Así son los 300 nuevos radares de velocidad que instalará la DGT en carreteras y autopistas
Esta medida supondrá una inversión de 17,5 millones de euros, según aparece recogido en el Boletín Oficial del Estado (BOE)
Los radares estarán instalados en un máximo de tres años | Jesús Hellín (Europa Press)
La Dirección General de Tráfico (DGT) aumentará la vigilancia en las carreteras españolas con la instalación de 300 nuevos radares, 180 de tramo y 120 fijos. El Boletín Oficial del Estado (BOE) recoge que esta nueva medida supondrá una inversión de 17,5 millones de euros.
Además, estos nuevos radares se suman a los ya existentes: 780 aparatos fijos de control de velocidad (92 de los cuales son de tramo) y 545 móviles. En total, sumarían 1.325 unidades en las carreteras. El 80% de estos irán colocados en carreteras convencionales, ya que es donde hay mayor siniestralidad en España; el otro 20% está destinado a autopistas y autovías.
No obstante, estos son porcentajes aproximados y, según la DGT, «servirán de orientación a la política de seguridad vial a la hora de decidir una ubicación concreta». El contrato, además, está dividido en dos lotes: uno para las carreteras dependientes de los Centros de Gestión de Tráfico de la zona centro, el noroeste-Cantábrico y el norte; y otro para el suroeste, el sureste, el Levante, Pirineos-Valle del Ebro y Baleares.
La ubicación concreta dentro de esos dos lotes la decidirá Tráfico una vez haya comprado los radares. Además, asegura que «la implantación de estos sistemas permitirá ampliar el alcance del control de las velocidades y continuar con la labor de mejora de la seguridad vial».
Aunque aún no han anunciado desde Tráfico cuándo comenzará la instalación de los 300 radares, el contrato tiene establecida una duración de 42 meses. Esto implica que, como muy tarde, en tres años ya deberán estar operando (y multando) en las carreteras de España.
Radares fijos
Este tipo de cinemómetros permitirán captar y registrar la velocidad instantánea de los vehículos que circulen en ambos sentidos de la vía. Estarán basados en el ‘efecto Doppler‘: envío de forma constante de una señal de microondas que se recibe desviada en frecuencia con respecto a la original enviada. A partir de esa desviación es como se puede obtener la velocidad. Estos radares estarán instalados en el interior de cabinas sobre poste y funcionarán sin operador.
Radares de tramo
Los radares de tramo, por otra parte, son equipos que estarán destinados a medir la velocidad media de los vehículos en la carretera. Para ello, cuenta con unas cámaras que toman imágenes de forma continua y hay una unidad de control que procesa esas fotografías para buscar una matrícula.
Una vez la han detectado, almacena la hora a la que se tomó la imagen. De esta forma comparará esa información con la recibida de otros equipos y, si encuentra esa misma matrícula en algunas de las otras imágenes, calcula el tiempo que ha transcurrido entre las dos fotografías. De esta forma, y conociendo la distancia entre los equipos, puede calcular la velocidad del vehículo.
La instalación de este cinemómetro será sobre el poste de la base del sistema de alimentación autónomo. Este sistema, además, estará compuesto por dos equipos de lectura establecidos en distintos puntos de la misma carretera y comunicados entre ellos, aunque pueden ser más.
Si el radar determina que el vehículo excede la velocidad que tiene configurada para considerar que este está cometiendo una infracción, empezará el proceso de gestión de la misma.
Además, el sistema tendrá que permitir almacenar listados de matrículas en los que, además, esté indicado el tipo de vehículo (camión, autobús, turismo, mixto adaptable, furgoneta…). Estos listados también habrá que actualizarlos periódicamente con los datos del Registro de Vehículos de la DGT. De esta forma será posible aplicar a cada vehículo la velocidad límite que le corresponde en ese tramo según esté establecido en el Reglamento General de Circulación.
