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La tormenta Elliot destapa la utilidad de los coches eléctricos en caso de apagón

Los coches eléctricos van a seguir desarrollando su tecnología y no se van a quedar en meros vehículos

La tormenta Elliot destapa la utilidad de los coches eléctricos en caso de apagón

Imagen cedida por Ford.

La pasada semana la tormenta Elliot asoló parte de Canada y Estados Unidos. El frío y la nieve sumieron en el caos algunas zonas del continente norteamericano, con especial incidencia en los estados de Buffalo, Montana, Pennsylvania, y Wyoming. Las autoridades se vieron desbordadas, alrededor de 20.000 vuelos se vieron cancelados dejando a miles de pasajeros en tierra; lo peor de todo es que las víctimas mortales superaron el centenar y medio. Cuando la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, visitó el entorno declaró que ‘era como visitar una zona de guerra’. 

Una de las consecuencias para cuatro millones y medio de abonados entre hogares y empresas fue el corte de suministro eléctrico durante dos días en el entorno de los grandes lagos. Fue un verdadero drama para muchas familias, excepto una: la de un tipo de identidad desconocida y que usa RapFanLJ como identificación en Reddit. Este usuario de la popular red social es un vecino de Ontario que se quedó sin luz en su domicilio, aislado por la nieve, y no padeció en su plenitud el inclemente trato de Elliot. 

Coche nuevo, vida nueva

Meses antes se había comprado una Ford F-150 Lightning, versión eléctrica del durante muchos años ‘coche más vendido de América’. Esta pickup goza de una enorme popularidad en las zonas de interior del subcontinente norteamericano en su versión clásica de gasolina, y tiende a copar la zona alta de las cifras de ventas de manera habitual. La compañía del óvalo lanzó al mercado el pasado abril una versión completamente eléctrica, y ha sido tal el éxito, que a día de hoy la firma ni siquiera admite pedidos ante la imposibilidad de dar abasto en sus factorías. Uno de los gadgets de que dispone es la de nada menos que once tomas de corriente de diverso tipo repartidos por toda su anatomía. En principio parecen estar ahí para cargar dispositivos eléctricos que no requieren de grandes necesidades en el plano energético. Teléfonos, ordenadores, bicicletas a batería o patinetes serían el destino obvio, pero la F-150 dispone de la tecnología V2G. El standard Vehicle To Grid (del Vehículo a la Red) permitió a RapFanLJ conectar a los enchufes de su camioneta un prolongador con el que llevó energía a su casa, y desde el mismo garaje.

Imagen: Ford.

Con ello, tal y como explica brevemente en su mensaje público, mantuvo en funcionamiento la nevera, el wifi, su televisión y luz suficiente como para iluminar su domicilio durante las cuarenta y cuatro horas que duró el apagón. Lo más sorprendente es que cuando desconectó los cables aún le quedaba un 65 % en la batería del vehículo. Esto hace pensar que podría haber dado ese nivel de utilización durante al menos otros cuatro días más. Cuando Ford puso a la venta su coche expuso en su publicidad que era tal su potencia que sería capaz de proveer de energía a un domicilio en caso de apagón. Mucho sonrieron de forma maliciosa, pero tras la experiencia de RapFanLJ a estas horas deben estar arqueando sus cejas… en silencio, sobre todo al leer comentarios de otros participantes en una entrada contando historias similares. Otro usuario de Reddit afirmó, unas pocas líneas más abajo, que durante un apagón de tres días en las inmediaciones del lago Tahoe «mantuvo la nevera y la caldera en marcha, un televisor de 85 pulgadas y un sistema de sonido envolvente, además del wifi». No quedó ahí la experiencia de este otro, y añadió «al final tuvimos que usar el punto de acceso wifi del coche porque las torres de telefonía móvil empezaron a quedarse sin batería de reserva y el camión era lo único que captaba señal. Incluso lavamos los platos y pusimos en marcha el triturador de basura por probar». Otro usuario afirmó que consiguió casi once días de energía de reserva gracias a su camioneta. Sorprendente. 

No es el único caso

En la madrugada del miércoles 20 de diciembre, el suelo del condado de Humboldt, al norte de San Francisco, tembló: un terremoto de magnitud 6,4 en la escala Richter despertó a los habitantes de la zona. Cuando las autoridades acabaron el recuento, les faltaban dos de sus convecinos y otros once estaban heridos de diversa consideración. Una de las consecuencias del violento movimiento de tierras fue que muchas de las líneas de alta tensión quedaron cortadas. A pesar de todo, la vida sigue y sin energía se hace más cuesta arriba. De esta manera, el concesionario Harper Motors de North Eureka encontró la solución a su problema energético con la ayuda no de uno, sino de dos vehículos que tenía aparcados justo delante: un Ford F-150 y un Kia Niro. Gracias a estas dos unidades pudo mantener abiertas sus instalaciones durante el resto de la jornada y hasta que volviese el suministro eléctrico al día siguiente. Si bien el Ford es capaz de distribuir una potencia de 9,6 kW a través de varias tomas en diversos voltajes, el Niro en su acabado Wave logra una potencia de 1,8 kW desde dos tomas, una en el puerto de carga delantero y otra accesible desde el maletero. En su caso, Hyundai denomina a su sistema V2L (Vehicle to load/Vehículo para cargar). De la misma manera, se conocen historias sobre la F-150 en la que sus propietarios han proporcionado energía móvil durante inundaciones, o incluso como batería móvil a sets de rodaje en la filmación de películas en pleno bosque.

Rivian R1T. | Imagen Ford.

El pionero

No se sabe a ciencia cierta quién fue el que comenzó esta tendencia, pero todo apunta a que fue un urólogo de Austin, Texas, llamado Christopher Yang. El pasado 1 de septiembre este galeno publicó en sus redes sociales su experiencia. Al parecer, su clínica se quedó sin luz a minutos de comenzar una operación de vasectomía. El paciente había pedido los días libres con mucha antelación para la cirugía y le venía mal posponerla. Explicadas las circunstancias Yang decidió enchufar, con la ayuda de un cable prolongador, el instrumental de electrocauterización a su camioneta Rivian R1T que se acaba de comprar días antes. Cuando el urólogo la recogió en el concesionario, le aseguraron que con ella podría acelerar de 0 a 100 km/h en tres segundos, más rápido que un Lamborghini, o que podría poco menos que correr un Dakar; pero nunca le dijeron que podría alimentar todo el instrumental de su quirófano incluido el sistema de aire acondicionado. 

De todas estas experiencias se pueden sacar dos conclusiones bastante obvias: una, que los coches eléctricos van a seguir desarrollando su tecnología y no se van a quedar en meros vehículos. Seguirán creciendo en este sentido, y si estas funciones son a día de hoy casi anecdóticas, en lo sucesivo será un elemento de serie en la mayoría. La segunda es que la red eléctrica en Norteamérica es bastante peor que los coches que conducen. 

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