Felipe González, en 'El Hormiguero': la relación con su exmujer, Carmen Romero, y sus hijos
El que fuera presidente del Gobierno se sienta junto a Pablo Motos para analizar la situación política de nuestro país
Felipe González, en la intimidad. | Europa Press
Felipe González es uno de los políticos más importantes en la historia de la democracia de nuestro país. Junto con Adolfo Suárez y Calvo Sotelo se convirtió en el tercer presidente del Gobierno de España tras el fin de la dictadura. Es por eso que el abogado siempre ha tenido un lugar especial en el legado político, del que forma parte, activamente, aunque dejara su puesto como jefe del Ejecutivo a mediados de los años 90. Lo cierto es que, en todos estos años, Felipe no ha dejado atrás su pasión por el mundo en el que se siente más cómodo y realizado, ni tampoco ha dejado de mostrar su opinión sobre los distintos eventos de notoriedad que se han sucedido en nuestro país. Este 23 de mayo, además, acude como invitado a El Hormiguero.
Como indican desde el formato de Pablo Motos, en la página web de Antena 3, esta visita se produce a pocos días de las elecciones europeas -que se celebrarán el próximo 9 de junio- y, también, después de los comicios en Cataluña, que se llevaron a cabo hace apenas dos semanas, y en los que el vencedor fue el Partido Socialista. Con todo, González está decidido a sentarse con Motos para comentar aquellos temas de más actualidad, como ya ha hecho en ocasiones anteriores. Pero ¿qué conocemos de su faceta más personal? ¿De su relación con la que fuera su mujer, Carmen Romero, y de su actual pareja, Mar García Vaquero?
Felipe González y Carmen Romero
Desde que Felipe González se convirtió en presidente del Gobierno dejó claro que su prioridad en su vida era la política. Volcado en cuerpo y alma a los asuntos sociales, políticos y económicos de su país, González construyó una férrea estructura de ministros en los que se apoyó durante toda su legislatura. A su lado, también estaba la que por aquel entonces era su mujer; Carmen Romero. Ella también tenía muy claro cuáles eran sus ideales, que no ha dejado nunca de lado y que defendió hace unas semanas frente a la sede del PSOE, en Ferraz, cuando multitud de personas se reunieron para pedir al actual presidente, Pedro Sánchez, que no dejara su puesto en la política. Fue allí donde las cámaras captaron a Carmen quien, tras su divorcio de González, optó por vivir una vida sencilla y alejada de los medios de comunicación.
Carmen estudió Filosofía y Letras, mientras que Felipe se interesó por el Derecho. Su primera novia no fue Carmen, sino otra chica de nombre Concha, que también compartía su primer apellido con la que llegaría a ser su mujer. En el libro Las mil caras de Felipe González, de José García Abad, tal y como recoge Vanity Fair, la propia Concha describió a Felipe como un hombre «simpático y atractivo», al que le gustaba leer. Fue en 1967 cuando Carmen y él se convirtieron en pareja y dos años más tarde decidieron darse el ‘sí, quiero’ en un enlace de lo más tradicional en el monasterio de Loreto, en la localidad de Espartinas, en Sevilla. Al poco tiempo de casarse, nacieron los primeros hijos de la pareja; Pablo y David. Luego, vendría al mundo María.
Su llegada a La Moncloa
Por aquel entonces, Felipe ya había comenzado su aventura en el PSOE andaluz, concretamente lo había hecho en 1962, afiliándose a las juventudes del partido. Con el paso del tiempo, González fue adquiriendo un papel cada vez más relevante que hizo que en 1974 fuera elegido secretario general de los socialistas. En ese momento, Felipe dividía su vida entre sus responsabilidades en Madrid y su vida familiar en Sevilla. Su mujer, Carmen, comenzó a trabajar como profesora del instituto Calderón de la Barca y en la Federación de Trabajadores de la Enseñanza. En el año 1982, Felipe se convierte en presidente del Gobierno tras ganar con mayoría absoluta, trasladando su vida a la capital y haciéndolo junto a su mujer y sus hijos.
Su mandato duró trece años y medio, convirtiéndose en el más largo de la democracia. Además, bajo su tutela, el PSOE logró dos mayorías absolutas y consecutivas; en 1982 y en 1986. Carmen Romero se convirtió en la primera mujer de un presidente que llegaba a la Moncloa con trabajo y que, además, deseaba mantenerlo en el tiempo. Es por eso que Romero se esforzó mucho para seguir empleándose como profesora, un trabajo que, finalmente, tuvo que dejar debido a las obligaciones junto a su marido. También, se esforzó en que sus hijos mantuvieran una vida lo más normal y adaptada a la realidad posible y se mantuvo firme en que ellos conservaran su intimidad.
Su divorcio y su segundo matrimonio
Con el paso del tiempo, La Moncloa se convirtió en un lugar de tránsito para infinidad de personalidades y amigos del matrimonio. También, como habían hecho sus antecesores, y como realizaron sus predecesores, Carmen y Felipe realizaron varias reformas en la vivienda, como la construcción de una pequeña bodega, en el sótano, donde realizaban saraos, en los que primaba el arte, el baile y la música. A pesar de todo, en mayo de 1996, el matrimonio tuvo que abandonar el lugar que había sido su casa en los últimos trece años y Felipe tenía que decir ‘adiós’ a una de las figuras políticas más importantes; la de presidente del Gobierno. Aún así, no se ha desvinculado nunca del medio que le hacía -y le hace- feliz.
A pesar de todo, en el año 2008 se conoció que Felipe y Carmen habían tomado la decisión de divorciarse. Además, al poco tiempo se supo que el expresidente mantenía una relación con Mar García Vaquero, cuñada del multimillonario empresario Pedro Trapote. En 2012, Felipe y Mar decidieron casarse. En todos estos años, como ya hemos comentado, Romero siempre ha intentado mantener una vida discreta, dedicándose a la política, siendo diputada por Cádiz y formando parte del Círculo del Mediterráneo. Además, desde 2009 hasta el 2014 fue eurodiputada, un puesto que tuvo que dejar después de que se descubriera que tenía cáncer de mama. Ahora, Carmen reside en la casa de Somosaguas que compartió Felipe, mientras que él lo hace con Mar en una finca de Guadalupe, en el tranquilo Cáceres.
A qué se dedican los tres hijos de Felipe González
Como ya hemos comentado, tanto Felipe como Carmen pusieron mucho esfuerzo en que sus hijos se criaran lejos de la presión mediática. Fue el propio político quien reconoció, hace un tiempo a Évole, que él pensaba que no había sido «buen padre», porque sus obligaciones profesionales le habían copado siempre la mayor parte de su agenda, dejando paso, tan solo, a pocas horas a la semana para ocuparse de sus tres vástagos. «Hablo mucho con mi padre, pero nunca de política, de mis hijos y de nuestras vidas. Es un excelente abuelo, disfruta mucho de sus nietos, y les cocina tortilla de patata», confesó Pablo a LOC, en una de sus pocas entrevistas. El mayor de sus tres hijos, aunque nunca llegó a casarse, sí que ha sido padre de dos niñas; Micaela y Ecne.
Además, comenzó estudiando en la universidad Físicas e Informática y no lo terminó. Es por eso que, finalmente, acabó montando su propia empresa de informática que, más adelante, decidió vender. De su vida privada, tal y como recoge El Mundo, sabemos que es un gran aficionado a la fotografía y a la filosofía oriental y, además, reside en Madrid. En el caso de su hermano David, el mediano de los tres hijos, se dedica a la pintura de forma profesional y vive en Cádiz. Además, está divorciado y es padre de una niña. Probablemente es María quien ha mantenido más relación con su padre debido a su vínculo profesional.
La mujer fue la única de los tres que acudió a la boda de Felipe con Mar y está casada con el economista canario, Eric Berganza, con quien contrajo matrimonio hace casi veinte años y con quien ha tenido tres hijos. María, al igual que su padre, estudió Derecho y trabajó junto a él en la firma de asesoría que creó, Ialcop, y en la Fundación Felipe González. Luego, en 2015, se incorporó como socia al bufete Ayala de la Torre.
