Luján Argüelles hace balance de su maternidad y la sociedad actual: «La polarización asusta»
La icónica presentadora ha hablado con TO por el lanzamiento de su nuevo libro, ‘El viaje de Miranda’, en honor a su hija
La maternidad no es un camino de rosas. Ni tampoco es un deseo que surge en todas las mujeres. Durante años, mucho se ha hablado de ser madre, de lo que implica, de los miedos, de las debilidades, las exigencias y, también, de la infinidad de factores positivos que trae a la vida. Y es que los medios y la incertidumbre forman parte de esta etapa en la que se van aprendiendo cosas nuevas en cada paso que se da. Algo que tiene muy claro Luján Argüelles. La icónica presentadora de formatos como Password presenta su nuevo libro, El regalo de Miranda, un viaje en el que hace un repaso de todas las facetas que ha pasado como madre; de sus ilusiones, de las sonrisas pero, también, de los recuerdos más amargos y de sus mayores retos, tanto personales como profesionales.
La histórica presentadora se ha sentado esta semana con THE OBJECTIVE para hacer un repaso sobre esta faceta de su vida que tanto le ha marcado. Y es que la llegada de Miranda fue toda una sorpresa que, sin ninguna duda, no entraba en sus planes. Ahora, Luján no puede entender la vida sin la presencia de su hija ni tampoco puede comprenderla sin todas las cosas buenas que le ha traído la maternidad. Porque sí, todo esto va mucho más allá de los miedos, de los errores y entiende de felicidad, compañía y de superación personal.
Luján Argüelles, más allá de la televisión
Luján Argüelles nació en la localidad asturiana de Salas hace 48 años. Al principio decidió estudiar Historia y, también, se formó en piano. Dos pasiones que, cuánto más comenzó a conocer los medios de comunicación, dejó de lado. Sus primeros pasos fueron en Radio Vetusta, donde descubrió su verdadero vocación. Es por eso que hizo las maletas y se mudó a Madrid, muy consciente de que en la capital iba a encontrar muchas más oportunidades. Así, comenzó su carrera en la pequeña pantalla en el Canal 7 de Madrid. Luego, volvió a TeleAsturias. Una de las etapas que más han marcado su vida llegó cuando firmó su contrato con Cuatro.
La cadena pequeña de Mediaset le dio infinidad de alegrías. Sobre todo, porque de la unión entre la presentadora y el canal surgió Password. Porque ¿quién puede olvidar el muy ya mítico Abril-Cerral de Elena Furiase ante la atenta mirada de una incrédula Luján? Este formato fue el pistoletazo de salida de su fama que se consumó cuando cogió las riendas de Quién quiere casarse con mi hijo, en la que las protagonistas eran las madres. Aquellas mujeres, más o menos modernas, las que habían conocido mundo y las que no, las que vivían por y para sus vástagos, pero todas ellas con un máximo objetivo; encontrar la felicidad para sus hijos. Algo que comparte también Luján.
«Creo que necesitamos una sociedad emocionalmente sostenible»
«De una madre aprendes muchas cosas y de ellas he aprendido esa protección infinita. Ese ‘que no roce ni el aire’ que tenían esas madres, ¿no?», explica a THE OBJECTIVE. Y define como «curioso» su viaje junto a ellas. Y es que ser madre en un mundo en el que, como la propia Luján confiesa, está totalmente «polarizado» no es nada fácil. «Yo creo que estamos en una sociedad que tiene que hacer un ejercicio de respiración para calmar, observar y darse cuenta de en qué punto está y a lo mejor no nos gusta en el punto en el que estamos, pero ni tan siquiera lo pensamos. Creo que necesitamos una sociedad emocionalmente sostenible. Es ahí donde una persona pueda sentirse atacada, juzgada. Sobre todo porque estamos convirtiendo eso en norma; en que eso es lo que está bien. Es lo que buscamos constantemente; etiquetar, juzgar, decir al de enfrente lo que tiene que hacer, clasificar», explica Luján.

¿Y es que nadie te enseña a ser madre? «Todos los seres humanos somos un milagro, por tanto, como madre tendrás que responder a las necesidades de ese milagro único. Somos 7.000 millones de personas en el mundo, 7.000 millones de seres humanos diferentes y, por tanto, no se puede tener una única forma de educar y enseñar», apostilla la presentadora. Y es que si algo nos ha enseñado la vida es que todas las etapas nuevas traen consigo errores de los que no hay que martirizarse. Porque para Luján el error aporta «información y construcción». En su libro, El viaje de Miranda, la presentadora explica la maternidad «como un viaje», un viaje de distintos capítulos que nos muestran las mayores dudas y miedos de la crianza a la que se puede enfrentar cualquier madre primeriza.
«Tenemos un problema de conciliación a nivel social»
Y es que para Luján la maternidad llegó como algo «inesperado». En un momento de su vida en el que, afortunadamente, ya se había establecido como una de las presentadoras referencia de nuestro país. Aunque eso sí, la maternidad le obligó a no solamente pensar en su vida profesional sino, también, en la personal. Cambiando absolutamente todos los esquemas y haciendo frente a un problema que cada vez es más común en la sociedad; la temida conciliación laboral. «Yo creo que tenemos un problema de conciliación a nivel social. Y a partir de ahí cada profesión tiene tiene unas trabas y otra tiene otras. En mi caso, pues yo por ejemplo, he podido llevar a mi hija a un rodaje a República Dominicana 25 días», confiesa Luján. Aunque eso sí, también es consciente del nivel laboral de la televisión, en la que no hay un horario fijo o unos días concretos de grabación. Aunque eso sí, anima a dar «un paso al frente» y poder resolver todo lo que tiene que ver con el trabajo y la maternidad.
«Nunca pensé en ser madre»
Como decíamos, el viaje a la maternidad a Luján le pilló de sorpresa. «¿Siempre quisiste ser madre?», pregunta, servidora. «Nunca quise ser madre, nunca pensé en ser madre», apostilla. Y vuelve, de nuevo, al problema de la polarización y la puntualización que tanto miedo le tiene. «El titular no es ‘nunca quise ser madre’ porque me parece un titular elegido con mala intención», aclara. «Lo que yo estoy diciendo, y lo he dicho en el libro, es que no me había planteado ser madre. No era algo que estaba en mi hoja de ruta, estaba muy muy concentrada en otras cosas», responde tajantemente Luján.
«¿Y entiendes a aquellas mujeres que no quieren ser madres?», interpelamos.
«Yo entiendo a todo el mundo. Creo que en el momento en el que entramos a juzgar, a etiquetar, ‘si yo fuera tú’, es que nunca soy yo. ¿Si yo fuera tú? Tú no has nacido en mi entorno. Si esa persona lo entiende, lo ha decidido y está contenta con su elección…», apunta la presentadora a TO. «¿Y piensas que ser madre te define como mujer?», preguntamos. «Soy madre», responde. «¿Y mujer?». «Y soy mujer, soy rubia, soy asturiana y soy apasionada o me comporto de una manera apasionada, es que ¿por qué tengo que colocarme una etiqueta?», responde. Y Luján vuelve, de nuevo, al tema de la polarización y las etiquetas. «¿Eres madre? ¿Te defines de madre? ¿Por qué tengo que decir una palabra? ¿Por qué tengo que etiquetarme? ¿A qué lugar me lleva? Una etiqueta me lleva al lugar en el que el que está a favor de la maternidad dirá ‘Ay, qué chica tan maja‘. Y el que entienda que la maternidad es un cuadro…», aclara.
«No soy nada partidaria de los roles y los sesgos impuestos»
«¿Y es más complicado criar a una niña que a un niño? A lo mejor se actúa con cierto miedo», preguntamos. A lo que Luján tiene muy clara su respuesta: «En absoluto. Si seremos planteando este tipo de situaciones, seguimos manteniendo sesgos y roles y yo no soy nada partidaria de los roles y los sesgos impuestos», apostilla. «¿Y en solitario?». «No es mi caso. Yo tengo la grandísima suerte de que Miranda tiene padre maravilloso con el que formamos un triángulo indivisible», apunta. Y es que Luján formó, en un momento dado, una familia junto a Carlos Sánchez Arenas, con quien rompió en 2020. Desde ese momento, no se le ha conocido pareja.

Y es que ser famosa no parece ayudar a encontrar el amor. «¿Has probado la aplicación de citas esta que es tan famosa entre las celebs, ‘Raya‘?», preguntamos. «No, no, nada…», responde. «Yo en mi libro dejo mi correo electrónico. Pues mira, yo ya he dado un pasito, si alguien quiere algo…», apunta. Mientras tanto, Luján sigue centrada en sus proyectos profesionales. Y en la televisión, que ha ocupado la mayor parte de su vida. «A mí me ha dado momentos muy divertidos porque he tenido la suerte de hacer formatos. Y que al público le ha gustado, que lo ha disfrutado y, además, captó la atención de gente muy joven», apunta sobre sus inicios en la pequeña pantalla.
«Hay un tipo de televisión que elige una cantidad de gente reseñable»
Además, no reniega de la televisión más vieja ni tampoco de la más nueva, más familiar y blanca. Ni tampoco la mal llamada telebasura, de la que Maria Adánez habló en este periódico, afirmando que «la decadencia de televisión venía provocada por los programas de cotilleos». «Creo que ahora hay muchísimas opciones y que por tanto somos seres adultos como para saber qué elegimos en un momento determinado. Hay un tipo de televisión que elige una cantidad de gente reseñable como para que un grupo audiovisual quiera mantenerse en esa manera de comunicar. Pues muy bien. ‘Lo que no me gusta no lo atiendo‘, como dicen en el cole de mi hija», argumenta. Y es que la televisión no siempre es fácil. Y mucho menos cuando ya tienes cierta edad, una queja que han hecho suya muchas presentadoras y actrices, quienes han denunciado que no cuentan con ellas para papeles a partir de su madurez.
«¿Tú crees que hay espacio en la televisión para mujeres mayores de 40?». «Pues yo tengo 48… ¡cómo no haya espacio todavía!», responde tajante. Y es que, según su propio punto de vista, seguimos perpetuando los cánones en televisión. Pero sus mayores miedos sobre su futuro están muy lejos de esta situación. «Tengo miedo a dejarme llevar por la corriente de la polarización; es lo que ahora mismo más me me preocupa», apostilla. Mientras tanto, en los momentos de más debilidad, se seguirá apoyando en su hija, su pilar fundamental.
«¿Crees que serás una buena suegra?», preguntamos, haciendo un guiño a uno de los capítulos de su libro. «Yo lo voy a intentar y lo intentaré, pero soy humana. Aviso a navegantes para los que vengan a flirtear y cortejar a mi hija», se ríe.