El Gobierno retoma la opción del administrador único en RTVE si no se renueva a Cascajosa
La presidenta interina de la cadena pública juega sus últimas bazas para poder seguir en el cargo
El Gobierno se aferra a mantener el control de Radio Televisión Española (RTVE) y baraja la posibilidad de designar a un administrador único en la cadena para protegerse ante la eventual destitución de la actual presidenta interina Concepción Cascajosa. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que dentro de Moncloa se está estudiando la viabilidad legal de poner en marcha esta solución para zanjar la crisis institucional en la que está sumida la corporación y situar al mando de la pública a un directivo o directiva de su total confianza.
Este martes volvió a escenificarse el enésimo capítulo de la crisis de gobernanza que lleva viviendo RTVE prácticamente desde hace dos años. Concepción Cascajosa citó al consejo de administración para que decidieran su futuro con dos opciones sobre la mesa: la continuidad de la presidenta provisional y darle poderes similares a los que tuvo Elena Sánchez hace menos de un año o establecer una presidencia rotatoria entre todos los vocales, lo que hubiese significado el fin del mandato de la directiva que cuenta con la confianza de Moncloa.
Pero las cosas se torcieron para Cascajosa y para el Gobierno. Los vocales Elena Sánchez (PSOE) y José Luis Martín Medem (Podemos) se decantaron por la presidencia rotatoria y contaban con los votos de los tres consejeros del Partido Popular para sacar adelante esta propuesta. Con solo cuatro votos a favor, la presidenta optó por suspender la sesión argumentando que el voto debía ser secreto y no delegado, como hizo Elena Sánchez con Medem al estar fuera de Madrid.
PSOE y PP
Ahora la única opción que le queda a Cascajosa es convencer a Medem, representante de Podemos en RTVE, para que cambie el sentido de su voto antes de la siguiente reunión. Una situación que le mantendría en el cargo, pero que no solucionaría el problema. De hecho, el objetivo de los dos consejeros -que pertenecen al bloque de izquierdas- es instaurar una presidencia rotatoria que fuerce al PP y al PSOE a negociar un nuevo presidente en las Cortes que entregue estabilidad a la corporación.
Dicho de otra manera, la única manera de que Medem vote para mantener a Cascajosa sería el compromiso del PSOE de que, aunque siga la actual presidenta, se aceleren las negociaciones con el PP. Sin embargo, otras fuentes insisten en señalar que es imposible en estos momentos que los dos partidos mayoritarios se sienten a negociar en un tema que –a priori– no está en la primera línea del debate político.
Como ha explicado este diario, el mandato de la mitad de los vocales del consejo de RTVE expiró hace medio año -coincidiendo con la designación de Cascajosa– incluyendo los tres vocales del Partido Popular. A favor de las negociaciones puede jugar una renovación en bloque y un nuevo reparto de poderes entre los partidos mayoritarios, reforzados tras las últimas elecciones de julio, pero a día de hoy no hay ningún acercamiento real que lo garantice.
Consejo de RTVE
Frente a este escenario de bloqueo de las negociaciones con el PP y si es que Cascajosa finalmente no es renovada, la opción que aparece en Moncloa es la de designar un administrador único, como hizo el propio Pedro Sánchez en 2018. Las ventajas para el Gobierno son muchas, ya que podría situar a alguien de confianza al mando de RTVE, cerrar la crisis y cesar al consejo de administración que actualmente entorpece sus planes.
Se vendería como una solución temporal hasta encontrar un presidente elegido por las Cortes como manda la ley, aunque en este punto se advierte que tuvieron que pasar tres años (hasta marzo de 2021) hasta que se designase a José Manuel Pérez Tornero para relevar a la administradora única Rosa María Mateo. Esto significa que cualquier administrador nombrado por Moncloa puede eternizarse en el cargo.
Esta fórmula tiene la dificultad de que también tendría que pasar por trámite parlamentario. En verano de 2018 se tuvo que intentar una renovación de los miembros caducados del consejo de administración y, tras fracasar el acuerdo y la votación parlamentaria, se optó por la solución de emergencia de la administradora única. En este caso sí que se requería mayoría simple, aunque considerando los débiles apoyos parlamentarios que tiene en estos momentos el Ejecutivo, se tendrían que ver forzados a negociar con Junts, el PNV y ERC.