Cada año se vierten al Mediterráneo unas 229.000 toneladas de plástico, el equivalente a más de 500 contenedores de transporte al día, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Por qué es importante: la contaminación de plástico es perjudicial para la fauna marina al poder enredarse en ella o ingerirla. También puede acumularse en la red alimentaria, con impactos potencialmente negativos en la salud humana.
El informe de la UICN, Mare Plasticum: El Mediterráneo, se ha elaborado a partir de estudios de campo y se han analizado, desde la propia metodología de la organización, los vertidos de 33 países de la cuenca mediterránea.
Entre las conclusiones de esta investigación se ha destacado que más de un millón de toneladas de plástico ya se han acumulado en el Mediterráneo. Además, una vez que este compuesto llega al mar se deposita en su mayor parte en los sedimentos en forma de microplásticos. Estos constituyen el 94% del total de los vertidos de plástico.
Según la UICN Egipto, Italia y Turquía son los países con las tasas más altas de vertidos de plástico en el Mediterráneo. Esto se debe, principalmente, a «las grandes cantidades de residuos mal gestionados y a las grandes poblaciones costeras». Sin embargo, en lo que respecta a vertidos al mar per cápita, en los niveles más altos se sitúa Montenegro, Albania, Bosnia y Herzegovina y Macedonia del Norte.
El estudio también ha analizado los diferentes escenarios de vertidos y las medidas a adoptar para reducir los flujos de plásticos en el Mediterráneo en los próximos 20 años, tomando como base un aumento anual proyectado del 4% en la producción mundial de plásticos[contexto id=»381817″].
Si no se toman medidas significativas para abordar la mala gestión de los residuos en el Mediterráneo, la cifra podría doblarse en 2040. Desde la UICN han señalado que se requieren «intervenciones ambiciosas más allá de los compromisos actuales» para reducir la contaminación de plásticos en el mar.
Para el director del Centro de Cooperación del Mediterráneo de UICN, Antonio Troya, es necesario «rediseñar procesos y cadenas de suministro, invertir en innovación y adoptar patrones de consumo sostenibles y mejores prácticas de gestión de residuos para cerrar el grifo del plástico».
Solo entonces, si se mejorase la gestión y la recogida de los residuos «en las cien principales ciudades que más contribuyen» a la producción de plástico, se podría evitar el vertido de más de 50.000 toneladas de plástico anuales en el Mediterráneo.