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Toyota Prius 2023: del taxi más habitual al coche más deseado

El modelo de quinta generación que llega al viejo continente en la primavera del próximo año ha desatado una expectación inusual

Toyota Prius 2023: del taxi más habitual al coche más deseado

El nuevo Toyota Prius 2023.

Aún no ha llegado al mercado europeo y ya se vislumbran las listas de espera; no solo por sus previsibles limitaciones de cuota por parte de la marca, sino por el inusitado interés despertado. El Toyota Prius de quinta generación que llega al viejo continente en la primavera de 2023 ha desatado una expectación inusual y se debe a diversas causas. La más clara y evidente salta a la vista: su impactante aspecto. La otra es hacia dónde se dirige el mundo, y una nueva situación en la que esta mecánica se convierte en algo especialmente acertado. 

Cuando en 1997 Toyota presentó el Prius, muchos les llamaron locos por la ausencia de necesidad de aquel motor tan esotérico. Dos décadas más tarde, los locos son todos aquellos que no disponen en su catálogo algo similar. En sus principios, era una rareza, puesto de moda entre las estrellas de Hollywood que se subieron a la ola medioambientalista. Tal fue su impacto en el mercado norteamericano que hubo épocas en que era habitual encontrarlos de segunda mano a precios superiores a los se pagaron por ellos nuevos. Aquella súbita moda fue decayendo paulatinamente, en especial desde que Toyota comenzó a montar la misma mecánica en otros coches de su gama. Se abrió el abanico y sus usuarios perdieron el apetito por un coche que quedó muy identificado con el gremio de los taxistas. Poco consumidor, de bajo mantenimiento y ajeno a las modas estéticas, el sedán japonés redujo su ritmo de ventas… hasta esta quinta generación, con la que se atisba un nuevo escenario. 

Cambio de ciclo

La clave de todo es su aspecto. Si al principio su diseño defendía lo aerodinámico, con coeficientes de hasta un Cx de 0,24, ahora parece que las concesiones en este sentido para favorecer su atractivo van a devolver dividendos de manera masiva. Nunca antes un Prius había llamado tanto la atención en este sentido, y no ha sido gracias a cambios radicales, sino a pequeñas modificaciones que ha arrojado un resultado muy distinto en su visión de conjunto.

Interior del Toyota Prius.

Los grupos ópticos adoptan ahora un aspecto más agresivo y propio de coches deportivos, y sus ruedas pasan a ser opcionales de hasta 19 pulgadas, y son más anchas. La superficie acristalada es algo menor, lo que pesará en lo tocante a la visibilidad, y el coche es ligeramente más corto y ancho. Los Prius nunca se han caracterizado por ser especialmente divertidos de conducir, no aportaban grandes sensaciones. Sus prestaciones han ido siempre alineadas con el fin último de consumir menos y optimizar las bondades de su motor híbrido. Esta agresividad estética parece llegar acompañada de un cambio en este sentido. En pruebas realizadas por publicaciones que han tenido acceso a las primeras unidades, han logrado registros propios de deportivos con un 0 a 100 km/h en siete segundos (había versiones del Prius que se iban a cifras por encima de once, propias de utilitarios de escasa potencia) 

Perfecto para muchos

Ese nuevo dinamismo, el bajo consumo, unas prestaciones sorprendentes y la etiqueta ECO hacen de este Prius de quinta generación un coche que cubre muchas necesidades y aglutina una amplia tipología de usuarios. Es un coche familiar con un interior amplio al llevar muy al extremo sus ruedas y dejar espacio entre ejes. Para ello sus diseñadores han colocado las baterías entre los asientos traseros y el maletero. Su línea tiene cierto espíritu deportivo, se aleja de los vehículos de tres cuerpos y es conceptualmente más cercano al de compactos urbanos. Los jóvenes se sienten atraídos por sus líneas agresivas con una marcada forma de cuña, y sin duda valorarán el bajo consumo y mantenimiento. Se han dado casos de Prius a los que se les han cambiado los frenos bien pasados los 300.00 kilómetros. Lo habitual en coches de este peso y potencia es que sea casi imposible llegar con vida a los cien mil.

Motor híbrido del Toyota Prius.

La guinda del pastel es que recibirá la etiqueta ECO y ello conlleva ciertas ventajas prácticas paralelas a las más éticas y emocionales. Las autoridades de diversos ámbitos están arrinconando a los vehículos que no dispongan de ella, y poco a poco los centros de las ciudades le serán vetados a todo vehículo no eléctrico o al menos, híbrido. Puede que lo eléctrico puro esté de moda, y según en qué circunstancias y aplicaciones ofrezca una experiencia de usuario muy satisfactoria. Pero en el mercado español, y a día de hoy, la opción que cubre un mayor rango de necesidades es la de los coches híbridos, y por diversos motivos. La imparable normativa medioambiental es una; otra es que vivimos en un país que tiene un par de características bastante especiales dentro del entorno europeo, y la tercera es el valor de reventa. Lo de la etiqueta ECO es una creciente necesidad práctica legal que hemos de ir asumiendo poco a poco.

Por otra parte, España tiene una orografía muy montañosa, y el 79% de los alrededor de 29 millones de automóviles que hay registrados no tienen una plaza de garaje. Lo primero devora de forma masiva la energía de los coches eléctricos puros, y lo segundo desanima a los interesados en cambiarse hacia este tipo de coche ante lo tedioso de tener que ir buscando conexiones accesibles. Se da el caso, bastante pintoresco, de conductores que adquieren coches eléctricos y al carecer de una plaza de garaje propia los están cargando en los supermercados de su vecindad, donde disponen de carga gratuita de cortesía para su clientela a modo de reclamo. La tercera cuestión es meramente económica. Si muchos dudan del valor futuro de reventa de sus vehículos de combustión comprados a día de hoy con miras a dentro de ocho o diez años, con los eléctricos hay muchos que albergan esa misma duda ante las dudas que plantean la vida útil de sus baterías a años vista.

Con los híbridos parecen existe menos y no por su estado, sino porque invitan a pensar que tendrán una vida más larga en lo tocante a lo legal-medioambiental. Nadie sabe a ciencia cierta con que coches podremos entrar en una década en nuestras ciudades, pero los híbridos tendrán más posibilidades que los térmicos puros. Por todo ello el Toyota Prius de quinta generación parece llegar en un momento clave y favorecedor con lo que es capaz de ofrecer. De ahí que en Toyota ya sepan que la versión que llegará a nuestro país, la más potente y costosa, será un éxito de ventas. Es más, temen que se queden cortos con la cuota de producción que se asigne al mercado de la única versión que llegará. Han dado en el clavo, un espectacular clavo híbrido. 

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