Las escuderías de la Fórmula 1 se repartirán 1.400 millones por el negocio de 2022
El circo de la Fórmula 1 es un gigantesco negocio y justo es que los trapecistas se lleven algo bueno a casa
No escapa a nadie: el circo de la Fórmula 1 es un gigantesco negocio y justo es que los trapecistas se lleven algo bueno a casa. La categoría generó algo más de 2.100 millones de dólares de beneficios en 2021 y este año, con una pequeña caída en el tercer trimestre, se le suponen unos beneficios ligeramente superiores. Echar las cuentas a un negocio de connotaciones globales, con un centenar de contratos revoloteando alrededor, y eventos que se caen durante la temporada no es tarea fácil. Si a todo ello se suman las rigurosas cláusulas de confidencialidad que firman todas sus partes, resulta complicado ser preciso con sus números. Afortunadamente, para los más curiosos, los propietarios de la categoría y algunos equipos corren en bolsa, y han de ofrecer informes trimestrales a sus accionistas. Por otro lado, la Companies House —el registro mercantil británico— ofrece algunos datos y números de las siete formaciones que tienen base en el territorio de Carlos III. Con todo ello, más lo que llega con cuentagotas a través de filtraciones, se puede realizar una radiografía aproximada a la contabilidad del deporte más rápido y costoso del planeta.
Nuevo paradigma financiero
Desde que los norteamericanos de Liberty Media se hicieron con el volante de la competición han demostrado una extraordinaria capacidad de gestión. Torearon con maestría la pandemia, han incluido nuevos destinos, incrementaron el calendario, y han logrado récords de facturación en tiempos rocosos. De todo ello, y aplicando una proyección si se mira al pasado reciente, se podría decir que este año no sería de extrañar que la Fórmula 1 facturase una cifra que rondase los 2.200 millones de dólares. De ellos, unos 1.400 en números redondos, bien podrían recaer sobre las escuderías.
El reparto de esas cantidades se rigen por una suerte de contrato denominado Concorde Agreement, un acuerdo entre equipos, organizador y FIA, que se rubrica desde 1981. A finales de 2020 se firmó su octava edición y es vigente hasta 2025. Bien resguardado del ojo público a base de fuertes cláusulas de confidencialidad, se pueden pergeñar ciertas condicionantes con base en algunas cifras que sí son públicas. Por ello se sabe que en el último ‘Pacto de la Concordia’, se recogieron una serie de modificaciones que varían con respecto a los anteriores.
Liberty Media, cabeza rectora, quería reducir la diferencia entre los que cobraban más y los que recaudaban menos, y con ellos igualar el campo o al menos intentarlo. La idea final era premiar a los mejores al tiempo que permitir un crecimiento de los más pequeños. Del reparto de los hipotéticos 2.200 de euros que se presume pueden haber facturado en 2022, se sabe que aproximadamente un 60% será para los participantes, y el resto se lo lleva Liberty en concepto de gastos de organización y beneficio empresarial.
En lo tocante al la distribución de las escuderías, antes el ganador se llevaba un 20% y los emolumentos caían de manera descendente hasta el 5% del farolillo rojo de acuerdo con sus resultados deportivos. A mejor posición en la tabla final, más puntos, y con ellos más dinero. Esto siempre había sido así, pero el actual reparto se hace ahora de otra manera. Tal y como afirma el respetado analista Dieter Rencken, se sabe que ahora el primero, Red Bull, percibirá más o menos un 15 % por entre un seis y un siete que cobrará Williams por cerrar la tabla. Con este cambio posterior a 2021 el mejor cobrará menos, y algo más el menos afortunado, con lo que se aplana un poco la curva; el salto existente entre cada puesto en la tabla supone una caída de unos diez millones por posición. La cifra total a repartirse de acuerdo con los meros resultados deportivos ronda los 1.000 millones. Pero… ¿y los otros 400? Se desparraman de otra manera:
Los bonus
El destino de este otro saco de dinero responde a una serie de condicionantes, y para entenderlo hay que echar la mirada al pasado. Todos los equipos se pusieron de acuerdo en reconocer que sin Ferrari la categoría no tendría el mismo sabor. Todos ellos reconocen que muchos aficionados siguen la F1 porque ven a la escuadra italiana; sin ellos, no sería lo mismo. Esto admite poca discusión, y basta con echar un vistazo al graderío de cualquier pista para ser consciente de que la permanente mancha roja está ahí por alguna razón. Se sabe que alrededor de la mitad del merchandising que se vende en todo el planeta y relacionado con este deporte es de Ferrari.
Ganen o pierdan, el cavallino brinca con intensidad en el corazón de los aficionados, y eso hay que compensarlo porque el resto de formaciones capitaliza de forma colateral el interés desatado. Por eso la Scuderia percibe una cifra que ronda los 50-60 millones —un 5% de la facturación final— por el mero hecho de estar ahí. Solo hay una condicionante: ese exceso apenas podrá recaer en mejoras de las prestaciones de sus monoplazas. Para eso están los límites presupuestarios que acogotan las finanzas de todos. Esta es una de las razones, se sospecha, por las que se han lanzado hacia Le Mans. Dinero tienen, pero no para gastarlo en la F1.
Paralelo al pellizco rojo, este fondo destinado a los ‘los equipos de siempre’, por llamarlos de alguna manera, se reparte al aplicar una compleja ecuación. Básicamente, se premia a los que han sido campeones, segundos o terceros durante la última década, de manera que si lo has sido una vez, cobras, pero si han sido muchas veces, la cuantía decrece de manera progresiva. Si has sido al menos campeón en un par de ocasiones, pero no pisaste el pódium de la última década también pillas cacho, pero menos. Si fuiste campeón hace once años, quedas fuera de esta sección del reparto.
Al final del final, se cree que este año Red Bull percibirá algo más ciento cuarenta millones, y al otro extremo, Williams, unos sesenta y cinco en números redondos. Para completar sus presupuestos, las escuderías tienen que echar mano de patrocinadores, socios, accionistas y eventos.
Los equipos cobraban este dinero al año siguiente y a temporada cumplida en una decena de plazos, aunque esto ha cambiado. Ahora y puesto que los valores de Liberty Media corren en el mercado tecnológico Nasdaq y han de ofrecer cuentas trimestrales, se hacen cuatro pagos durante el año en curso, algo que alegra y mucho a los contables de las formaciones. Bueno, en realidad lo que más les alegra es ganar cada domingo, pero hay nueve a los que eso no les ocurre, aunque cobrar sí que cobran todos. En 2026 llegará un nuevo acuerdo, y con toda probabilidad un nuevo reparto, con nuevas proporciones… y posiblemente algún nuevo equipo. Serán más a repartir, pero muy mal se tienen que dar las cosas para que en la saca no haya al menos 2.600 millones de euros.