabido estar casi siempre.

P.- ¿Qué te parecía José Ángel de la Casa como narrador de fútbol?

R.- Yo lo recuerdo diciendo los nombres de los jugadores y obviando lo que el espectador estaba viendo. En teoría, como debe ser una retransmisión televisiva. Pero, claro, con el tiempo, la locución de la televisión era insuficiente, porque las radios tenían a varios comentaristas y no se limitaban a que un señor te contara quien llevaba la pelota. Eso ha cambiado y la televisión intenta ahora darle la emoción de la radio a las retransmisiones. Hay mucha gente muy buena.

P.- ¿Gaspar Rosety, otro destacado narrador?

R.- Era muy buen narrador. Con Rosety coincidí en Antena 3 Radio, en una época en la que empezó a elevarse el diapasón de las retransmisiones. No hay un modelo único, pero a todos los que han aportado su personalidad a las retransmisiones se les recordará toda la vida. Por su personalidad, no por los decibelios.

P.- Tu bagaje y trayectoria también están ahí.

 R.- Bueno. Yo estuve 20 años haciendo un programa diario en Valladolid a las tres de la tarde, diez años en la Ser y diez en Antena 3 Radio. Y eso también forja. A mí se me identifica mucho con el ciclismo. Será porque es donde lo he hecho menor. Pero la verdad es que he estado toda mi vida haciendo programas de radio. He retransmitido fútbol, baloncesto, y lo que me ha tocado. 

«Ya no buscamos la radio como antes para informarnos»

P.- ¿Echas ahora de menos la radio?

R.- No lo creas. Yo de menos no echo ni los 18 años. En esta vida hay que mirar siempre hacia adelante. Recuerdo con muchísimo cariño las cosas, pero es que si hemos llegado aquí ha sido gracias a todos esos pasos que hemos dado. Entonces, no hay que echarlos de menos, sino valorarlos en su justa medida. Yo me he sentido siempre periodista. Es más, diría que me he sentido antes que nada un hombre lleno de curiosidad y con el objetivo siempre de contarlo a los demás.

P.- ¿Por qué Onda Cero nunca ha logrado acertar con el programa deportivo de la noche?

R.- Por la sencilla razón de que ha tenido enfrente algo que ya estaba hecho y nadie ha sido capaz de apostar en la radio por algo innovador. Onda Cero ha estado siempre pendiente de fichar lo que había por ahí.

P.- El fichaje de José Ramón de la Morena tampoco arregló las cosas.

R.- A lo mejor lo tenían que haber fichado veinte años antes, no cuando estaba de vuelta de todo. Hay que intentar buscar quién es capaz de ofrecer una alternativa diferente. García lo hizo en su momento. Alsina lo está haciendo ahora, fuera de la información deportiva. Eso son apuestas. Lo que no puedes hacer es buscar un modelo que ya ha triunfado y que está en línea descendente. La radio tiene que ofrecer un producto muy diferente al que viene ofreciendo. Claro que escuchamos la radio, pero lo hacemos cuando estamos en el coche, en la cama, o cuando necesitamos compañía. Ya no buscamos la radio como antes para informarnos.

Javier Ares en los estudios de THE OBJECTIVE. | Víctor Ubiña

P.- ¿Cómo sobrellevas el descenso a Segunda de tu equipo, el Valladolid?

R.- Veo mucho fútbol, y tengo que ver siempre al Valladolid. Digo tengo, porque es un sufrimiento. Llevamos muchos años haciendo las cosas mal. Yo nací al lado del estadio Zorrilla, en Valladolid, y recuerdo haber ido con siete años a ver mi primer partido de fútbol contra el Real Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento. Bajaba a ver los entrenamientos todas las semanas. Espero que vayan mejorando.

P.- Para terminar, una pregunta difícil: ¿quién va a ganar esta edición de La Vuelta?

R.- ¿Vamos a apostar algo? Hay dos grandes favoritos: Vingegaard y Roglic, los dos en el mismo equipo. Pero también tengo fe en los dos españoles.

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